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Condenado a 12 años de cárcel por agredir sexualmente a la hija de su pareja en Zaragoza
El acusado negó los hechos y dijo que tenía una "relación sentimental" con la joven, pero el tribunal no lo ha creído
"Claridad", "fiabilidad", "sinceridad" son algunos calificativos que el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial otorgan a las declaraciones de una joven de 20 años que fue agredida sexualmente por la pareja de su madre. Ninguna credibilidad, sin embargo, dan al acusado, S. O. H. N. "Más bien lo que se desprende de las actuaciones es todo lo contrario", dice la sentencia que termina condenando al hombre, de 43 años, a doce de prisión por agresión sexual.
De esta forma, los magistrados consideran probado que el 3 de diciembre de 2020, sobre las 9.00, aprovechando que la madre de la joven había ido a llevar al colegio a las dos hijas pequeñas que tiene en común con el acusado, este se presentó en su habitación y le pidió que lo dejara acostarse a su lado. La muchacha se negó de manera clara y rotunda, aunque el acusado siguió insistiendo durante bastante tiempo hasta que en un momento dado llegó a forcejear con ella, le bajó el pijama y le introdujo uno de sus dedos en la vagina. Después abandonó el dormitorio dejando a la chica llorando y gritando.
Todo esto lo contó la víctima en su declaración ante la Policía, el juez instructor y en la Audiencia Provincial. Pero, además, los magistrados pudieron escuchar lo que ocurrió gracias a un audio que la joven grabó con su móvil de lo que estaba sucediendo. Esa grabación no fue impugnada por nadie y la Policía ratificó que se trataba de la voz de la chica y la del procesado.
Ella, tal y como explicó en la vista oral, tomó la decisión de grabar ya que, como le había anunciado el propio S. O. H. N., esa mañana iría a su habitación. La situación no era nueva, pues explicó que sufrió abusos sexuales por parte de este hombre cuando era menor de edad y siempre la intimidaba diciendo que iría a verla a su cuarto. Aunque esto se lo contó a su madre y denunció dos veces, al final retiró las denuncias por la presión familiar.
"Sí que nos merecieron total credibilidad las declaraciones de la víctima que, de una manera sosegada y tranquila nos relató unos anteriores abusos sexuales del acusado sobre ella, con eyaculación en su pijama, que quizás pudo ser lo que la alertó para la grabación del encuentro del día 3 de diciembre de 2020 en el que con total claridad, fiabilidad, sinceridad y reiteración, en cuanto a declaraciones anteriores, relató a este tribunal cómo procedió a grabar en su teléfono móvil el episodio con el acusado", recoge el fallo de la Audiencia.
A pesar de ello, los magistrados lo absuelven de esos abusos sexuales, por el que las acusaciones solicitaban tres años más de cárcel, ya que "sin considerar que la versión de la denunciante sea una fabulación", el tribunal tiene ciertas dudas de cómo sucedieron los hechos, pues no se denunciaron en cuanto ocurrieron.
El fallo lo condena por agresión sexual con la agravante de prevalimiento, puesto que el autor se aprovechó de que la madre de la chica se había marchado de la vivienda para llevar a sus dos hijas comunes al colegio y no había nadie más en casa. También era consciente de que su estatus familiar, por ser la muchacha hija de su compañera sentimental y que desde hacía tiempo había asumido el rol de padre en el núcleo familiar y ejercía autoridad sobre ella.
La Audiencia lo condena a doce años de prisión, como solicitaba la fiscalía y la abogada de la acusación, Mercedes Bayo, así como a ocho de alejamiento, ocho de libertad vigilada y el pago de 7.000 euros de indemnización.
