ZARAGOZA

Cien días para unas fiestas del Pilar con Ofrenda pero sin cabezudos

El Ayuntamiento aguardará a septiembre para definir a cuántos grupos y con cuántos oferentes se permite participar. El acto central de las fiestas podría, incluso, trocearse y llevarse a cabo en dos o tres días.

Una pareja de baturros, el Día del Pilar de 2020.
Una pareja de baturros, el Día del Pilar de 2020.
Francisco Jiménez

Cartel, pregonero y apertura del plazo de inscripción para los grupos de la Ofrenda. Este es el tridente mágico que anuncia la cuenta atrás para las fiestas del Pilar. Aún faltan 101 días para el pregón del 9 de octubre, pero la tercera pata del citado tridente parece que tendrá que esperar. El alcalde Jorge Azcón aseguró el martes que su intención es que las próximas fiestas sean lo más cercanas posible a la normalidad prepandémica, pero la amenaza del virus persiste y, de hecho, en el Ayuntamiento asumen que aún habrá que establecer controles de aforo en innumerables citas.

La prioridad absoluta es poder celebrar una Ofrenda presencial, como acto central de las fiestas, pero habrá que esperar hasta septiembre para definirla en función de cómo evolucione la pandemia y el ritmo de vacunación. El Consistorio trabaja con distintos escenarios: desde los más restrictivos (con grupos meramente testimoniales y sin oferentes individuales por libre) hasta los más exóticos como sería celebrar la Ofrenda a lo largo de varios días y no solo el 12 de octubre.

También es aún una incógnita cómo podrá llevarse a cabo el pregón de Ander Herrera y existe, incluso, la posibilidad de que este no se celebre en la plaza del Pilar sino que se solape con el acto de entregas de medallas, por ejemplo, en el Auditorio. La intención primera es hacerlo en el balcón del Ayuntamiento, como es tradición, pero el problema de los aforos y las aglomeraciones no tiene solución sencilla. Una posibilidad sería vallar o delimitar con cuadrantes la plaza para evitar las multitudes descontroladas, pero si se cierran los accesos eso traslada el problema a las calles del Casco Histórico que son estrechas y no sirven para ‘esponjar’ la zona.

Hay que recordar que la Junta Local de Seguridad ya introdujo en 2019 un sistema de conteo y control de personas para el ‘salón de la ciudad’ -se ubicaron sensores en los accesos- y eso permite saber en todo momento cuánta gente había en la plaza (el 12 de octubre de 2019 pasaron junto a la basílica 283.367 personas) pero no es suficiente para garantizar la distancia de seguridad y el bienestar de los allí presentes.

Los cabezudos llevan más de año y medio sin pisar las calles.
Los cabezudos llevan más de año y medio sin pisar las calles.
Toni Galán

En el Ayuntamiento explican que su mayor preocupación este 2021 pasa por las congregaciones de gente en la calle “de forma aleatoria y sin poder controlar”, con lo que ya da por cancelados todos los pasacalles. Eso incluye la cabalgata del pregón y las carreras de los chavales delante de los cabezudos, que volverán a quedarse sin salir por segundo año consecutivo. De hecho, desde San Valero de 2020, la Forana, el Morico y compañía no han vuelto a pisar las calles y desde la comparsa se quejan de que su actividad es mucho más tradicional y más arraigada en el tiempo que la propia Ofrenda, que data de 1954.

En la primera semana de julio el Consistorio suele abrir el plazo de inscripción para la Ofrenda de flores, pero este 2021 aún no hay ni una pestaña en su web que aglutine todo lo relacionado con las próximas fiestas. La vicealcaldesa, Sara Fernández, recuerda que ya el año pasado, antes del repunte postveraniego, Sanidad había aprobado hacer una Ofrenda restringida con condicionantes de aforo y menor número de oferentes, pero la gran ola de agosto desbarató los planes.

Fuentes del área de Cultura explican que “hay diferentes posibilidades de hacer Ofrenda y hasta septiembre no se va a encarrilar hacia un modelo u otro, porque dependerá de la situación que haya en ese momento. Es un acto multitudinario, sí, pero controlado en todo momento”, alegan. De momento, en las diferentes mesas de trabajo sobre las fiestas, a algunas de las cuales asiste también personal de Sanidad o de Delegación del Gobierno, se han puesto sobre el tapete diversas propuestas para garantizar una Ofrenda presencial, ágil y segura.

Se ha valorado que los grupos tengan muchos menos participantes que en años anteriores (el tope estaba en 200) y que estos sean muy pocos -casi testimoniales-. También se ha planteado que se habiliten distintos recintos (centros cívicos sobre todo) para que los servicios municipales puedan recoger las flores y llevarlas hasta el manto sin necesidad de participar como oferente individual. Asimismo se estudia abrir nuevos accesos (en 2019 se estrenó el de Don Jaime), aunque otras vías de llegada a la plaza desvirtúe la estampa clásica de bajar por la calle de Alfonso I viendo la basílica al fondo.

