Los portavoces de los grupos municipales en el Ayuntamiento de Zaragoza se han reunido este lunes en una junta extraordinaria solicitada por el PSOE para que el gobierno PP-Cs explique los preparativos que está llevando a cabo de cara a unas posibles Fiestas del Pilar. La sesión ha estado marcada, en todo caso, por las declaraciones del presidente de Aragón, Javier Lambán, que en un acto en Utrillas ha señalado que "por encima de la economía, están la salud y la vida de los aragoneses" por lo que “no pasa nada” por suspender los festejos. “Ya las haremos en el año 2022”, ha apuntado.

Para la vicealcadesa de Zaragoza, Sara Fernández, estas palabras no cambian nada. “El Ayuntamiento tiene que escuchar una declaración oficial, no un tuit o unas declaraciones en otras circunstancias”, ha manifestado la edil. “Hablamos de cosas serias, de la salud y de la economía de los zaragozanos”, ha reiterado.

Fernández ha detallado al resto de portavoces la programación prevista, que contempla una treintena de escenarios, todos con medidas especiales ante la covid, como control de aforo y uso obligatorio de la mascarilla. El coste de la programación ascendería a 2 millones a la espera de la decisión oficial que adopte el departamento de Sanidad en el marco del Consejo Local de Aragón, que se celebrará el jueves.

La edil ha defendido que el gobierno municipal “debía estar preparado” ya que las Fiestas del Pilar “no se organizan en un mes”. Y ha salido al paso de las críticas por la licitación de grandes recintos, como el ferial de Valdespartera el de conciertos del parque del Agua, con capacidad para miles de asistentes. “Se están convocando actos multitudinarios, como en Motorland, con 20.000 personas, con lo cual no sabemos qué actos alcanzarían esas cifras. Seguimos a la espera de lo que nos diga Sanidad”.

“Irresponsabilidad”

En cambio, la portavoz socialista, Lola Ranera, ha vuelto a criticar las “expectativas” que a su juicio estaba generando el gobierno municipal con los preparativos de las fiestas. “No son conscientes de la situación sanitaria actual”, ha advertido la edil, que ha lamentado igualmente que el alcalde, Jorge Azcón, no haya asistido a la junta.

“Queremos que haya una corresponsabilidad. Aunque son las autoridades sanitarias las que tienen que decidir, no podemos generar expectativas como si no pasara nada, porque eso confunde a la ciudadanía”, ha señalado la edil socialista, que ha solicitado al gobierno PP-Cs que destine el presupuesto de las fiestas a ayudas a los sectores más castigados.

En este sentido, Fernández ha recordado que los 2 millones de inversión previstos “tienen en cuenta los ingresos” que se generan en las fiestas, por lo que “habría que rehacer las cuentas”. En cualquier caso, ha defendido el “esfuerzo” de su gobierno por sectores como el cultural o el hostelero en los últimos meses.

Por su parte, el portavoz de ZEC, Pedro Santisteve, ha argumentado que “en estos tiempos de pandemia los hosteleros y el tejido cultural han demostrado responsabilidad a la hora de aplicar medidas de prevención”. “Por ello -ha añadido-, podemos atrevernos a una programación prolongada en el tiempo que fuera más allá del calendario de las fiestas, descentralizada, con pequeños actos y de calidad”.

Desde Podemos, su portavoz, Fernando Rivarés, ha tachado de “irresponsable” la actitud del gobierno municipal. “Lanzar el mensaje de que habrá 30 escenarios por la ciudad es invitar a la gente a salir en masa”, ha comentado. Por ello, ha propuesto no celebrar las fiestas y buscar “alternativas para compensar” a los sectores afectados.

Finalmente, tan solo Vox, socio del gobierno municipal, ha respaldado a la vicealcaldesa. “El Ayuntamiento no puede hacer otra cosa que un ejercicio de prudencia y anticipación, preparando actos en función de los distintos escenarios en que podamos encontrarnos para no tener que improvisar en el último minuto”, ha defendido su portavoz, Julio Calvo, que ha reclamado que sea el Gobierno central el que “tome las riendas” de la gestión de la pandemia.