sucesos en zaragoza 

Absuelto el portero de un pub de las lesiones que sufrió un cliente borracho en Zaragoza

Las acusaciones pedían para el empleado penas de hasta tres años de prisión y entre 16.000 y 25.000 euros de indemnizacion. 

Calle de María Lostal, donde se ha producido la detención.
El suceso se produjo en la calle de María Lostal. 
Heraldo.es

Nadie lo empujó. Se cayó él solo debido a su estado de embriaguez. Las graves lesiones craneoencefálicas que sufrió R. A. M. fueron producto del golpe que se dio con la cabeza contra el suelo, sin que nadie contribuyera a su pérdida de equilibrio. Por estas razones, principalmente, la juez ha absuelto al portero de un pub de la calle de María Lostal de Zaragoza que se enfrentaba a un año y 9 meses de cárcel, que solicitaba la Fiscalía, y tres años que pedía la acusación particular. Reclamaban también indemnizaciones de entre 16.000 y 25.000 euros por las lesiones y las secuelas a la empresa que tenía contratado al empleado de seguridad.

La titular del juzgado de lo Penal considera probado que el 18 de septiembre de 2018, sobre las 2.00, el portero, E. E. R, defendido por el abogado José Luis Melguizo, estaba controlando el acceso al local cuando llegó un cliente claramente borracho. Al negarle la entrada, comenzó a ponerse violento, a gritar y vociferar. El acusado llamó a la Policía Nacional e informó de que una persona ebria estaba dando problemas. Al poco llegaron dos agentes y hablaron con el cliente.

Una vez lo tranquilizaron, los policías se fueron y, tras dar una vuelta a la manzana, regresaron al pub para comprobar si todo estaba en orden. Cuando llegaron los agentes encontraron a R. A. M. increpando al portero, por lo que mediaron de nuevo y quedaron con él en que se iba a ir a casa en taxi.

Lejos de abandonar el lugar, el hombre se dirigió otra vez al portero de forma agresiva gritando: "Has visto cabrón, que la policía es mi amiga". Y al mismo tiempo, le daba un puñetazo en el estómago y un manotazo en la cara. Aprovechando que una clienta entraba en el local, R. A. M. la agarró y tiró fuertemente del pelo.

Mientras esto ocurría, según la sentencia, el acusado sujetaba con una mano la puerta del local para que entrara la joven y, con la otra, intentaba separar la de R. A. M., que no dejaba de lanzar golpes al empleado. La juez expone que cuando finalmente lo separó y el hombre se encontraba en la acera, "a cuatro o cinco metros de la puerta de acceso, se mareó, se tambaleó, perdiendo el equilibrio, motivo por el que quedó sentado en el suelo, y finalmente cayó hacia atrás, golpeándose la cabeza".

A consecuencia de los hechos, sufrió un "traumatismo craneoencefálico severo, con lesión bifrontal extensa" que requirió tratamiento quirúrgico. El lesionado tardó 180 días en curar, 64 de ellos en el hospital. Como secuela le queda una leve disnomía (dificultad para recordar la palabra correcta cuando es necesario).

La juez ha tenido en cuenta los testimonios de los testigos que no vieron que el acusado empujara o pegara al cliente, "ni siquiera para defenderse". Duda de la versión del lesionado, quien dijo que no recordaba nada de lo sucedido, salvo "que no iba borracho". La magistrada admite que el denunciante, además de la disnomía, puede tener otras secuelas, pero explica que estas son producto del consumo abusivo de alcohol y no atribuibles a la caída, como sugirió el forense, quien dijo que tenía un síndrome postconmocional.

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