Manto octogonal

Uno de los problemas será cómo llenar el inmenso manto de flores si hay menos participantes, dado que hacen falta unos cinco millones de flores para cubrir los cuatro flancos de la estructura metálica de 15,5 metros de altura. En años en los que ha llovido y el número de oferentes ha sido menor (2010 o 2015) los operarios se han visto apurados para tejer todo el manto sobre el andamiaje y que la Patrona no desluciera. En ediciones en las que, por el contrario, la participación fue masiva (véase 2018) se llegó a proponer que el manto se hiciera octogonal para colocar más flores y tratar de que los retrasos fueran menores.

Otra actividad que está en la cuerda floja son los fuegos artificiales, pues la ribera del río, donde habitualmente suelen verse, tampoco se puede cerrar o acotar con facilidad. Los conciertos de gran formato de la plaza del Pilar tendrán que esperar a otro año, mientras que sí habrá actuaciones en nuevos espacios como el recinto Expo (a imagen y semejanza del festival ‘Cultura al raso’) o la Cúpula Geodésica de San José que está a punto de estrenarse. También habrá jotas en el Auditorio, que ya estaban programadas en 2020 pero que hubieron de cancelarse finalmente porque el cierre perimetral impidió la visita de algunos participantes.

Una imagen de la Ofrenda que se improvisó el año pasado a las puertas de la basílica.
Una imagen de la Ofrenda que se improvisó el año pasado a las puertas de la basílica.
José Miguel Marco

De vuelta al acto central de las fiestas, fuentes municipales creen que incluso abriendo el plazo de inscripción pocos días antes de octubre la participación sería masiva porque “hay más ganas de actos tradicionales que de charanga o de verbena”. A una mala, incluso, los organizadores podrían tirar de la lista de 2019 como patrón básico e ir rellenando o despejando huecos. No hay que olvidar que la Ofrenda de hace dos años duró más de 15 horas y en ella participaron más de 770 grupos. Este año, por la alternancia establecida hace una década, el manto más cercano a la Virgen deberá formarse con claveles blancos (la Cruz de Lorena resaltará en rojo) y, tras la fría acogida de 2020, no se reeditará la iniciativa para que los vecinos decoren con flores sus balcones.

Hinchables y mascarillas

El alcalde Azcón vincula el proceso de vacunación con una fiestas “lo más normales posibles” y, según las previsiones de vacunación del Gobierno de Aragón, para el mes de agosto ya estaría toda la población mayor de edad con al menos una de las pautas de los remidos anticovid. La intención es también vacunar a los adolescentes -que son también los que más salen en las fiestas- antes de iniciar el curso escolar, en septiembre, con lo que durante las fiestas podría existir ya una efectiva inmunidad rebaño. No obstante, el Consistorio aún prefiere evitar los actos a cubierto y, salvo los conciertos ya anunciados en el Príncipe Felipe (Fangoria, Bad Gyal, Kase.O, Nathy Peluso...), la gran mayoría de celebraciones serán al aire libre. 

Aún se arrastrarán medidas impuestas por la crisis sanitaria como puede verse en los pliegos del recinto ferial de Valdespartera que acaba de salir a concurso. Habrá norias y autos de choque, habrá tren de la bruja y habrá muñecas chochonas, pero todo con control de aforo y con un estricto vallado perimetral. Las casetas no estarán tan pegadas las unas a las otras y los visitantes, según se especifica el pliego de condiciones, deberán llevar mascarilla en todo momento aunque se esté al aire libre. En las atracciones habrá gel hidroalcohólico y se reforzará la limpieza de lo baños, como sucederá también en los mercadillos que se monten en la plaza de los Sitios o en la plaza de Aragón y que, en principio, tienen luz verde, aunque siempre condicionados en función de los datos de contagios que se manejen en octubre.

Aglomeraciones en Valdespartera en una edición prepandémica.
Aglomeraciones en Valdespartera en una edición prepandémica.
Toni Galán

En las últimas fiestas que pudieron celebrarse sin condicionamientos, las de 2019, los zaragozanos dieron una nota de 7,98 sobre 10 en la encuesta de satisfacción. Reclamaron mejores conciertos y recuperar el escenario del Parking Norte y confiaron en ver en las próximas ediciones -que no fue el caso en 2020- un cambio de modelo, dado que el grupo de gobierno de PP y Cs se quejó entonces de no haber tenido margen de reacción y de que las fiestas “venían heredadas” de la gestión de la anterior corporación. El transporte, la limpieza o las franjas de edad desatendidas (los jóvenes de entre 13 y 17 años) son siempre las asignaturas pendientes en la organización de unas fiestas, que en los últimos años han acertado con la descentralización de escenarios y no han logrado evitar la polémica con las peñas.

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