zaragoza

Un vertido de las obras del pantano de Mularroya preocupa a los vecinos de Morata de Jalón

El Ayuntamiento pide explicaciones, mientras que la CHE toma muestras y admite que tanta cantidad no estaba prevista.

Vertido en Mularroya.
Vertido en Mularroya.
HA

El Ayuntamiento de Morata de Jalón remitió el pasado martes un escrito al Servicio Provincial de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón para solicitar información sobre el vertido que está realizando la tuneladora que se encuentra excavando la galería para trasvasar agua desde el río Jalón al cauce del Grío y que tiene por objetivo aportar caudal al embalse de Mularroya.

En el documento, rubricado por el alcalde, Luis Velilla, se hace referencia a varias fotografías en las que aparece un derramado que sale desde la boca de la perforación, se extiende por la explanada donde se almacenan las dovelas y también un tubo que va directamente a la cuenca del arroyo. Según se puede apreciar es un líquido rojizo y en cuyo impacto con las rocas genera espuma.

A su vez, Velilla explica que estos vertidos «preocupan mucho a los pueblos afectados» y subraya que la solicitud de datos, tanto de los que tenga la DGA como la Confederación Hidrográfica del Ebro, se hace «ante el desconocimiento de si esos vertidos cumplen los condicionantes establecidos en la autorización». Se refiere así a la petición que hizo la UTE constructora del embalse en la que reconocía que las labores de perforación generarían un vertido temporal de 116.800 metros cúbicos al año.

Según recuerda en el escrito el Consistorio morateño, esas aguas tendrían que llegar al río tras un tratamiento «mediante hidrociclonado, tratamiento físico químico, decantación lamelar y neutralización, evacuando al Grío el efluente depurado». Por todo ello, reclaman que el Servicio Provincial de la DGA dé cuenta al Consistorio de toda la documentación relacionada y que se haya facilitado al Ejecutivo autonómico y que «se recabe la información que obra en poder de la CHE».

Desde el organismo de cuenca reconocen a HERALDO que el origen de estas aguas está en «la aparición de una bolsa de agua imprevista a esa cota» lo que ha derivado en «un incremento de la cantidad y calidad del vertido que no se había calculado y que hace que la depuradora, que se sobredimensionó, no sea capaz de tratar de manera óptima y de acuerdo a lo previsto».

Las mismas fuentes apuntan que «hasta el momento se deduce en apariencia que lo que arrastra este vertido es fundamentalmente materia en suspensión, que se mide en forma de turbidez debido a las tierras arcillosas arrastradas que la depuradora no es capaz de decantar en su totalidad» y explican que están a la espera del resultado del análisis de la muestra tomada ayer por la mañana. A eso, añaden, se suma que los datos obtenidos ayer ‘in situ’ no han detectado «valores de pH anormales ni de otros parámetros, ni se puede confirmar la presencia de hierro, que por otro lado no está considerado como sustancia peligrosa por su toxicidad».

Desde la CHE detallan que «todo el vertido ha sido derivado a la depuradora, que elimina una parte de esta turbidez, si bien no alcanza los resultados deseables en estos momentos». También argumentan que al estar en la cola del embalse, la materia en suspensión puede ir decantándose por el cauce antes de llegar a «zonas especialmente sensibles».

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