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Obligados a pastar de noche por la mosca negra: "Está siendo un calvario para los animales. Ni comen ni viven"

Ganaderos y veterinarios de la Ribera Alta del Ebro piden un plan coordinado a las autoridades para controlar la población de mosca negra, que causa estragos en la zona entre los meses de abril y septiembre.

Hace poco más de un mes, el ganadero y pastor de Pinseque Roberto Lorente sufrió un accidente de tráfico con sus ovejas cuando "huía" del nerviosismo y el daño que le provoca a estos animales la elevada incidencia de mosca negra en los pastos cercanos al cauce del Ebro. Un mes después, la "pesadilla" continúa para los ganaderos de Pinseque, Alagón y otros tantos municipios de la Ribera Alta del Ebro, cuyos pastores se ven obligados a sacar el ganado de noche en pos del bienestar animal del rebaño.

"Cuando me pilló el coche a las ovejas salía a las 6.30 de la mañana a pastar y estaba todo el día fuera, hasta las 21 o las 22. Ahora lo que tengo que hacer es salir con ellas de noche, porque por el día las acribilla la mosca negra y es un calvario para ellas. Ni comen ni viven del nerviosismo que les provoca. Se hacen las 6.30 de la mañana y te tienes que ir corriendo porque si no les empieza a picar", asegura Lorente, para quien este molesto insecto es a día de hoy el "principal problema" que sufren los ganaderos de la ribera del Ebro. 

Así lo indica también Carlos Linares, que cuenta con un rebaño de 720 ovejas en el municipio zaragozano de Fuentes de Ebro. Al igual que Lorente, también se ha visto obligado a sacarlas a horas intempestivas con el consiguiente "peligro" que supone para ellos. "A la noche a todos nos gusta estar en casa y no por el campo con las ovejas, que además a los animales no los ves igual. Tienes que ir con la linterna, hay carreteras, vías del tren... Es arriesgado y muy desagradable la noche, pero no nos queda otra. Tenemos que salir a horas que no esté la mosca, porque si está no quieren salir ni de las naves e igual te da sacarlas que no porque no van a comer", relata este ganadero, que asegura haber probado con todo tipo de "remedios" sin que estos surtan efecto.

"Contra las enfermedades tienes antibióticos, tienes vacunas y lo puedes ir atajando… pero esto como no cojas las ovejas y te vayas a un pueblo de Teruel al monte, donde no hay un río cerca, no puedes hacer nada. Hay gente que tiene las parideras a medio o un kilómetro del río, que se ha gastado dinero en hacer instalaciones, y ahora no les sirve para nada, porque están las ovejas y los corderos allí acribillados", lamenta, por su parte, Lorente, quien cuenta también el caso de varios amigos ganaderos que han visto mermado su rebaño en las últimas semanas a consecuencia de la mosca negra. "Tengo un amigo en Fuentes que no puede criar a los corderos porque no le comen. Otro de Mediana de Aragón las bajó a la ribera y al picarles se le amontonaron y se le asfixiaron dos. Si están sueltas por el campo y está la mosca negra cerca se echan todas pegadicas a la tierra, que echas una moneda y no cae al suelo. Y con 30 grados ya ni se levantan", añade este pastor de Pinseque. 

Ganaderos y veterinarios de la Ribera Alta del Ebro piden un plan coordinado a las autoridades para controlar la población de mosca negra, que está causando estragos en la zona.

Un problema que "ha ido a más"

A juicio de Linares, la incidencia de la mosca negra en la zona ha ido a más en los últimos años, sin que las autoridades hayan hecho el esfuerzo suficiente para controlar la población de este insecto en el cauce del río. "El problema que tenemos es bastante grave. Yo he tenido muchos daños en los animales y hasta ahora era solo en el campo, pero este año también se me han metido dentro de la nave. Los corderos pequeños no me comían, las ovejas no los atendían en condiciones, y eso es un problema grande. Estamos a ver si hace algo la administración y trata el río, porque tratando a los animales no se soluciona. Yo lo he hecho y es caro, porque lo tienes que hacer todos los días, y tampoco es efectivo. Incluso me compré un atomizador y nada. Las ovejas solo de ver la mosca alrededor están estresadas y no comen", recalca este ganadero de Fuentes. 

En total, en la zona, estiman que hay "más de cien ganaderos" afectados por la elevada incidencia de la mosca negra. Entre ellos están también Rolan Velázquez y su padre, que regentan dos explotaciones con más de 900 ovejas en el término municipal de Alcalá de Ebro. Él las lleva a pastar a una chopera, pero por las noches solo pueden estar una hora fuera. "El problema de la picadura nos afecta mucho. Es tal el estrés que les causa que prefieren no comer y tumbarse. El echarse al suelo es el refugio que tienen porque de tanta picadura se ven acobardadas y no comen. A mí se me han llegado a morir dos ovejas y creo que ha sido por eso. No me había pasado ningún año, pero este hubo dos que se afligieron de tal manera que se murieron. La solución que hay no la sé… pero algo hay que hacer", reclama este ganadero, de cuyo rebaño ha tomado también muestras el equipo del veterinario Luis Figueras, especializado en el estudio de la mosca negra.

