Zaragoza adjudica el recinto ferial para el Pilar con 110 atracciones y aforo para 10.000 personas

A la espera de la decisión que adopte Sanidad el próximo 2 de septiembre sobre el veto a los festejos patronales en Aragón, el Ayuntamiento de Zaragoza avanza en la organización de las Fiestas del Pilar, con la esperanza de que se puedan celebrar aunque sea con limitaciones. De esta forma, están en marcha las licitaciones de la estructura de la Virgen para la Ofrenda de Flores y la del nuevo escenario de conciertos del Parque del Agua, entre otros.

El que ya se ha resuelto es el del recinto ferial de Valdespartera. Mientras las concesiones habituales por las Fiestas del Pilar se han suspendido hasta la vuelta a la normalidad, el Ayuntamiento ha licitado la instalación de un parque de ocio en el mismo lugar, pero adaptado a las actuales circunstancias y con la esperanza de que Sanidad permita su apertura incluso aunque se suspendan los festejos patronales.

El adjudicatario ha sido la empresa que viene explotando el recinto en los últimos años, Orfeinte. Su responsable, Javier Molina, se mostró «con ganas de empezar y de hacerlo bien para que la gente venga» después de «prácticamente dos años parados». Entre las novedades respecto a pasadas ediciones de las fiestas, la instalación tendrá todo el perímetro vallado –más de tres kilómetros de longitud– y contará con seis accesos que controlarán en tiempo real el número de personas que entran y salen. Así se podrá regular el aforo, que con el actual nivel de alerta alcanzaría las 10.000 personas, aunque se adaptará a las restricciones que imperen en el mes octubre.

En cuanto a las atracciones, se reducen y pasan de 145 a 110. Esto, unido a que no se montarán las carpas del Espacio Zity ni de la cerveza, permitirá distanciar las instalaciones y evitar aglomeraciones. Además, todos los trabajadores deberán contar con la pauta completa de vacunación y el uso de la mascarilla será obligatorio en todo momento, incluso al aire libre.

En cuanto a la restauración, contarán con zonas para consumir, ya que no se podrá ingerir alimentos mientras se camina por el recinto. Si Sanidad da el visto bueno, las puertas abrirían del 8 al 24 de octubre, con descuentos tras la semana del Pilar.

El ferial, en cualquier caso, «estará muy centrado en el ocio familiar», explicó Molina. Está prevista la instalación de una noria, un gran tobogán, un escenario con actuaciones para los más pequeños (con pintacaras, magia, teatro...), y el circo Mystique, con aforo para 850 personas.

La concejal de Servicios Públicos, Natalia Chueca, señaló que «no será un recinto ferial al uso», sino un lugar «con aforos controlados y más limitado que permitirá un espacio de divertimento al aire libre para las familias» y «un apoyo al sector de los feriantes».

El escenario de conciertos de Ranillas será "grande y versátil"

La gran novedad de las fiestas de este año, si es que la DGA permite su celebración, será el escenario que el Ayuntamiento de Zaragoza tiene previsto instalar en el Parque del Agua. Allí, el gobierno PP-Cs prevé programar los conciertos patrocinados que habitualmente se ofrecían de forma gratuita y, por tanto, multitudinaria, en la plaza del Pilar.

Si obtiene el visto bueno de Sanidad, el recinto se ubicará en la campa junto a la noria siria, al lado del campo de golf, y podría albergar a miles de personas. La iniciativa ha recibido críticas de entidades como Legado Expo, por el posible daño que podría sufrir el Parque del Agua y por no usar el Anfiteatro de Ranillas, y ha despertado recelos por la posible concentración de botellones en esta zona de ribera.

Sin embargo, la vicealcaldesa, Sara Fernández, defendió este lunes un recinto que será «grande» y «muy versátil» para adaptarse a los requerimientos de Sanidad. Con este formato, además, la plaza del Pilar solo albergará los conciertos de jotas.

«Haya o no actividad, la plaza del Pilar es el corazón de la ciudad y de esta forma separaríamos y evitaríamos que hubiera esas aglomeraciones», dijo Fernández. La edil se mostró a la espera de la decisión de la DGA pero apostó, en cualquier caso, por un formato de fiestas «más reducido» de lo habitual.