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Un 'first dates' aragonés de citas a ciegas: así son las cenas en la oscuridad para ligar

El restaurante sensorial 'No lo Veo' del Tubo lanza este jueves un nuevo proyecto en Zaragoza. Se podrá reservar a través de la web del establecimiento para cenar los jueves o los domingos (con doble sorpresa). 

Diego Marcos, en el medio, junto a Mateo Ruiz y Sonia Fernández, personal de sala del No Lo Veo. A la derecha, una pareja en una cita a ciegas.

Disfrutar de la cocina de autor a oscuras de la mano de un desconocido que en función del tiempo (o de lo bien que vaya la cita a ciegas) puede acabar siendo tu pareja. Esta es la nueva experiencia que ofrece en la capital aragonesa el restaurante 'No lo veo' del Tubo de Zaragoza

La dinámica es la misma que sigue 'First Dates' en el programa de 'Cuatro', pero incorpora una diferencia. Aquí los participantes no se van a conocer hasta finalizar la cena, que se desarrolla totalmente a oscuras. "Entrarán en momentos distintos, probarán un menú de autor y, a partir de ahí, lo que surja", explica Diego Marcos, gerente de este establecimiento que se convirtió el pasado mes de mayo en el primer restaurante sensorial de Aragón

Seis meses despúes de emprender en plena pandemia, este hostelero ha querido dar un paso más e innovar para ofrecer un nuevo servicio en la capital aragonesa enfocado a quienes buscan conocer gente nueva de una forma original. "'No lo veo' es ya un proyecto innovador, con cenas a oscuras 100%, personal invidente... Empezamos en plena pandemia y ha ido bien, y ahora queríamos probar a hacer citas a ciegas, más a ciegas que en 'First Dates', donde el primer impacto visual te condiciona ya un poquito la cena", puntualiza Marcos.  

Para participar y disfrutar de esta experiencia, los interesados deberán rellenar un formulario que aparecerá colgado a partir de este jueves en la web del restaurante (en el apartado de reservas). "De esta forma -indica Marcos- habremos hecho un mini 'match' anterior, haciéndoles rellenar este cuestionario con su edad y algunas características más", detalla este empresario. 

De diseñar el menú (que será también sorpresa para los comensales) se encargará el chef aragonés Toño Rodríguez, quien guarda completamente en secreto todas sus creaciones, las cuales se revelarán también al final de la cita. "Cuando acaba la experiencia les ponemos unas imágenes en la barra de los platos y ahí se producen reacciones. Siempre hay alguien que dice: ¡yo esto no me lo hubiera comido, pero me ha gustado'", explica el personal de sala, ilusionado por ver cuáles serán ahora las reacciones "dobles" de las distintas parejas que acudan a la cita a ciegas. Diego Marcos, el creador de esta iniciativa, aconseja "ir preparado para conocer gente y vivir una experiencia sensorial" de la mano de este restaurante. "Aquí no hay carta, es un menú sorpresa que se cambia por estaciones, y habrá cuatro pases con 11 elaboraciones. Si hay alguna alergia o intolerancia nos informan los participantes a través de la web, en el momento de la reserva. Eso es lo único que tenemos en cuenta, en lo demás van a ciegas", indican los responsables, que cuentan con la ayuda de un "celestino" para concertar las citas. 

Más a ciegas que el propio 'First Dates'

Sonia, una empleada ciega: "Nunca pensé que pudiera trabajar de camarera en un restaurante al uso, y ahora estoy muy contenta"

Una vez en el restaurante, los camareros Sonia Fernández y Mateo Ruiz, las dos personas ciegas que se ocupan de la atención en sala, reciben a los comensales y les atienden como a cualquier otro cliente del local. "Va a haber dos tipos de reserva: la reserva normal y la reserva de la cita a ciegas. Nosotros sabemos quiénes son por el tipo de reserva: en la cita a ciegas reservarán solo una plaza y, por lo general, el resto suelen ser a partir de dos", cuenta Fernández, quien comparte con su otro compañero de sala la ilusión por este nuevo proyecto. En su caso lleva seis meses trabajando como camarera, una profesión a la que nunca pensó en dedicarse. "Cuando me dijeron la oferta de trabajo que era pensé que me estaban gastando una broma... Luego a través de Inserta -un programa de inclusión laboral para personas con discapacidad- me llamaron dos personas y vi que era real. Se lo dije a la integradora de la ONCE y al final quedamos mi compañero y yo. Allí pedí formación y siempre que tengo dudas llamo a esa persona y le pregunto. Nunca pensé que pudiera trabajar de camarera en un restaurante al uso, y ahora estoy muy contenta", cuenta Sonia, de 44 años. 

