Cerrajeros piratas que abren puertas a base de sablazos en Zaragoza

Tanto en Zaragoza como en las zonas de costa florecen desde hace tiempo los ‘profesionales’ que cobran precios tres veces por encima de lo habitual por abrir una puerta.

Las pegatinas de profesionales con tarifas dentro y fuera de lo normal comparten espacio en la calle
Las pegatinas de profesionales con tarifas dentro y fuera de lo normal comparten espacio en la calle
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Ni el más organizado está a salvo de perder las llaves. O de dejárselas dentro de casa o puestas en el contacto del coche. Ni tampoco existe el método de seguridad infalible a la hora de proteger una primera o segunda residencia. Situaciones que conducen al nerviosismo, a tomar decisiones poco meditadas, como llamar al primer anuncio de cerrajería que aparece en internet o en el buzón y reclamar el servicio sin consultar las tarifas ni comprobar la acreditación del profesional.

No son preguntas baladí. "Venimos detectando casos de precios abusivos en los que, aprovechándose de la urgencia, cobran el doble o el triple de la tarifa que debería ser normal", cuenta Alejandro Marín, delegado de la OCU en Aragón, quien constata que se trata de un problema al alza. "A lo largo de 2020, según las estadísticas que manejamos, las consultas de los consumidores respecto a cerrajería se incrementaron hasta un 100%".

Las prácticas abusivas se extienden no solo por Zaragoza y otras grandes ciudades, sino también por toda la costa mediterránea, donde miles de aragoneses tienen apartamentos vacacionales. "Son zonas con mucha oferta, no siempre del todo profesional, y donde quienes precisan del servicio lo quieren para ya, sin esperar», apuntan desde la Unión de Cerrajeros de Seguridad (UCES), cuya sede nacional se encuentra en la capital aragonesa. La organización, mayoritaria en el sector, facilita al Ministerio del Interior «la lista de asociados, que a su vez registran cada servicio que prestan, y su certificado de penales", algo que "no hacen todos los que se anuncian".

La horquilla de precios que los propios profesionales calculan para una apertura de puerta en una urbe del tamaño de Zaragoza oscilan entre los 50 y los 60 euros de día y entre los 90 y los 100 de noche, tarifas que se incrementan ligeramente en fin de semana y festivos. Sin embargo, las asociaciones se han encontrado con facturas del orden de 300 euros y hasta un caso en el que una familia zaragozana tuvo que abonar nada menos que 600 euros.

En una localidad costera como Salou, una apertura puede costar entre 80 y 120 euros. "Y no son pocos los aragoneses que se dejan las llaves y recurren a un compañero para evitarse los 500 kilómetros", cuentan desde UCES.

Tanto la OCU como los cerrajeros coinciden a la hora de recordar que existe libertad en la fijación de precios, pero que los propios profesionales, ya sea de forma organizada o no, se ganan su credibilidad manteniendo unos precios dentro de la lógica y del propio mercado. "Sin embargo, la práctica de inflar los precios es más común de lo que nos gustaría", indica Marín, quien lamenta que "las víctimas que caen en estas tarifas hinchadas son, sobre todo, personas de avanzada edad".

Otra situación -derivada de las anteriores- con la que se encuentran no pocos usuarios es que su compañía de seguros no quiere abonarles el precio del servicio. "Las empresas llaman a los cerrajeros que entran en la póliza, pero cuando se hace en horario nocturno a veces no están disponibles y hay que avisar a otros. Muchas de estas aseguradoras, después, solo devuelven lo que consideran el precio de mercado e intentan que el cliente pague el resto", avisa Marín.

Burdos imitadores

La competencia en el sector lleva a los trabajadores con menos ética a incurrir en tretas fuera de la ley. "Una de las que están al alza es la de hacerse pasar en internet por otra empresa, posicionando el nombre en los buscadores pero llevando a una página propia, con su número de teléfono y demás datos de contacto", revela el delegado de la OCU en Aragón. De hecho, una conocida empresa de cerrajería zaragozana ha sido víctima de este delito y ha localizado "al menos tres" imitadores, incluso en Madrid, cuyas prácticas ya ha denunciado ante la Policía Nacional.

En algunas de las webs de los cerrajeros pirata, en lugar de las tarifas por sus servicios, aparecen falsas titulaciones de institutos internacionales que ni siquiera existen, pero que sirven de llave para recaudar a costa de los menos cautos.

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