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Cárcel para un vecino de Gallur por varios delitos y por robar un tobogán en Bárboles

La Audiencia lo condena por extorsión, tráfico de drogas, robos y tenencia de armas prohibidas
a 7 años de prisión.

La Guardia Civil entró en casa de Sergio Vicente Alonso, en Gallur, en busca de drogas y armas y por eso los agentes no se sorprendieron cuando encontraron cuatro escopetas, cerca de 250 cartuchos de diferentes calibres, dos enormes navajas, un rompecabezas medieval, una ballesta o una catana, entre otras armas, además de cerca de tres kilos de hachís y 11.760 euros. Lo que les llamó la atención, por atípico, fue un tobogán cuya sustracción había sido denunciada unos meses antes por el Ayuntamiento de Bárboles. El aparato, valorado en 4.190 euros, se encontraba anclado el parque infantil de la pequeña localidad zaragozana y estaba coronado a modo de adorno por un cabezudo, que también desmontó y se llevó a su jardín el acusado.

La Audiencia Provincial de Zaragoza juzgó ayer a Sergio Vicente por delitos de extorsión, robo con fuerza en casa habitada, salud púbica, tenencia de armas prohibidas, drogas y hurto. El delincuente, que se enfrentaba a penas de más de 12 años de prisión, acabó reconociendo los hechos, lo que le valió que la Fiscalía rebajara su petición, aplicando las atenuantes de drogadicción y reparación del daño y la dejara en siete años, como solicitó su abogado, Carlos Castillo.

Junto a él fueron juzgados Miguel Ángel de la C. y Beatriz L. A., defendida por Olga Cerezo, que recibirán sendas condenas de 2 años el primero por robo y extorsión y de nueve meses la segunda por este último delito. 

Los tres encausados, según el tribunal, se presentaron el 23 de octubre de 2020 en el domicilio de un vecino de El Burgo de Ebro, a quien conocían, y le exigieron con amenazas que les diera dinero o les ayudara a buscarlo. Sergio Vicente le había entregado en fechas previas documentación de terceras personas obtenida de forma ilícita con la que se suponía que el vecino debía pedir créditos rápidos. Mientras, la acusada le exigió que le hiciera un contrato en la casa que ocupaba ilegalmente para lo que necesitaba informes de solvencia, pese a carecer de ellos. Por su parte, Miguel Ángel de la C. le solicitó el dinero sobrante de la venta de una moto para cancelar un crédito. Y todos le demandaron que les gestionara supuestos préstamos para beneficiarse de ellos.

Como forma de convencerle, Sergio Vicente le apuntó a la cabeza con una escopeta recortada y el otro acusado blandió una barra de hierro. Por si le quedaba alguna duda de sus intenciones, el líder del grupo salió de la casa y disparó al aire.

A raíz de esta visita, concertaron una nueva cita en una nave de Miguel Ángel de la C., en Pinseque. La víctima acudió pero sin dinero. Veinte días después, cuando regresó a su casa, descubrió que le habían reventado la puerta y habían robado en su interior dinero y documentos, entre ellos varias escrituras. Una semana más tarde, los acusados volvieron a robarle y en esta ocasión se llevaron una televisión de 50 pulgadas, cuatro cañas y material de pesca, numerosas herramientas y otros utensilios.

Cuando estaba denunciando los hechos en el cuartel de la Guardia Civil, la acusada, según la Fiscalía, lo llamó y le gritó: "Ahí es donde teníamos que haberte pegado un tiro",  en relación al incidente ocurrido en El Burgo. En diciembre volvieron a robarle y decidió rescindir el contrato y marcharse de esa casa.

Ese mismo mes, los agentes arrestaron a los tres sospechosos por los delitos mencionados y por vender drogas a jóvenes de Gallur tráfico de drogas, a los que también usaban como correos.

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