barrios rurales de zaragoza

Las historias y los secretos de Movera cobran vida a través del barro

Los vecinos del barrio rural han desarrollado un mural colectivo de cerámica enmarcado en el proyecto ‘Barrios Extraordinarios’. Además, cuentan con su propia Banda Sonora.

Inauguración del mural de Movera
Inauguración del mural de Movera
Barrios Extraordinarios

No, no todo ocurre en el centro de las ciudades. Y ello, en el caso aragonés, es gracias a iniciativas como la de Barrios Extraordinarios, puesta en marcha por la empresa zaragozana de gestión cultural AD HOC y la cooperativa ejeana Cerámicas el Cierzo, con el apoyo del Ayuntamiento de Zaragoza. En esta ocasión, y por quinto año consecutivo -sí, a pesar de la pandemia-, se desarrolla esta actividad consistente en que los vecinos del barrio realicen un mural colectivo en cerámica, en este caso en Movera.

Su desconocida historia, el patrimonio, la gastronomía, la famosa huerta y algunos de sus secretos cobran vida en forma de una especie de cómic realizado en cerámica en el que sus viñetas, que son baldosas, recogen parte de la identidad de este barrio rural. Desde este viernes, el Pabellón Socio Cultural de Movera -lugar elegido por los vecinos para instalar este mural- luce esta obra de arte formada por 20 escenas que, como explican desde Ad Hoc, pasará a formar parte del barrio para siempre.

“Los recuerdos se borran, las historias desaparecen o se pierden con el paso del tiempo, pero, la cerámica, igual que cualquier otra obra de arte, permanece”, explica Marta Fernández, gerente de Ad Hoc. Y es precisamente con este objetivo con el que hace cinco años nació Barrios Extraordinarios, para “expandir la cultura fuera de sus espacios habituales y poner en valor las tradiciones, el patrimonio cultural y la identidad de las personas que viven en estas zonas rurales de Zaragoza”.

“Creemos firmemente en la cultura como herramienta de transformación social capaz de cohesionar a una comunidad. Durante todo este tiempo hemos tenido la suerte de compartir con los vecinos y vecinas de Movera sus historias y darles forma a través del barro”, añade Fernández.

Varias personas elaboran las piezas de cerámica de Movera.
Varias personas elaboran las piezas de cerámica de Movera.
Barrios Extraordinarios

Por eso, a través de sus talleres intergeneracionales, no solo favorecen la creación de un espacio relacional donde hablar y compartir estas pequeñas historias, sino que buscan además reivindicar lo cotidiano, aquello que quizás vemos todos los días y ya no le damos importancia. “En el proyecto hemos participado todos. Las personas mayores nos contaron sus recuerdos y tradiciones en la fase de laboratorio de ideas. Vecinos y vecinas de todas las edades colaboraron en la elaboración de las baldosas, cada uno en su medida; y varios albañiles de Movera las han colocado”, asevera. Una iniciativa que también se ha llevado a cabo en San Juan de Mozarrifar, Montañana y Juslibol y a la que muy pronto se sumará La Cartuja.

Eduardo Casas, ceramista al frente de Cerámicas el Cierzo, asegura que la experiencia ha sido muy gratificante: “Ver cómo personas de todas las edades que no han trabajado nunca la cerámica consiguen dar forma a sus ideas y sueños es muy especial. Me produce una gran emoción haber podido contribuir y ayudar a estas personas a desarrollar su talento creativo”.

Los gaiteros interpretan la habanera de Movera
Los gaiteros interpretan la habanera de Movera
Barrios Extraordinarios

En el mural de Movera vemos escenas que hablan de su huerta, de las torres del barrio -antiguas casas de campo de la zona- o del horno tradicional, así como del río o de sus mayores. “Cuando surgió la opción nos apuntamos sin dudarlo, las manualidades no son lo mío, pero es un momento en el que te sientes muy bien creando en compañía de los tuyos”, admite Mónica Lavilla (40), vecina del Lugarico de Cerdán que ha participado junto a su marido, José Luis, y los hijos de ambos, Miguel (10) y Valeria (8): “Sobre todo disfrutas del trabajo que están haciendo tus seres queridos”.

Un proceso a lo largo del cual han tenido la oportunidad de poner a prueba su creatividad, plasmar ideas y opiniones y, sobre todo, redescubrir el lugar en el que se establecieron hace ya una década. “No conocía la historia de las torres de Movera, y sin embargo para los mayores de la zona son muy especiales. En estos hogares era donde transcurrían los grandes momentos de sus vidas, eran el centro de todo, hoy los vamos a mirar de manera distinta”, admite. Sus hijos se han dejado llevar más por el entorno, la naturaleza, los pájaros y los juegos de verano: “Cada uno ha aportado parte de su identidad y ha sido como un juego, comprobar cómo cambian las miradas según las edades ha sido algo maravilloso”.

Mural de Movera
Mural de Movera
Barrios Extraordinarios

¿A qué suena Movera? A habanera 

Seguramente la primera respuesta que nos venga a la mente sea a tranquilidad y calma, aquella que se intuye de un barrio rural rodeado de campos y naturaleza, pero no; desde este viernes, el barrio ya cuenta con su propia Banda Sonora, que lleva por título ‘La Habanera de Movera’, una composición desarrollada por la Banda de Gaitas de Boto Aragonesa, compuesta por el artista Jesús Sierra Viñuales. “Durante el confinamiento surgió la oportunidad de participar en este proyecto y nos fascinó. Salió la idea de hacer una habanera, un ritmo melancólico, que evoca a tiempos pasados”, explica.

Baile ante el mural de Movera
Baile ante el mural de Movera
Barrios Extraordinarios

“Se trata de un tema musical cuya letra habla de una persona que recuerda un amor que tuvo lugar en Movera”, prosigue. El tema se estrenó el año pasado en plena pandemia, eso sí, de manera virtual. Este viernes, por fin, se podía interpretar delante de los vecinos del barrio, que han vuelto a ver la cultura y la música invadir sus calles una vez más: “Teníamos muchas ganas de cantarla delante de la gente. Hemos echado mucho en falta esa parte, las canciones se hacen para esto, para que lleguen a la gente”.

Hasta el pabellón municipal se desplazaba la banda, compuesta por más de 20 gaiteros, percusionistas y danzantes, que recorrieron las calles del pueblo a ritmo de otras melodías tradicionales aragonesas como el Palotiau, la danza de Espierba, la polca Ixigoleta o la Mazurca de San Juan. 

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