movilidad

Los recortes de verano de los buses y el tranvía de Zaragoza reducirán el servicio hasta un 20% desde julio

El Ayuntamiento recuerda que el número de usuarios es aún un 30% menor que antes de la covid-19. Las frecuencias empeorarán entre 2 y 4 minutos salvo en trece líneas, que se mantendrán

Algunos de los vehículos que recorren los barrios de Torrero y Parque Venecia.
Algunos de los vehículos que recorren los barrios de Torrero y Parque Venecia.
Heraldo.es

Los buses y tranvías de Zaragoza volverán a reducir su servicio durante los meses de verano ante el descenso de la demanda. Los recortes estivales se notarán a partir del 1 de julio de manera gradual, con el objetivo de adaptarse a la disminución del número de pasajeros que es habitual en estas fechas. Los usuarios de Avanza verán aumentar los tiempos de espera entre 2 y 4 minutos. Trece líneas se mantendrán como hasta ahora pero el resto empeorarán sus frecuencias. En el caso de los tranvías, los intervalos de paso se incrementarán de unos 5,5 minutos a 8. El Ayuntamiento recuerda que el número de viajeros sigue siendo un 30% inferior al que era habitual antes de la covid, por lo que la reducción, que oscilará entre un 12% y un 20%, estará "muy por debajo de los usos reales previstos".

Las líneas del bus urbano que conservarán sus frecuencias son la 28, 30, 43, 50, 51, 54, 55, 56, 57, 58, 59, C1 y C4. Tendrán en funcionamiento los mismos vehículos que el resto del año. Por contra, las demás sufrirán variaciones que dejarán en cocheras entre un 12% y un 18% de los automóviles durante la primera quincena de julio y hasta un 20% después. Los ajustes se harán, como suele ser habitual, en dos tramos a lo largo del verano. De hecho, como han informado este viernes desde el Consistorio, hasta el 15 de julio se dispondrá de 8 autobuses de refuerzo que estarán distribuidos en las líneas 21, 23, 24, 33, 39, Ci1 y Ci2, lo que hará que la variación del servicio sea menos notable en las primeras dos semanas. Asimismo, durante esos días, la línea 44 seguirá llegando hasta el Campus Río Ebro, en el Actur, mientras que la 38 mantendrá su terminal en la Residencia Pignatelli.

De todas, las que sufrirán los mayores recortes son la 22, 23, 24, 29, 31, 32, 33 y 35, y en estos casos el aumento de los tiempos de espera oscilará entre 2 y 4 minutos. Aunque, de media, la reducción del servicio no superará el 20%, será diferente en función de la línea. Por ejemplo, según han asegurado fuentes sindicales, la 22 llegará a alcanzar los sábados en determinados momentos una disminución del 39%, mientras que los días festivos será la 21 la que sufra un mayor ajuste, de casi un 36%.

Traducido en kilómetros, según han contado desde la empresa concesionaria Avanza, se bajará de los 59.300 habituales a 50.700, aproximadamente, lo que supone una reducción del 14%. Y, en número de autobuses, los días laborables de julio y agosto habrá, en general, unos 236 vehículos en las calles, frente a los 285 habituales. Los días festivos pasarán de 199 a 169. Sin embargo, desde el Colectivo Unitario de Trabajadores (CUT), han hablado de cifras más bajas: de 199 autobuses a 152 los sábados y de 157 a 129 los días festivos.

Hasta un 70% menos de usos

Los representantes de los trabajadores han sido críticos y han asegurado que, con estos ajustes, las frecuencias llegarían a alcanzar los 20 minutos en algunas líneas durante las primeras y últimas horas de los fines de semana, lo que podría hacer "desistir" a más de un usuario de utilizar el transporte público. No obstante, por parte del gobierno PP-Cs han sido claros. Han hablado de unos cambios poco significativos, de hasta cuatro minutos más de espera en los casos más extremos, que simplemente se ajustan a la reducción de la demanda. Han recordado que, a causa de la pandemia, todavía hay un 30% menos de viajeros que lo que era habitual en años anteriores y que, pese a eso, el servicio se ha mantenido, lo que ha ocasionado un roto económico de 23 millones de euros en 2020. Y para este año también se prevé un agujero de otros 16 millones.

Por eso, han recalcado que "la reducción del servicio estará muy por debajo de los usos reales". Según han explicado fuentes municipales, habitualmente la disminución de viajeros por el periodo vacacional oscila entre un 20% y un 40%. Y a esos datos habrá que sumar en esta ocasión –igual que ocurrió el año pasado– la bajada del 30% a causa de la crisis sanitaria. Es decir, el número de usuarios previsto será entre un 50% y un 70% menor en julio y agosto. Y aún así el servicio solo se modificará entre un 12% y un 20% en función de los tramos horarios.

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