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Adiós a una tienda con solera de Zaragoza: Reyfi se despide "por todo lo alto" el día del Pilar

Hace un año, el comercio de ropa de caballero en el número 1 de Conde de Aranda anunció que cerraba sus puertas. El último día de apertura será este martes, 12 de octubre.

“Ni sé la cantidad de trajes que tengo de esta tienda. ¿Qué voy a hacer con ellos?”. Un anciano mira con tristeza a su alrededor en el casi desabastecido local de Reyfi, donde se han vestido generaciones de zaragozanos tanto de ‘sport’ como de traje o ceremonia. Ahora, los maniquíes ya no prestan sus hechuras a las prendas y asisten, desnudos e impertérritos, a la liquidación del comercio. Durante los últimos doce meses, los carteles en el escaparate han anunciado el cese del negocio, y Fernando Sampietro, el dueño, se afana estos días en atender a los clientes que acuden al reclamo de los apetecibles precios. En un guiño poético a su larga trayectoria, el último día de servicio de esta tienda con solera será este 12 de octubre, día del Pilar, fiesta grande en la ciudad en la que se ha radicado desde 1966, en el número 1 de la calle del Conde Aranda. Y, por supuesto, Sampietro abrirá sus puertas. “Me voy a despedir por todo lo alto”, afirma.

El último año ha sido “duro” y a muchos clientes les apena el cierre. “Es toda una vida, hemos vestido a jóvenes para su boda y, años después, a sus hijos para la suya”, cuenta el comerciante. Como si estuviera ensayado, una clienta entra en la tienda, le enseña una foto en el móvil y, tras darle las gracias, se marcha. “Era su marido vestido por nosotros de padrino”, explica Sampietro entre risas.

La puntilla del coronavirus

La pandemia del coronavirus ha puesto la puntilla al negocio. El cierre durante meses, la caída en picado de las bodas y demás ceremonias, la jubilación de su socio y el auge del comercio electrónico se confabularon en una suerte de tormenta perfecta que terminó por decidir a Sampietro a tirar la toalla. Aunque en su cabeza bullen las ideas, y ya tiene en marcha un proyecto que le ilusiona y llena los escasos ratos libres que le deja el trasiego de la tienda.

Porque el trasiego de la tienda, sobre todo en esta recta final, es grande, aunque en los primeros meses el goteo de clientes fue “constante, pero sin aglomeraciones”. Fernando recorre incansable el local para buscar una talla de vaquero por aquí, una trenca por allá, unas camisas para tal o cual caballero. “Esto no es una ferretería, donde todos los tornillos son iguales. Pruébese todos los pantalones”, le espeta a un señor que pretende ponerse solo uno de los varios de la misma talla que Sampietro le ofrece. Como comerciante, tiene mucho ojo, mucha experiencia, mucha paciencia y, sobre todo, mucho sentido del humor.

Sin embargo, se pone serio cuando examina la realidad de los comercios. En los últimos meses, los hábitos de consumo han cambiado debido a las limitaciones y restricciones provocadas por el coronavirus, y muchas tiendas físicas han tenido que dar el salto a la web para tratar de evitar su desaparición. “Los jóvenes lo compran todo por internet. Las estructuras actuales agonizan, y si no te adaptas, mueres”, reflexiona.

Cierre y nuevo proyecto

Y él ha buscado adaptarse. Así, en cuanto concluya el proceso de cierre, a lo largo de la presente semana, se va a meter de lleno en su nueva iniciativa de negocio, algo que no le asusta acometer a sus 58 años. “Hace un año, cuando decidí cerrar, ya tenía la idea en la cabeza, y menos mal que empecé a darle forma, porque ahora encadeno una actividad con otra. De otro modo, si tuviera que empezar ahora a montar toda la estructura, igual me da el bajón y no lo hago”, reconoce.

No va a dejar el mundo de la moda, al que ha dedicado toda su vida desde que entró a trabajar en Reyfi con 16 años, en el lejano 1979. Pero sí se aleja de la sastrería, los trajes y la confección para centrarse en la moda vaquera, para lo que ha creado la página web www.telejeans.com con la idea de vender por internet, en principio la marca Wrangler, con la que ya trabaja, y después abrirse a otras firmas. 

No todo va a ser ‘online’, sino que abrirá (“a finales de noviembre, espero”) un ‘showroom’ en el Actur donde, previa petición de cita, el cliente podrá disfrutar de una venta personalizada. “Muchos de mis clientes llevan siempre el mismo tipo de pantalón, así que puedo asesorarles para que lo adquieran a través de la web. Y si no, en el local, donde tendré una pequeña variedad de modelos. Si en ese momento tengo la talla y el color deseados, el cliente se lo podrá llevar a casa. Y si no… pues por eso se llama TeleJeans, como Telepizza, te lo envío a casa”, explica entre risas.

Ahora tiene sentimientos encontrados, porque el cierre de Reyfi supone dejar atrás "el trabajo de mucha gente a lo largo de muchos años". No en vano, en sus inicios la tienda tenía tres plantas abiertas al público, con sección para hombres y mujeres, y daba trabajo hasta a 13 personas. Pero se marcha con la satisfacción de ser conocido en muchos lugares como "el de Reyfi", y de haber atendido a cientos de personas llegadas de todos los puntos de Aragón y de España. Y le alegra infinito saber que, cuando baje por última vez la persiana, los zaragozanos no tardarán en verla subida de nuevo. Porque, avanza, otro comercio con solera de la ciudad abrirá en breve las puertas que él cierre. Pero eso ya será otra historia.

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