Denuncia a un familiar contagiado de covid por montar una fiesta en una casa de su propiedad en el barrio de Casablanca
La propietaria, madrastra del joven, llamó al 091 para alertar de la reunión tras recibir el aviso de una vecina. En la vivienda, ubicada en Casablanca, se encontraban un total de trece invitados.
El organizador de una fiesta disuelta la madrugada del miércoles por la Policía Nacional tenía razones de peso para no congregar a sus amigos. Al joven no solo se le notificó un positivo por coronavirus la semana pasada -que le obligaba a respetar una estricta cuarentena- sino que además no contaba con un espacio propio en el que celebrar la reunión. En su lugar, el joven decidió invitar a una docena de colegas al chalet vacío de una familiar, que según ha podido saber HERALDO se trata de su madrastra.
La propietaria era totalmente ajena a la fiesta que alteraba el descanso en una zona residencial especialmente tranquila en la calle de la Isla de Malta, entre el barrio de Casablanca y el Canal Imperial. Fue una vecina la que le telefoneó hacia las 3.15 para avisarle de que del interior de su domicilio salían música y gritos que se correspondían, de forma más que evidente, con una fiesta.
Alertada, ya que el chalet en el que vive habitualmente debía estar desocupado, la dueña del inmueble llamó inmediatamente a la sala del 091 de la Policía Nacional para dar parte de la concentración ilegal. Hasta la casa se desplazaron minutos después varias dotaciones de la Jefatura Superior. Los agentes comprobaron que en el interior había un grupo numeroso de personas que excedía el máximo contemplado por la normativa vigente. Además, no portaban mascarillas ni guardaban las distancias de seguridad. Por tal motivo se solicitó la comparecencia en la puerta de acceso a la morada del organizador del evento.
Lejos de asumir la responsabilidad de sus actos, el joven -de entre veinte y treinta años- mostró a los agentes el documento nacional de identidad de otra persona. Sin embargo, tras unas rápidas comprobaciones, los funcionarios se percataron de que se trataba de un familiar de la legítima propietaria del inmueble que había accedido a la vivienda sin el permiso expreso de esta.
Los policías, a través de la sala del 091, volvieron a contactar con la mujer, quien de forma explícita autorizó a los agentes actuantes a que accedieran a la vivienda para poder desalojar la fiesta. Durante el desalojo se identificó a un total de trece personas. Todos ellos tienen edades comprendidas entre los 20 y los 30 años. Los trece fueron propuestos para sanción por el incumplimiento de las medidas sanitarias vigentes en este momento, que impiden reuniones de estas características.
Posteriormente, los agentes se percataron de la circunstancia que agrava aún más la falta: el organizador de la fiesta y familiar de la propietaria debería de estar aislado en otro domicilio, ya que la semana pasada fue diagnosticado positivo por covid.
"Responsabilidad individual"
Las fiestas ilegales han sido el común denominador durante muchos fines de semana en la pandemia. Además de los pisos privados, las peñas y las viviendas de uso turístico, donde los agentes se han empleado a fondo, también se han organizado grandes concentraciones en la capital aragonesa y en otras localidades.
El pasado fin de semana, la Guardia Civil disolvió un macrobotellón con cien asistentes en Mequinenza y una fiesta en Chiprana. También recientemente tuvieron que intervenir en una fiesta temática en La Muela con un centenar de personas sin mascarillas ni distancia de seguridad.
Desde la Policía Nacional, y siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias, apelaron este miércoles "a la responsabilidad individual para intentar frenar las consecuencias de esta pandemia y minimizar sus efectos". Asimismo, recordaron que "el teléfono 091 se encuentra a disposición de la ciudadanía para informar, entre otras cosas, de hechos como el de la madrugada del miércoles".
