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Atropello mortal en La Cartuja: "Volvía a casa con los amigos, era solo un niño"

El padre del chaval de 15 años fallecido este domingo de madrugada en la A-68 se mostraba ayer desolado. El conductor de la furgoneta no fue detenido, ya que todo apunta a que la bicicleta del menor invadió la calzada.

El padre del chaval fallecido, con camisa rosa, se mostraba desolado frente al lugar donde se produjo el atropello mortal.
El padre del chaval fallecido, con camisa rosa, se mostraba desolado frente al lugar donde se produjo el atropello mortal.
José Miguel Marco

Un chaval de solo 15 años perdió ayer la vida en Zaragoza en un atropello registrado de madrugada en la autovía de Castellón (A-68), a escasos metros de la fábrica de cerveza de La Zaragozana en el barrio de La Cartuja. Cuando se produjo el accidente, la víctima circulaba en bicicleta con un grupo de cuatro amigos de su misma edad en dirección hacia la capital aragonesa, donde residen todos ellos. Eran las 3.45, pero ninguno de los adolescentes llevaba casco, ni chaleco o prendas reflectantes que permitieran distinguirlos en la oscuridad. Y lo que es más grave, las primeras pesquisas apuntan a que no circulaban correctamente por el arcén y    podrían haber invadido la calzada. De hecho, parece que el conductor de la furgoneta Citroën C-15 que arrolló a uno de ellos se lo habría encontrado justo en medio de la autovía.

Según fuentes de la Guardia Civil, las patrullas del Destacamento de Tráfico se trasladaron enseguida al kilómetro 232,400 de la A-68. Nada más llegar, los agentes comprobaron que sobre la calzada yacía inmóvil el cuerpo del chaval. Sus amigos se encontraban en la cuneta ilesos, por lo que tras ubicarlos en un punto seguro, los guardias trataron de hacer lo imposible por salvar al atropellado. El chico tenía un traumatismo craneoencefálico severo y se encontraba en parada cardíaca, pero uno de los agentes comenzó a hacerle maniobras de reanimación cardiopulmonar y logró que recuperara un pulso irregular. Los sanitarios de la uvi móvil de los Bomberos de Zaragoza se hicieron después cargo del menor, pero sus lesiones eran tan graves que murió en la carretera antes de que pudieran trasladarlo a un centro hospitalario.

La furgoneta que arrolló al ciclista la conducía un joven que regresaba también a su domicilio en la capital aragonesa. Como es habitual en caso de accidente, la Guardia Civil le practicó tanto la prueba de etilometría como el test de drogas, y en ambos arrojó resultados negativos. Habrá que esperar a conocer el informe técnico del siniestro, pero, en principio, todo indica que el vehículo no circulaba con exceso de velocidad. De ahí que apenas le costara unos metros detenerse, como revelan las huellas de frenada que dejó impresas sobre el asfalto. Tras la embestida, el cuerpo del chaval cayó sobre el capó de la furgoneta e impactó sobre el parabrisas, para quedar tendido finalmente en la carretera.

El conductor no fue detenido

Según el avance del accidente remitido al juzgado de guardia de Zaragoza, el punto de colisión entre el frontal de la furgoneta y el ciclista se situaría bastante lejos del arcén, lo que reforzaría la hipótesis de que el conductor se vio sorprendido por la repentina presencia del ciclista en la autovía. Por todas estas circunstancias, no se practicó ninguna detención y los ocupantes del vehículo pudieron regresar a casa.

En cualquier caso, será ahora el juez quien valore si cabe abrir diligencias penales por un delito de homicidio imprudente. De ser así, tanto el conductor como la joven que viajaba con él en el asiento del copiloto tendrían que ser llamados a declarar. En cuanto a los amigos del fallecido, no portaban ningún tipo de documentación y parece que su actitud con las patrullas de la Guardia Civil no fue muy colaboradora. Por su condición de menores, tampoco se les podía interrogar oficialmente, por lo que los agentes tuvieron que limitarse a custodiarlos hasta que sus familias acudieron a recogerlos a La Cartuja. Sin embargo, de prosperar una causa penal, lo lógico será que todos ellos compadezcan en sede judicial para dar su versión de lo ocurrido.

El cadáver del joven ciclista, nacido en España pero de origen latinoamericano, fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Aragón, donde a primera hora del domingo se le practicó la autopsia para concretar las    lesiones y la causa de la muerte. Los forenses le tomaron también muestras pasa saber si podía haber consumido alcohol.

El padre del chaval, desolado en la cuneta

La estampa no podía resultar más desoladora. Reclinado sobre la bionda de seguridad de la A-68, con la cabeza gacha y apoyada sobre el hierro, Andrés Garzón trataba de encajar ayer la peor noticia de su vida. Solo unas horas antes, la Guardia Civil le había comunicado la muerte en accidente de tráfico de su hijo, de solo 15 años. Ningún padre está preparado para aceptar la pérdida de quien por naturaleza habría de sucederle, de ahí que el hombre se empeñara en acercarse al lugar del atropello en busca de un último recuerdo de su hijo, por amargo que este fuera.

«Volvía con los amigos a casa desde La Cartuja, era solo un niño», se lamentaba el padre del fallecido mientras deambulaba como un autómata por la cuneta de la autovía de Castellón. El hombre llegó acompañado por dos familiares al lugar del siniestro, una ligera curva hacia la derecha entre la gasolinera de BP y la fábrica de cervezas de La Zaragozana. De la peligrosidad de este tramo de 1,2 kilómetros da cuenta el enorme cartel de precaución colocado a pie de carretera.

Los tres hombres estuvieron un buen rato explorando las huellas de frenada y otras marcas efectuadas por el equipo de Atestados sobre la plataforma de la A-68. Y, en un momento dado, al padre del chaval le pudo el instinto y saltó la valla lateral para tocar la sangre que había dejado su hijo sobre el asfalto tras la mortal embestida. El tío del menor, que no dejaba ni un momento solo al padre y al que le tocó acudir al Instituto de Medicina Legal de Aragón a identificar el cadáver, reconocía también el «duro revés» del destino.

La familia del chaval sabía del accidente lo que le había contado la Benemérita, pero, en caso de que el juez acabe abriendo diligencias penales contra el conductor por un delito de homicidio imprudente, tendrá que hacerle el correspondiente ofrecimiento de acciones por si quiere personarse en la causa.

Según la memoria de la Policía Local de Zaragoza, a lo largo del pasado año se registraron tres muertes por imprudencias graves o menos graves en el casco urbano de la capital aragonesa. La proliferación del uso de la bicicleta ha tenido también un claro reflejo en la siniestralidad, registrándose 90 ciclistas lesionados durante 2020.

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