hostelería

La fatiga tras casi año y medio de restricciones acelera la avalancha de cierres de bares

El sector estima que entre el 20% y el 30% de los negocios de restauración de Zaragoza han echado la persiana. Las renuncias a mantener el negocio se convierten en oportunidades para los que quieren abrirlo.

Dolche Café, en la calle de San Jorge, no volverá a abrir sus puertas como tal.
Dolche Café, en la calle de San Jorge, no volverá a abrir sus puertas como tal.
Francisco Jiménez

Los cierres de negocios de restauración en Zaragoza se han sucedido durante toda la crisis sanitaria como un incesante goteo que, por momentos, parece acelerarse. Muchos bares, cafeterías, restaurantes, pubs o discotecas que aguantaron durante los primeros meses de la pandemia ven ahora cómo la fatiga se acumula. Casi un año y medio después del inicio de las restricciones, su actividad aún sufre importantes limitaciones, lo que provoca que algunos no puedan aguantar más y tengan que echar la persiana de forma definitiva.

Ni los propios representantes del sector pueden calcular cuántos negocios de restauración han cerrado en los últimos meses. Sin embargo, sus estimaciones llegan a situar entre el 20% y el 30% el porcentaje de establecimientos que han tenido que cesar su actividad desde el inicio de la pandemia. Lo que para unos ha sido una agonía personal y económica, para otros es ahora una oportunidad, ya que algunos de estos locales están reabriendo sus puertas con otros dueños que, pese a lo complicado de estos tiempos, deciden apostar por emprender una nueva aventura empresarial.

El gerente de la asociación Cafés y Bares, Luis Femía, señala que los pequeños negocios "aguantaron mejor" el cierre total de los primeros meses de pandemia, ya que tienen una menor estructura de personal, menos gastos de alquiler... Sin embargo, casi un año y medio después –y sin recuperar su ritmo habitual de ingresos–, ahora "son los más damnificados", ya que "ese modelo de negocio tiene más difícil garantizar su superviviencia", señala Femía.

"El modelo de bar del Tubo, que es extrapolable a cualquier barrio, lo tiene muy complicado, porque apenas tienen terraza y no se puede consumir en barra", dice. Muchos bares recurrieron al endeudamiento para ir tirando, con los ICO o con microcréditos sin interés. Pero ese dinero hay que devolverlo, y si se siguen sin recuperar los ingresos, "su capacidad está totalmente condicionada".

Aunque no existe un censo de bares de Zaragoza como tal, en esta asociación estiman que han podido cerrar "en torno al 30%" de los negocios que había antes de la pandemia. Algunos lo hicieron en 2020, pero ese proceso se aceleró "de forma muy llamativa" en el primer trimestre de este año.

Son cifras que encajan con las estimaciones que hace Horeca. Su presidente, Fernando Martín, pone el acento en que el sector de la hostelería "ha perdido un 20% del empleo" y que ese dato "puede ser extrapolable a los establecimientos". Aunque la incidencia de la covid está siendo irregular dependiendo del tipo de negocio de hostelería, Martín sí percibe que "en el sector de bares ha habido muchas bajas". Eso sí, también señala que muchos "han vuelto a reabrir como oportunidades de negocio", al poder acceder los interesados a una apertura sin traspaso y con precios de alquiler en ocasiones a la baja.

Los pubs y discotecas son, probablemente, los que más están sufriendo las limitaciones a las que obliga la pandemia. Alberto Campuzano, presidente de la Asociación de Empresarios de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas de Zaragoza, señala que el sector está "devastado". "En Aragón había 420 negocios de este tipo y ahora quedan 300, y eso que hay algunos que aún siguen sin abrir", señala Campuzano, quien ve "muy negro" el futuro.

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