“La gente al principio se preguntaba para qué hacía falta un filósofo"

Miguel Mariñoso es el 'filósofo municipal' de Artieda, un pequeño pueblo de 70 habitantes que lo ha acogido muy bien: “Es un tesoro y muy buena persona”, dicen de él.

Miguel, el filósofo municipal, hablando con vecinos de Artieda en la calle
Miguel, el filósofo municipal, hablando con vecinos de Artieda en la calle
Laura Zamborin

Filosofía no es una carrera que tenga prácticas como tal, pero en Artieda están sacando partido a esta titulación y desde principios de mes cuentan con un filósofo municipal, un cargo poco habitual que desempeña Miguel Mariñoso. Y además de ‘filosofar’, Artieda también está haciendo historia con esta experiencia pionera que sólo se conoce en Corigliano d’Otranto, en la Grecia Salentina.

¿Y cuál es la labor del filósofo municipal? A priori este trabajo puede llamar la atención, pero tal y como asegura Miguel, “la filosofía está detrás de muchas cosas del día a día, de Artieda y de tantos pueblos en situaciones parecidas”. El mundo rural tiene relación directa con la filosofía y en el caso de Artieda, se demuestra con el trabajo realizado por Empenta Artieda desde hace 5 años, para combatir la despoblación. Miguel explica que en 40 años, este pueblo ha perdido a más de 300 habitantes y actualmente cuenta con 70 vecinos. Empenta Artieda “ha logrado recuperar a personas que se habían ido y han vuelto, así como a jóvenes que han establecido su lugar de residencia aquí”.

“Es un tesoro y muy buena persona”, dicen de él.

El filósofo municipal está elaborando un informe que recopile la memoria histórica del lugar, “hago entrevistas a las personas mayores a través de un estudio etnográfico y en base a las preguntas sobre cómo era la vida en Artieda en la primera mitad del siglo XX, saldrá un documento que explicará cómo era la vida, el trabajo, el día a día de las familias o en la escuela, entre otras cuestiones”, añade.

Lleva en esta localidad desde principios del mes de octubre y ya conoce a todos los vecinos, a sus familias, las casas… es uno más en Artieda. “Había gente que al principio se preguntaba para qué hacía falta un filósofo, en tono jocoso, pero hablando se explican las cosas”, recuerda. También le preguntaban que para qué estudiaba filosofía “si de eso no se puede vivir”, o para qué sirve, “que yo tampoco lo tengo muy claro pera está detrás de todo, de un modo u otro”. Pero los vecinos están encantados con él. Muchos ya han hecho sus entrevistas y otros la harán en los próximos días. “Es un tesoro y muy buena persona”, dicen de él.

El Ayuntamiento de Artieda buscaba un estudiante de filosofía, algo poco habitual.

Esta en Artieda gracias al programa Erasmus Rural Desafío, conjunto de la Diputación Provincial de Zaragoza y la Universidad de Zaragoza, “para facilitar la movilidad de los estudiantes en el medio rural”. Y lo que llevó hasta Artieda fue su gran interés por el medio rural, el conflicto de la despoblación y en este caso también el pantano de Yesa. “Solicité un Erasmus Rural, me apunté y coincidió que el Ayuntamiento de Artieda buscaba un estudiante de filosofía. Y reconoce que no muchos consistorios piden un estudiante de filosofía para realizar prácticas, porque no es una carrera que las tenga como tal.

Miguel en el bar con Bétur Iguázel, miembro de Empenta Artieda y tutor de prácticas por parte de la localidad
Miguel en el bar con Bétur Iguázel, miembro de Empenta Artieda y tutor de prácticas por parte de la localidad
Laura Zamborin

En estos 20 días, Miguel se ha dado cuenta de que Artieda es un pueblo con condiciones muy concretas, “y tiene una peculiaridad: que la gente que ha quedado está muy unida, hay gran conciencia colectiva, algo que en otros pueblos no se ve”. “Todos se hablan con todos y a la hora del vermú se junta todo el pueblo. Hay un sentimiento de unidad, de compartir”, destaca. Y a pesar de las dudas del principio de los vecinos por no entender del todo la existencia de un filósofo en “el lugar”, un día en el bar se habló de filosofía y de epicureísmo.

Miguel estará en Artieda hasta finales del mes de octubre, aunque dice que igual se queda también la primera semana de noviembre. “Se me está haciendo esto muy corto y no me va a dar tiempo de acabar el trabajo que he empezado”, indica. La experiencia pionera que se está llevando en esta localidad le parece muy buena, pero piensa que se debería invertir más tiempo e incluso plantear como un Erasmus durante un curso entero. Además es partidario de que se lleve a cabo en más pueblos. “Animo a los estudiantes de cualquier grado y a los ayuntamientos a tomar esta iniciativa, porque todo el mundo saca algo de provecho”, concluye.

Empenta Artieda

Empenta Artieda es el proyecto de desarrollo local comenzado hace 5 años en este municipio del Viello Aragón para luchar contra la despoblación. Cuenta entre sus ejes de acción con la acogida en el municipio de diversas personas que conviven temporalmente con su población. Desde voluntarios hasta estudiantes de prácticas procedentes de todas las partes del mundo han pasado por esta localidad pirenaica contribuyendo en sus proyectos comunitarios y colaborando con los vecinos y el ayuntamiento.

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