gastronomía

Una ruta cervecera con los vasos como grandes protagonistas

Casi todas las cervezas de importación se beben en copas especiales en cuyo diseño se conjugan el marketing y la apreciación de sus aromas y sabores.

Raúl Moncho, de La Cebada, con tres cervezas de importación servidas en copas muy diferentes
Raúl Moncho, de La Cebada, con tres cervezas de importación servidas en copas muy diferentes
Asier Alkorta

Casi todas las cervezas de importación, y cada vez más las nacionales, se beben en vasos especiales. Es un detalle relacionado, a partes iguales, con la importancia del diseño para apreciar mejor aromas y sabores, y con argumentos de marketing. Es lo que muestra esta ruta por locales clásicos y nuevos de Zaragoza donde disfrutar de una cerveza bien tirada.

El diseño del vaso de la Kwak es uno de los más llamativos.
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La Cebada

Raúl Moncho, propietario de La Cebada (c/ Caminos del Norte, 24. 976 090 983), es una enciclopedia andante sobre la cerveza. Su especialidad son las trapenses que se producen en algunas abadías europeas, sobre todo en Bélgica. Raúl muestra tres diferentes con sus respectivos vasos. El de la Hopus, por ejemplo, “lo que hace es canalizar los aromas, que al beber suben directamente a la nariz, mientras que su forma ayuda a mantener la espuma”.
​La Paix Dieu simboliza la luna, “solo la elaboran un día al mes, el de luna llena, por eso la copa tiene ese diseño”. Hace unos años la encontró de barril en un bar de Holanda “y soy el único que la tiene en España, ya que no hay distribución”.
​El famoso vaso de la Kwak, alargado como si fuera una probeta, tiene una historia curiosa. “En Amberes hay un local donde lo ponen y tienes que dejar un zapato a cambio para garantizar que no te lo llevas; puro marketing”, concluye.

Cerveza Gulden Draak tirada en Invictus
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Invictus

En Invictus (c/ San Antonio María Claret, 43-45. 637 812 136), José Miguel Osuna se ha decantado por la Gulden Draak, una belga cuyo vaso, como la mayoría, tiene forma de cáliz, “con una base ancha para olerla bien y apreciar su sabor; la nariz cabe en la copa y sus matices llegan intensos”.
​La clásica triple es de alta graduación (10,5%). “Es una de las tostadas más vendidas del mundo, con unos toques dulzones muy interesante”. “Y peligrosa –prosigue–, es amable en boca y sin darte cuenta puedes acabar un poco perjudicado”.

La Duvel servida por Marcelo Romano en La Taberna del Blues.
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La Taberna del Blues

Marcelo Romano es un veterano del sector cervecero. Su Taberna del Blues (c/ Juan José Lorente, 28) lleva 27 años abierta. La Duvel de alta fermentación es una de las que más trabaja. “En comparación con otras del grupo es la más suave, ya que solo tiene seis grados y medio”, comenta. “La forma del vaso ayuda a que la espuma tenga un gran protagonismo –prosigue–, cuando lo acercas a la nariz ya te dice de qué tipo es”.

Juan José Pérez es el propietario de la cervecería Beerland.
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Beerland

Juan José Pérez, propietario de Beerland (plaza de San Francisco, 17. 976 560 603), es otro veterano hostelero vinculado a este mundo. Sirve la Orval en una copa de cáliz que “al ser un poco más ancha prácticamente abarca toda la boca y llega perfecta a las papilas gustativas”. Él fue de los primeros en Zaragoza en trabajar cervezas de importación, sobre todo belgas. “A la gente le costó entrar –asegura–, pero ahora tienen una gran aceptación”.

Alberto Martínez tirando una cerveza de trigo alemán en The Beer Corner.
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The Beer Corner

La Weihenstephan de trigo alemán se sirve en un vaso muy diferente a los anteriores. Alberto Martínez, socio de The Beer Corner (c/ Heroísmo, 2. 605 846 661), explica que “por la carbonatación y la levadura que lleva necesita que haya una retención de la espuma para sacar sus aromas y que aguante bien el trago entero sin perderla”. Por eso tiene forma espigada y estrecha. “Es de un estilo canónico alemán, suave, de cinco grados, y con una buena relación calidad/precio”, concluye.

La Delirium Tremens presenta un llamativo color rojizo.
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Seven Beers

Al barrio nuevo de Parque Venecia también ha llegado la fiebre cervecera. Lo ha hecho de la mano de Seven Beers (c/ Vaportetto, 19. 976 759 404). Daniel Aldana ha elegido la Delirium Tremens, como el famoso bar de Bruselas. Al servir la 'red' comenta que “es como una piruleta, muy llamativa por el color y el dulzor tan especial”. El vaso en forma de copa “permite que se abra bien y apreciar todos sus matices”. El pie se asemeja a la trompa de un elefante y es otro de sus curiosos detalles.

Javier Gran sirviendo The Corne en El Museo de la Cerveza.
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El Museo de la Cerveza

Javier Gran, responsable de la distribuidora Santa Malta, describe en El Museo de la Cerveza (c/ Roger de Tur. Camino de las Torres, 13) el vaso de La Corne, con forma de cuerno. En este local se vende muy bien. “Lo del cuerno es un tema más de marketing; resulta atractivo y si sale alguno así a las mesas se tiende a pedir más”, concluye.

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