Picaduras de mosca negra en un rebaño de Alcalá de Ebro. Fotografías cedidas por Luis Figueras y David Martínez Duran (doctores en Veterinaria)
Picaduras de mosca negra en un rebaño de Alcalá de Ebro.
Fotografías cedidas por Luis Figueras Ara y David Martínez Duran (doctores en Veterinaria).

La Asociación de defensa sanitaria y ganadera (ADSG) Ribera del Ebro, de la que forma parte este veterinario, lleva años denunciando esta situación y tratando de buscar mejoras para reducir esta afección en el ganado. "En el año 2007 fue la primera vez que apareció el problema entre ovejas. Y desde entonces andamos trabajando con el catedrático de la Universidad de Zaragoza Javier Lucientes y con Ignacio Ruiz, que hizo la tesis sobre mosca negraEstudiamos los casos que hay y el problema parece que va a más", indica Figueras, quien gestiona tres ADS, fundamentalmente en la zona de la Ribera del Ebro, que va de Magallón a Sástago. Según indica este veterinario, a día de hoy es "complicado" demostrar que las muertes de ovejas que les vienen reportando son consecuencia "directa" de las picaduras de mosca negra, si bien las reacciones anafilácticas que les produce son "muy fuertes"

"Hay que tener en cuenta que los animales, a diferencia de las personas, no tienen posibilidad de espantársela y en consecuencia no tienen una picadura sino que tienen miles. En la zona de Pina de Ebro era espectacular... Estaban las ovejas tumbadas en mitad de una chopera, el ganadero les azuzaba y ni se meneaban. Cuando les dimos la vuelta tenían la zona del vientre en carne viva de las miles de picaduras de mosca negra. Es difícil demostrar que pueden morir de eso, pero el estrés que les genera es brutal. Hay animales que se tumban en el suelo y no se quieren levantar", explica este veterinario. 

Casi todas las mordeduras de mosca negra son en zona desprovista de lana, principalmente ubres, vientes, ingles, orejas, cara y morro del animal.
Casi todas las mordeduras de mosca negra son en zona desprovista de lana, principalmente ubres, vientes, ingles, orejas, cara y morro del animal.
Imagen cedida por Luis Figueras Ara y David Martínez Durán
"La calidad de vida de nuestros ganados ha disminuido a unos niveles insospechados por culpa de la mosca negra"

La solución: "tomar acciones en el río"

A la hora de poner remedios, ganaderos y veterinarios se encuentran con un problema añadido: la falta de herramientas eficaces al 100% para controlar la picadura de este insecto. "En ovino y en general en animales lo único que tenemos son insecticidas que no son nada selectivos, y no tienen acción repelente. Las puedes sulfatar un día y a las cuatro o cinco horas siguen teniendo picaduras. Matas lo que está volando, pero no actúa de repelente. Además son productos relativamente caros y de cara al bienestar animal no puedes estar sulfatando al rebaño todos los días. Lo ideal sería tomar acciones en el río, intentar que las poblaciones de adultas sean menores, pero eso ya depende de las administraciones", puntualiza Figueras. 

La misma opinión comparte el catedrático de Parasitología de la Universidad de Zaragoza Javier Lucientes, quien lamenta que "la calidad de vida de nuestros ganados ha disminuido a unos niveles insospechados por culpa de la mosca negra". A su juicio, salir a pastar de noche -como están haciendo ya muchos ganaderos- es "lo mejor" que se puede hacer en este momento. Aunque la solución real -insiste- pasa por intentar controlar las poblaciones de mosca negra en los lugares donde cría, y hacer tratamientos cuando están en fase de larva con un producto específico (el bacillus thuringiensis). "De esta manera, no consigues eliminar la población de mosca negra, porque cría en cantidad de sitios, pero al menos consigues reducirla a unos niveles que sea compatible con el bienestar animal", defiende este experto, que pone como ejemplo diversas zonas donde se están realizando esfuerzos en esta línea. En Zaragoza capital, el Ayuntamiento recurrió el pasado mes de junio al empleo de drones para combatir la mosca negra en la zona de la ribera, entre el puente de piedra y el puente de Santiago. 

"En Monegros y en el Gállego, al ser los ríos muy pequeñitos, el problema es mucho más fácil de tratar y se controla por un precio muy asequible. Eliminarlo del todo nunca es factible y usar el repelente que empleamos las personas para animales no tendría sentido porque resultaría mas caro que los beneficios que arroja. Lo que hace falta es un tratamiento coordinado entre todas las administraciones y en todos los ríos del Ebro, en función de los lugares donde está criando, y así se conseguiría reducir las molestias no solo al ganado sino también a las personas. Si la gente se está moviendo en toda esta zona y los ganaderos son muy activos, al final alguien lo tiene que abordar, y en la Universidad estamos para apoyarles", concluye el catedrático de veterinaria, Javier Lucientes.

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