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Otra vez a la búsqueda del chollo más solidario
El Rastrillo Aragón de la Fundación Ozanam vive su primera jornada en la sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza tras el año de parón por la pandemia. Este primer día ha recibido a 3.435 personas y se han recaudado 45.600 euros.
Apenas media hora después de que el Rastrillo Aragón de la Fundación Federico Ozanam de Zaragoza hubiera abierto sus puertas, Carlos Romero, un coleccionista de cómics dede hace cuatro décadas, ya llevaba en una bolsa su particular ‘tesoro’. Un Mortadelo especial ‘Camping’, el volumen ‘Este país’ del dibujante ‘Máximo’ y tres libros de arte en inglés de 1956. Por todo el lote pagó 14 euros.
Con el regreso de esta cita, que permanecerá en la sala Multiusos del Auditorio hasta el próximo 1 de noviembre, también han regresado estos auténticos especialistas en aprovechar las primeras horas para lograr alguna ganga. "Me he pedido el día de fiesta para poder venir y luego volveré el fin de semana. El año pasado lo eché mucho de menos", comentaba este apasionado de las historias en viñetas.
La venta más madrugadora fue una serigrafía de Eva Armisén, titulada ‘Un día en la feria’. "Nada más decirse las últimas palabras en la inauguración ya había una persona, la primera en la fila delante del puesto, para adquirirla. Es algo que suele pasar con esta artista", comentaba Isabel Clemente, una de las voluntarias del delantal rojo que, una vez jubilada, saca experiencia a su trayectoria profesional como directora del centro cultural Ibercaja Actur en el puesto dedicado a la pintura. "En mi trabajo he disfrutado y ahora es gratificante seguir haciendo algo que me gusta y tiene un fin social", decía. En este estand se pueden encontrar cuadros desde 50 euros a más de 10.000.
Un ambiente casi de rebajas se vivía en los puestos de ropa y muebles nuevos. Se acerca la Navidad y hay quien aprovecha para comprar algún regalo y, con suerte, tacharlos todos de la lista. "Soy una habitual de esta feria. Siempre vengo a ver algo de decoración porque me gusta y suelen encontrarse cosas a un precio bastante asequible", decía Lola Rocamora. A los minutos de entrar ya había ‘picado’ con varios pinos navideños de cerámica y uno de madera que iba a regalarles a sus hijos.
El desván con sus antigüedades y objetos curiosos siempre es uno de los más animados. Hay que perder un poco de tiempo para fijarse en los artículos curiosos que reposan sobre sus estantes. Las propias encargadas son las primeras que a veces se sorprenden de lo que encuentran al desenvolver alguna donación.
Es lo que este año le ha pasado a Mapi García, una de las veteranas del puesto. "Dentro de una chistera, que ya hemos vendido a un chico que hace teatro, había envuelta lo que parece que es una banda de alcalde o concejal del Ayuntamiento de Zaragoza. Para nosotras es una pequeña joya", contaba. En una de las paredes cuelga un traje de infantico del Pilar con bonete incluido y casi a ras de suelo se puede descubrir un aparatoso aspirador del hogar marca Valet, en su maleta original, de los años 50. Incluso conserva su manual de instrucciones. Lo que no se ha comprobado es su funciona.
Esta edición, tras una año de parón por el coronavirus, sigue marcada por la pandemia. Por los pasillos de unos ocho metros de anchura se puede andar tranquilamente. Los fieles a esta tradicional y popular cita echan de menos algunos de los 12 puestos que se han tenido que descartar por cuestiones de aforo. Aunque el fin de semana que se avecina será el de la vuelta a la normalidad, aquí se mantendrá la limitación de aforo a un millar de personas. Esta jornada inaugural se ha saldado con 3.435 visitantes y una recaudación de 46.500 euros, un dinero que se destinará a sanear las cuentas de la entidad y reforzar los proyectos sociales que tiene en marcha.
