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Ola de incendios en Casetas: «No quemé ni las casas, ni los coches... Me obligaron a decir que fui yo»

Un vecino del barrio de Casetas de Zaragoza se enfrenta a 15 años de prisión acusado de provocar una docena de incendios, dos de ellos en casas ubicadas cerca de la suya.

El acusado, cuando entraba a la sala de vistas de la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
El acusado, cuando entraba a la sala de vistas de la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
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Jugar con fuego siempre ha resultado peligroso. Y si mal está prender contenedores de basura o reciclaje, mucho más grave e imprudente resulta incendiar solares, vehículos aparcados en la calle o incluso las cortinas de viviendas habitadas. Pero de eso precisamente acusan a Francisco Javier B. B., un vecino de Casetas de 39 años al que la Guardia Civil detuvo en agosto de 2019 como presunto responsable de una ola de fuegos intencionados que estaba atemorizando al barrio. Según los agentes, al proceder a su arresto, el hombre se vino abajo y lo confesó todo. Sin embargo, ahora que sabe que la acusación particular pide para él hasta 15 años de prisión y la Fiscalía algo más de 4 años, su relato ha cambiado por completo.

«Nunca he quemado nada, ni las casas, ni los coches... Me obligaron a decir que fui yo», declaró el investigado durante el juicio celebrado ayer en la Ciudad de la Justicia, en el que llegó a acusar  a la Guardia Civil de tirarlo al suelo y darle una paliza. Sin embargo, es a él a quien imputan un delito de atentado y tres de lesiones por agredir a otros tantos agentes. Durante el cacheo, estos le encontraron cinco mecheros, uno de ellos oculto en la ropa interior. «Llevaba un agujero en el pantalón y el encendedor acabó dentro de mis gayumbos, pero no lo escondí», se justificó el investigado.

«Llevaba un agujero en el pantalón y el mechero acabó dentro de mis gayumbos, pero no lo escondí», se justificó el investigado.

El supuesto pirómano achaca a la casualidad que la docena de incendios que se le atribuyen se produjeran a menos de 200 metros de su casa y asegura que estaba trabajando en Plaza cuando se registraron muchos de ellos. «Claro que pasé por algunos de esos lugares, tengo que hacerlo siempre que voy a comprar o a cualquier otra cosa.Pero yo no causé ningún incendio», declaró el vecino de Casetas, refiriéndose a las calles de Las Eras, Monsen Pantaléon Benedí o Constitución, en las que se contabilizaron hasta ocho quemas de contenedores entre diciembre de 2018 y agosto de 2019. La sustitución de este material le costó a la empresa FCC Servicios Ciudadanos 7.124 euros, importe que ahora reclama.

Sin restar importancia a la quema de los depósitos, la Fiscalía considera más graves los incendios que se produjeron los días 14 y 28 de agosto de 2019 en viviendas situadas a escasa distancia de la del encausado: una en la calle de Irún y la otra, en la del Dos de mayo. Los dos fuegos  se produjeron a la hora de comer y en ambos alguien prendió las cortinas del salón aprovechando que eran casas bajas que tenían las ventanas abiertas. «Yo estaba arreglando la lavadora en la cocina, pero escuché gritar a la vecina, me asomé al salón y lo vi todo ardiendo», recordó ayer el dueño de uno de los pisos. Algo parecido le sucedió a otra vecina. «Lo primero que vi fue un resplandor en el pasillo. Luego me encontré las cortinas en llamas. Nos asustamos mucho», confesó esta mujer.

El forense dirá si sufre piromanía

La imposibilidad de tomar declaración por videoconferencia a una testigo que dijo ver a Francisco Javier B. B. merodeando «de forma sospechosa» por un solar donde poco después se produjo un incendio impidió acabar ayer el juicio por la ola de fuegos intencionados de Casetas. La titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Zaragoza tiene previsto continuarlo la semana que viene, cuando la acusación particular, a cargo del abogado Marco Antonio Navarro, y la defensa, que ejerce Olga Oseira, podrán preguntar al forense que examinó al acusado si este padece alguna patología que permita calificarlo como pirómano.

En principio, el Ministerio Público habla únicamente de un «déficit ligero del control volitivo» por parte del investigado, pero será el especialista del Instituto de Medicina Legal de Aragón quien se pronuncie sobre este extremo. Y su comparecencia se antoja fundamental, de cara a dilucidar si el vecino de Casetas pudo o no controlar sus impulsos, siempre que se considere probado que fue realmente él quien causó los doce incendios

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