sucesos

Una relación sexual que empezó siendo consentida acaba en juicio por violación en Zaragoza

La víctima asegura que su novio reaccionó de forma muy violenta cuando se negó a aceptar algunas de sus propuestas.

Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
Oliver Duch

La que empezó siendo una relación sexual consentida entre una joven y su novio podría llevar a prisión a este último, con el que mantenía una relación sentimental desde hacía más de dos años. La chica, reconoce que se acostó de forma voluntaria con él, pero decidió denunciarlo por violación porque, al parecer, reaccionó de forma muy violenta cuando esta se negó a llevar a cabo ciertas prácticas. La Audiencia Provincial será la encargada de juzgar a Ionut C. M., para el que la Fiscalía ha pedido ya una condena de diez años de cárcel.

Los hechos que sentarán al joven en el banquillo de los acusados se produjeron el 13 de agosto de 2020 en el domicilio de la denunciante, en el distrito del Rabal de Zaragoza. Sus padres estaban aquel día fuera de la ciudad, por lo que invitó a su novio y a un amigo de este a casa .Según el escrito de acusación del Ministerio Público, sobre las 20.00, la pareja mantuvo una primera discusión a costa de las drogas, ya que la chica le recriminó al ahora acusado que se pusiera a esnifar allí farlopa.

Pero los ánimos terminaron apaciguándose, hasta el punto de que ambos jóvenes se metieron en uno de los dormitorios para mantener relaciones sexuales. Y todo transcurrió con normalidad al principio. Según consta en la denuncia, los problemas surgieron cuando la chica manifestó su «enérgica oposición» a hacer lo que su novio le proponía. «Momento en el que Ionut reaccionó de manera violenta sujetándola fuertemente por la espalda», señala la Fiscalía. Supuestamente, el acusado acabó imponiendo su voluntad y obligando a la chica a hacer lo que no quería. «Haciendo caso omiso el procesado a los lamentos de la joven», que asegura que no paraba de decirle llorando que parara.

La chica no acudió al médico ni interpuso la denuncia hasta pasado un tiempo.Preguntada por qué actuó así, esta explicó que fue por dos razones: la primera, por el temor que tenía al investigado;y la segunda, por la vergüenza que suponía para ella el reconocimiento de los hechos ante su familia.

Bajo un estrecho control

Sin embargo, superados esos miedos, la joven decidió pasar por comisaría y denunciar la supuesta agresión sexual. La chica fue entonces reconocida por un forense del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), que hizo constar en su informe que la paciente seguía dolorida y había tardado ocho días en recuperarse.

A la hora de calificar los hechos, el Ministerio Público acusa por un delito de violación, pero pide también que se le aplique la circunstancia agravante de actuar por razón de género. Según la Fiscalía, aunque la pareja nunca llegó a convivir, el acusado ejercía un estrecho control sobre la denunciante, «a quien exigía que le informara sobre dónde iba y con quién». En cualquier caso, parece que antes del día de los hechos, el joven nunca había agredido físicamente a su novia. Además de la pena de cárcel, se exige a procesado una indemnización de 3.320 euros por los daños morales y las lesiones.

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