tribunales

Diez meses de cárcel para el paciente que amenazó a una médica con una navaja en Zaragoza

La agresión se produjo en el verano de 2020 el centro de salud José Ramón Muñoz, en el paseo de Sagasta

Concentracion en el centro de Salud Sagasta.
Concentracion en el centro de Salud Sagasta en contra de las agresiones a sanitarios.
Oliver Duch

La agresión sufrida por una médica de urgencias del centro de salud José Ramón Muñoz durante el verano de 2020 se ha saldado con una condena de diez meses de prisión para el autor. Miguel Ángel D. H., admitió en el juicio que amenazó con clavar una navaja a la profesional si no le daba su historial médico.

El reconocimiento de los hechos, sufrir un trastorno psíquico y haber reparado el daño causado le ha servido para que le impusieran una pena más benévola. El acusado, de 29 años, ha sido condenado a siete meses de cárcel por un delito de atentado a funcionario, tres meses por otro de lesiones y al pago de 240 euros de multa por un delito leve de coacciones. La condena incluye la prohibición de acercarse a la médica, a su domicilio o a su trabajo a menos de 200 metros durante cinco años, incluido al centro de salud de Sagasta, como solicitó su abogado, Carlos Fuertes Iglesias.

En la vista oral se dictó sentencia in voce y la juez de lo Penal número 3 dejó en suspenso la ejecución de la pena a condición de que no vuelva a delinquir en dos años.

La agresión se produjo en la tarde del domingo 28 de junio de 2020. Miguel Ángel D. H se presentó en el centro y solicitó ser atendido en urgencias. Una vez dentro de la consulta de la doctora le dijo que tenía un dolor en la espalda y, de forma sorpresiva, sacó una navaja, se abalanzó sobre la profesional y se la puso en el abdomen al tiempo que le exigía la entrega de los informes que hubiera a su nombre en el centro.

La médica llegó a temer por su vida, como después relataría a este diario, pero supo mantener la calma y tranquilizar al atacante. Tras diez minutos de negociación logró convencerlo para que depusiera su actitud y al final se marchó corriendo, no sin antes amenazar con volver. Durante esos diez minutos la médica temió lo peor. "Solo pensaba en mis hijas y en que no iba a volver a verlas", recordaba la doctora al día siguiente del incidente.

A consecuencia del ataque, la profesional sanitaria ha sufrido lesiones psíquicas (insomnio, sentimientos de miedo y vulnerabilidad) que han requerido de tratamiento psicofarmacológico y le ha causado un cuadro de estrés postraumático moderado.

La doctora no solo sufrió por la agresión sino también porque después, cuando llamaron a la Policía Nacional, le dijeron que no tenían patrullas para enviarles. "No me lo podía creer–, ese hombre había amenazado con volver, estábamos solo dos médicos en el centro y no había nadie para protegernos", contaba. La médica tomó la decisión de no dejar solo a su compañero y quedarse a terminar su turno, hasta las 20.00, viendo a pacientes. "Fue la hora más larga de toda mi vida, porque tenía miedo de que este hombre volviera".

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