Tribunales

Una casera raja la cara a su inquilino en Zaragoza porque le debía 200 euros de la habitación

La agresora trató de convencer ayer a la juez de que la víctima se autolesionó, pero la Fiscalía no se creyó su versión y pidió para ella tres años de cárcel.

Coche patrulla de la Policía Nacional en Teruel.
Coche patrulla de la Policía Nacional..
Heraldo.es

Una supuesta deuda de 200 euros parece ser la causa por la que Arcenia L. P., de 47 años, se plantó la medianoche del 18 de noviembre de 2019 en la habitación que tenía alquilada a Antonio L. P., de 61 años, y tras una serie de empujones y golpes le rajó la cara con un cuchillo de 20 centímetros de hoja. Sin embargo, durante el juicio celebrado ayer en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza, la acusada intentó convencer a la titular del Juzgado de lo Penal número 6 de que fue el propio hombre quien se autolesionó. ¿Por qué? No supo explicarlo.

Pero esta versión de los hechos no debió resultar demasiado convincente para la Fiscalía, que apoyándose en los testimonios del acuchillado y de un testigo presencial de la agresión acabó acusando a la casera de un delito de lesiones agravadas y solicitando para ella una condena de tres años de prisión. El denunciante sufrió un corte inciso y profundo bajo el ojo derecho que le provocó una grave hemorragia y le ha dejado una cicatriz de siete centímetros. Por ello, la acusación pública pidió también para él una indemnización de 6.450 euros.

La acusación particular, a cargo del letrado Diego Gracia Pola, entiende que la mujer debería ser condenada por dos delitos de lesiones, ya que antes de cortar con el arma blanca en el rostro a su cliente le golpeó con la empuñadura y le propinó varios puñetazos y patadas. De ahí que elevara la petición de cárcel a tres años y medio y propusiera también la imposición de una multa de 1.800 euros.

Solo llevaba allí un mes

El violento ataque se produjo sobre las 00.30 en una vivienda del número 12 de la calle de Antonio María Claret, en el distrito Universidad de Zaragoza. La víctima llevaba apenas un mes instalada allí y no consta que antes del acuchillamiento hubiera tenido algún problema con su casera. Sin embargo, la noche de autos, la mujer abrió la puerta de la habitación donde dormía su inquilino y a voz en grito le exigió que abandonara inmediatamente la casa. Tras la agresión, el hombre se vistió como pudo y salió a la calle sangrando para pedir ayuda.

Pero no fue necesario, porque otro hombre que se encontraba también alojado en la vivienda y presenció los hechos había llamado ya a la Policía. Como la acusada asegura que la víctima se autolesionó, la Fiscalía y el abogado del lesionado preguntaron ayer al testigo si le vio empuñando el arma. Y este contestó que sí. De hecho, lo primero que dijo a los policías que acudieron a su llamada de auxilio fue que la dueña del piso tenía un cuchillo.

Uno de los agentes que comparecieron en el juicio corroboraría después esta versión. Es más, explicó que ante la advertencia del requiriente, subieron a la vivienda pertrechados con un escudo protector. El cuchillo fue localizado más tarde en el edredón de la cama.

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