Urbanismo clausura un edificio en Boggiero tras la caída de un falso techo

El inmueble sufrió una "pérdida de estabilidad" y una rotura en el forjado de la segunda planta. Solo una familia necesitó ser realojada por los servicios municipales.

Dos padres y sus tres pequeñas trataban este viernes, pasadas las 17.30, de recuperar la calma después de que el cuerpo de Bomberos los desalojara de su vivienda, en el número 45 de la calle de Boggiero. Momentos antes, el falso techo del segundo piso de ese edificio se derrumbó -sin causar daños personales- y arrastró parte del forjado de cañizo, un menoscabo estructural que hizo temer a los técnicos el inminente colapso de la construcción, una hipótesis que descartaron tras una inspección más en profundidad. El edificio, de cuatro pisos y una vivienda por cada uno de ellos, fue clausurado y sus inquilinos, desalojados. Solo la citada familia fue realojada -junto a sus peces- en una dependencia municipal, mientras el resto prefirieron instalarse con sus allegados. Otra de las alturas, aclararon fuentes de Urbanismo, no está habitada de forma habitual, sino que funciona como vivienda de uso turístico.

El gerente del área de Urbanismo, Miguel Ángel Abadía, aclaró sobre el terreno el motivo de la caída: "Parece que ha habido una pérdida de estabilidad en la edificación, no conocemos la causa exacta, pero el edificio se ha movido un poquito y, como consecuencia de ello, se ha roto el forjado". También tranquilizó a los moradores del inmueble y del entorno: "Es posible reparar los daños que se han generado, unos trabajos que empezarán este mismo lunes y que, según la experiencia de ocasiones anteriores, no tendrían por qué demorarse demasiado". Los empleados municipales, eso sí, se emplearon a fondo para "estabilizar el inmueble mediante el apuntalamiento para conseguir estabilidad y evitar más movimientos.

Tanto el segundo piso, donde sucedió el hundimiento, como los otros apartamentos estaban vacíos en el momento del suceso. Además, tal y como matizó el responsable del área de Urbanismo, los daños no se extendieron a ninguno de ellos. Tampoco a los edificios colindantes.

El número 45 de la calle de Boggiero, en pleno corazón del Gancho, fue levantado en el año 1936. Presenta un alero en madera característico de la zona y, pese a que no goza de la mayor catalogación, su fachada sí está protegida de cara a eventuales intervenciones urbanísticas. "Tiene la protección genérica, la más básica, conocida como de interés ambiental", recordó Abadía, quien sostiene que "es recomendable que se rehabilite la zona, tal y como viene haciendo el Ayuntamiento". También insistió en la pertinencia de acometer "inspecciones técnicas periódicas para detectar un eventual mal estado de un inmueble y así prevenir este tipo de situaciones".

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