zaragoza

Los paros del tranvía dejan esperas de casi media hora y convoyes llenos

Los usuarios deben permanecer en la parada el doble de lo habitual entre las 13.00 y las 14.00 y desde las 20.00 hasta las 21.00

La protesta de los trabajadores del tranvía de Zaragoza se ha hecho notar este sábado. Los paros parciales que han protagonizado a última hora de la mañana, y que retomarán al caer la tarde, han hecho aumentar de forma muy significativa las esperas en la paradas. El resultado, convoyes muy llenos y tiempos de paso que, en ocasiones, se han acercado a la media hora. Los usuarios han asumido los inconvenientes entre molestos y resignados, y ha habido quien incluso ha optado por otro medio de transporte ante las prisas o el intenso calor, que se hacía difícil de soportar bajo la marquesina. De momento, mientras que el comité de empresa y la concesionaria no alcancen un acuerdo sobre la firma de un nuevo convenio colectivo, esta situación se repetirá, en diferente horario, todos los viernes, sábados y lunes hasta el 30 de agosto. 

Hace ya casi siete meses que la plantilla de Tranvías Urbanos de Zaragoza está en huelga, por un conflicto que arrastran desde 2019 y que parece estar igual de estancado que al principio. La plantilla pide incluir mejoras salariales, laborales y de horario, así como más medidas de conciliación, en el nuevo convenio colectivo, pero tras todo este tiempo empresa y trabajadores no han logrado acercar posturas. Por eso, los empleados han optado por retomar los paros como medida de presión y, en esta ocasión, en horarios diferentes. Los conductores de los convoyes pararán los viernes por la noche entre las 22.00 y las 0.30, mientras que los sábados lo harán de 13.00 a 14.00 y de 20.00  a 21.00. El lunes, en cambio, será a primera hora, desde las 6.30 hasta 9.00. 

En la primera tanda de paros de este sábado, multitud de viajeros se han visto sorprendidos por la reivindicación. "No sabía que era por la huelga, pensaba que estaba tardando más por ser fin de semana. No tengo prisa, pero es verdad que es mucho", resumía Olga Lázaro, cargada con unas bolsas en la parada de la plaza de Aragón. Había otros casos, como el de Esperanza Encinas, que acababa de salir de trabajar y lamentaba que, de no ser por esto, ya habría llegado a su domicilio. "Me parece muy mal. Para ir al Actur dependo del tranvía, no puedo llegar de otra forma", explicaba. 

Por su parte, Mari Carmen Aranda se mostraba más comprensiva. "Si tienen que hacer huelga que hagan, están en su derecho. A los jubilados no nos importa esperar", sentenciaba. Ya apenas quedaban cinco minutos para que apareciera el convoy, pero contaba que al llegar a la parada el panel marcaba 20. Finalmente, la veintena de personas que esperaban para subir se han encontrado con un tranvía lleno, en el que, incluso de pie, se hacía muy difícil encontrar un hueco.

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