El intermediario que vendió el granito al tranvía de Zaragoza, a juicio por no pagar el material a la proveedora

Pavestone lo denunció por impago de 808.391 euros y la fiscal pide 3 años de cárcel por presunta estafa, apropiación e insolvencia.

Alberto Piñana, durante el juicio que ha comenzado este miércoles en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Alberto Piñana, durante el juicio que ha comenzado este miércoles en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Toni Galán

Diez años han pasado desde que el tranvía empezó a recorrer las calles de Zaragoza y todavía colean los excesos y las dudas sobre los costes de los materiales sobre una de las obras que cambió la cara de la ciudad.

El suministro del granito para la línea del tranvía terminó en un conflicto entre las contratistas que proveían de bordillos y baldosas a la UTE Construcción Tranvía Zaragoza (formada por FCC y Acciona). Concretamente, derivó en un pleito entre Mármoles y Granitos del Este –empresa que no tenía canteras pero que ganó el concurso para suministrar la piedra– fue denunciada por Pavestone, a la que subcontrató para que le vendiera el granito y dejó de pagarle 808.391 euros por, supuestamente, deficiencias en el material.

En el transcurso de la instrucción llegó a estar imputada la propia UTE y su exgerente, Álvaro Senador, pero finalmente la causa contra ellos se sobreseyó y solo han llegado al banquillo de la Audiencia Provincial de Zaragoza Alberto Piñana Piñeiro y su empresa Mármoles y Granitos del Este, que comenzaron a ser juzgados ayer.

El abogado de Pavestone, Fernando González Forradellas, alegó como cuestión previa una vulneración del principio acusatorio y trató de que se devolviera la causa al juzgado para que se incluya a la UTE y a su exgerente, pero la sala la desestimó al entender que el asunto ya fue resuelto.

La Fiscalía pide para Piñana tres años de cárcel por delitos de estafa, insolvencia punible y apropiación indebida, penas que la acusación particular, a cargo del abogado Fernando González Forradellas, eleva considerablemente, además de exigir el pago de los 808.391 euros.

En este caso siempre se ha planteado por qué la UTE contrató a la empresa de Piñana para una obra de más de tres millones de euros (2.771.397, más 498.851 de IVA) cuando, en 2008, Mármoles y Granitos del Este apenas tenía actividad y acumulaba pérdidas. Ayer, a preguntas de la acusación particular, Piñana explicó que ambas cosas se debieron a que tuvo un cáncer que le obligó a estar 18 meses en cama y no empezó a trabajar de nuevo hasta 2009.

Y ese año –"en medio de una crisis fortísima", recordó– ganó el concurso para pavimentar la línea del tranvía, ejerciendo como intermediario. "Yo tenía un porcentaje del 33%. Era el contrato de mi vida", dijo. El empresario llegó a un acuerdo con Granitos Carballido y Pavestone y todo iba bien hasta que, según dijo, la UTE planteó acelerar los plazos de suministros y a partir de julio de 2010 empezó a quejarse por la "calidad". Según el acusado, cuando las piedras (de entre 80 y 300 kilos) llegaban a la obra "no cumplían" los estándares de tolerancia y las características acordadas.

"La UTE marcaba las piedras defetuosas y todas eran de Pavestone", dijo. "Retiraron 19 camiones a la fábrica y volvieron 3. Es decir, 16 no valían", expuso. Añadió que a la UTE le supuso gastos porque tuvo que montar una trituradora, ya que era "costosísimo" retirar la piedra, que cifró entre 6.500 y 7.000 piezas.

El acusado se negó a contestar al abogado de Pavestone, que entre las preguntas que formuló para que consten en acta estaba la de si dio instrucciones para que metieran material defectuoso entre el bueno. En definitiva, Piñana justificó el impago de esos 808.391 euros porque el cliente Construcción Tranvía Zaragoza no aceptó el material porque llegaba mal cortado y no se podía colocar.

El nombre del acusado saltó a los medios de comunicación a mediados de los 2000 por ser el constructor de la casa de la exalcaldesa de Marbella, Marisol Yagüe, que terminó en prisión por corrupción. Piñana la denunció por el impago de un millón de euros por las obras de reforma en su casa, que fue embargada.

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