la contra

Lorenzo Oro: “La escuela no la cambia una ley, sino la dedicación de las personas”

Exdirector del colegio Tío Jorge de Zaragoza y maestro durante más de cuatro décadas, ha inspirado una página del libro ‘Alegría’ de Manuel Vilas y acaba de recibir un homenaje.

Lorenzo Oro, exdirector del colegio Tío Jorge de Zaragoza, donde ejerció como maestro durante 37 años.
Lorenzo Oro, exdirector del colegio Tío Jorge de Zaragoza, donde ejerció como maestro durante 37 años.
Oliver Duch

¿Se había imaginado inspirar el personaje de un libro, aunque sea secundario, como le ha ocurrido en ‘Alegría’, de Manuel Vilas?

Es un bonito homenaje que no me esperaba. Tengo una sobrina que también es escritora, Begoña Oro, y fue la que me avisó. Me costó reconocerme, porque cambia los nombres, pero me ha hecho mucha ilusión. Era un padre del colegio que traía a sus hijos al Tío Jorge. No me podía imaginar que dejé en él ese recuerdo.

Se jubiló en 2015 tras 45 años en las aulas, ¿las ha echado de menos?

He ido al colegio cuando me han llamado, pero tampoco me gusta ser pesado. Tuve la mala suerte de sufrir un ictus a los pocos meses de retirarme pero me he recuperado bastante bien. Luego con la pandemia he restringido mucho las actividades sociales y las salidas. El virus ha dado un golpe muy duro a las relaciones humanas de los mayores.

"Siempre he defendido que no se puede permitir que un crío aragonés no pase por lo menos una semana al año en la nieve"

¿Volvería a hacerse maestro?

Creo que sí. Mis padres lo eran y yo viví esa vida, me empapé de ella y ellos me animaron siempre a seguir sus pasos. Es una labor muy gratificante, repetiría.

¿Cómo recuerda sus destinos?

Nada más aprobar las oposiciones me dieron plaza en Almonacid de la Sierra. También estuve en la escuela hogar de Barbastro cinco años. Me abrió los ojos a otro mundo, funcionaba con los niños internos que estaban fuera de sus casas, entonces era lo más innovador. Aún ejercí un curso en Bilbao antes de llegar a Zaragoza, al Tío Jorge, de donde ya no me moví en 37 años.

¿Qué encontró en el Tío Jorge y el barrio del Arrabal?

Un grupo de maestros amables y unos padres y alumnos que estaban con ganas de escuela y participaban en todas las actividades, fuera esquí, baloncesto, ajedrez o tenis de mesa. En aquellos tiempos pusimos en marcha muchos deportes, que son otra forma de docencia.

Ya que habla de deportes, cuentan que llegó a decir que todos los niños aragoneses tienen que aprender a esquiar.

Quizás es algo exagerado, pero sí que siempre he defendido que no se puede permitir que un crío aragonés no pase por lo menos una semana al año en la nieve. Debería ser obligatorio. Estaban de moda las semanas blancas, pero muchas familias no podían afrontar el coste. Por eso desde el colegio empezamos a organizar viajes de fines de semana o tres días. Las familias se engancharon enseguida. Hay que aprovechar un recurso natural como este.

"De la ley Celaá lo que más me interesa es la potenciación de la Formación Profesional, es algo por lo que ya luchábamos hace 30 años" 

Las colonias de Boltaña son su segunda casa. ¿Sigue ligado a ellas?

Desde que empecé a ejercer en Barbastro he estado metido en colonias, primero en Hecho y luego en Boltaña. Actualmente la escuela hogar, unas instalaciones estupendas, están cerradas, pero espero que este próximo verano se vuelvan a poner en marcha. Es un mérito colectivo, porque hay colaboradores y monitores que son exalumnos del Tío Jorge.

Ha vivido varias reformas educativas, ¿las escuelas las cambian las leyes?

Las leyes pueden favorecer y potenciar algunos aspectos, pero lo que cambia la escuela es la dedicación de las personas de la comunidad vinculada a ella. Las leyes unas veces ayudan al trabajo de los maestros, pero otras lo entorpecen demasiado.

¿Qué opinión le merece la Ley Celaá?

De todo lo que he leído de ella lo que más me ha interesado es la potenciación de la Formación Profesional. Hace 30 años ya era un tema por el que luchábamos, pero siempre estuvo desprestigiada y minusvalorada frente a los títulos universitarios. Un error garrafal.

"Los maestros nos hemos acostumbrado a vivir con lo que tenemos cada momento en las cuentas de los centros"

¿Faltan recursos en la educación?

Cuando más recursos haya, tanto de personal como económicos, mucho mejor. Pero los maestros nos hemos acostumbrado a sobrevivir con lo que tenemos en cada momento en las cuentas de los centros.

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