Un policía de Zaragoza acaba juzgado por detener al joven que pidió a dos niñas que fueran al lavabo con él

El agente veraneaba en Salou y salió en defensa de su hija y una amiga, ambas de 7 años, lo que hizo huir al sospechoso. El bañista lo denunció por las lesiones leves que le causó cuando lo redujo

Los hechos ocurrieron en la playa de Levante de Salou el pasado mes de agosto.
Los hechos ocurrieron en la playa de Levante de Salou el pasado mes de agosto.
José Carlos León

El terrible asesinato de Álex, el niño de 9 años de Lardero, a manos de un delincuente sexual reincidente ha conmocionado a todo el país y levantado todo tipo de críticas por la falta de seguimiento que se hace de estos depredadores cuando salen de prisión. Los vecinos del pueblo riojano han mostrado su rabia y frustración porque se habían quejado a la Guardia Civil y la Policía Local del pueblo por "cosas raras" que últimamente habían visto en la plaza donde jugaba el pequeño cuando se lo llevó el criminal y no habían tenido respuesta, aunque reconocían que no habían denunciado.

Paradójicamente, un funcionario del Cuerpo Nacional de Policía de Zaragoza que supo reaccionar a tiempo cuando vio la actitud sospechosa de un joven de 22 años con su hija de 7 y su amiguita de la misma edad va a ser juzgado dentro de diez días. Deberá responder de las lesiones leves que le causó al reducirlo para impedir que huyera, que fue lo que trató de hacer cuando se acercó para preguntarle qué hacía con las niñas.

Para terminar de rizar el rizo, el Juzgado de Instrucción número 6 de Tarragona ha decidido archivar el caso abierto tras la denuncia presentada por los padres de las menores contra el detenido para averiguar qué pretendía.

Los hechos ocurrieron el agosto pasado en la popular playa de Levante de Salou. El policía zaragozano se encontraba de vacaciones con su familia y unos amigos y desde la arena vigilaban a las dos niñas mientras se bañaban. En un momento dado observaron que un chico de unos 20 años se acercaba a ellas, entablaba conversación y se tumbaba en el agua, pues estaban en una zona que no cubría. Se fijaron en que cada vez estaba más cerca de las niñas, al tiempo que mantenía una actitud vigilante y nerviosa. "Estaba tumbado en una posición extraña y no se le veían las manos", recuerda el policía, tal y como después relató en su denuncia.

Actitud vigilante

Las familias llegaron a pensar que podía ser el padre de unos niños que había allí, pero, al ver que continuaba hablando con las pequeñas en la misma actitud vigilante, se acercaron para cerciorarse de si estaba pasando algo raro. "Entonces él se levanto corriendo y trató de marcharse. Pregunté a las niñas qué quería ese chico y ellas respondieron que les había dicho que si se iban al lavabo con él", manifiesta.

Acto seguido, salió tras el joven y, después de identificarse como agente, lo retuvo con la intención de avisar a la Policía, identificarlo y hacer las comprobaciones que procedieran para esclarecer los hechos. En su denuncia, afirmó que el chico no llegó a tocar a las niñas, pero cabía la posibilidad de que se estuviera tocando sus genitales.

Según consta en la denuncia, el joven ofreció resistencia en todo momento y tuvo que reducirlo con las maniobras habituales. Pero además se formó una multitud alrededor que recriminó e increpó al chico e incluso llegó a recibir algún golpe. "Había unos franceses que empezaron a llamarle a gritos pedófilo. De hecho, lo llevé a un chiringuito cerca para evitar que empeorara la situación y esperar a la Policía en un sitio tranquilo y lejos de las niñas y la familia, que estaban afectadas por lo ocurrido", cuenta el funcionario. Después, presentó una denuncia ante los Mossos d’Esquadra para que se investigaran los hechos. Lo mismo hizo el padre de la otra niña.

Se acercó para saludarlas

Por su parte, ese mismo día el joven, al que la Policía Local se llevó engrilletado para identificarlo en el cuartel, denunció al zaragozano por lesiones. Tenía dos marcas rojas en la espalda (donde le puso la rodilla), una erosión en la zona izquierda del cuello y los brazos rojos.

El joven, residente en Madrid, de 22 años, contó en su denuncia que estaba bañándose y que se acercó a dos niñas a las que no conocía de nada para "saludarlas de forma cordial y simpática". Declaró que les preguntó la edad y siguió nadando hasta que un "señor se metió en el agua y lo sacó a la fuerza". Describió que lo cogió del cuello, lo echó sobre la arena, le puso la rodilla en la espalda y le dio un golpe en la cara, al tiempo que le preguntaba: "¿Qué les has dicho a mis hijas, de qué hablabas?".

Por estos hechos, el policía va a ser juzgado por un delito de lesiones leves, mientras que la causa abierta contra el joven se ha archivado. El abogado del agente, Marco Antonio Navarro, ha recurrido la decisión judicial argumentando que el juzgado no ha hecho absolutamente nada, ni siquiera ha llamado a las partes para interrogarlas. 

 Cree que así es "totalmente imposible conocer el alcance del presunto delito de abuso infantil o secuestro, pues no se sabe por qué el investigado quería llevarse a las dos menores al lavabo si no se realizan las diligencias correspondientes". A pesar de que, en cualquier caso, sería un delito en grado de tentativa, afirma que ello "no disipa la necesidad de investigación", además de que supone una total "indefensión" para el policía y las dos niñas.

Además, mantiene que no solo se trataría de un presunto delito de abuso  o secuestro en grado de tentativa, sino también ante una resistencia activa a un agente del Cuerpo Nacional de Policía, puesto que si bien se encontraba fuera de servicio,  se identificó como tal y el investigado conocía de antemano la existencia de su condición. 

Por estas razones, ha recurrido el auto solicitando se dicte nueva resolución por la cual se deje sin efecto el sobreseimiento dictado y se reabra la causa para el esclarecimiento de los hechos.

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