Mateo, compañero de sala: "Al final también estamos acercando nuestra forma de vida con este proyecto"

Su compañero de sala, Mateo Ruiz, vive con la misma "ilusión" el inicio de este proyecto de citas a ciegas, que se desarrollarán los jueves y los domingos a partir de las 20.00. Al igual que Sonia, reconoce que nunca antes se había visto trabajando como camarero, hasta que abrió este restaurante sensorial para acercar sus experiencias. "A mí me ha supuesto un crecimiento laboral y personal, me ha ayudado en mis relaciones interpersonales. Cuando la gente sale del restaurante y me dice: '¡Jo! Eso de ponerme en vuestra situación es complicado, pero lo he conseguido ver y me ha gustado. Eso es lo que más me llena. Poca gente de normal empatiza con nosotros y esto es una situación real y cotidiana que puede vivir todo el mundo", subraya Ruiz, que tiene también "muchas ganas" de empezar a atender citas a ciegas para ver cómo lo asimila la gente. "Es algo muy curioso y espero que nos vaya muy bien. A mí me encanta que la gente sepa un poco más de nuestra forma de vida, y al final estamos acercando eso, nuestro día a día, con dos experiencias totalmente activas", puntualiza. 

Las cenas a oscuras en las citas a ciegas durarán "entre hora y media y dos horas" (hasta el fin de la experiencia). Los dos camareros de sala acompañarán en todo momento a los comensales, que (para no verse) accederán al restaurante en dos turnos distintos. Una parte de la pareja llegará a las 20.00; y la otra, a las 20.30. "Al primero que llega se le sirve un cóctel o una cerveza, y por el pinganillo nos avisan cuando la otra parte está aquí, de tal forma que no se ven hasta el final de la cena. El celestino se ocupa de todo telemáticamente, por correo electrónico. Ambos rellenan un formulario, que es el que nos llega, se hace una investigación breve de afinidades y se les dice qué día va a cada uno", detallan los organizadores. 

"Hace poco vino un matrimonio y el marido me dijo: '¡Hace tiempo que no hablaba con mi mujer dos horas seguidas!"

En el interior del restaurante hay dos salones "más o menos divididos", que alternarán a partir de este jueves las cenas que dispensan a diario (de jueves a domingo) con este nuevo proyecto de citas a ciegas ('Lo quiero, no lo quiero'). 

"En su mayoría -afirma Marcos- al restaurante acuden parejas y grupos de amigos. También despedidas de soltera y, de cara a esta Navidad, puede ser una idea original para cenas de empresa, en las que así no tienes que ver a tu jefe", bromea. 

Seis meses de andadura han dado para mucho en este restaurante, donde este nuevo proyecto promete más aventura y diversión a trabajadores y clientes. "Las anécdotas aquí son continuas... Hace poco vino un matrimonio y el marido me dijo: '¡Hace tiempo que no hablaba con mi mujer dos horas seguidas! (risas). Aquí como todo está a oscuras, la gente se comunica más y disfruta", recalca Marcos, orgulloso de poner ahora en marcha este nuevo proyecto. 

A su juicio, las cosas funcionan "si las haces bien", y esa es para él la clave del éxito. "Este proyecto es más a ciegas que el propio 'First Dates' pero estamos muy ilusionados. Yo siempre estoy innovando y todo lo que hemos hecho desde la organización de 'escape rooms' ha sido intentando diferenciarnos. En momentos así hay que emprender y no tenerle miedo. Si haces las cosas bien, funcionará. Y por ahora estamos muy contentos", concluye este zaragozano. 

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