zaragoza

Un acusado de abusar de su sobrina achaca la denuncia a una venganza de su cuñada

Fiscalía y acusación particular piden una pena de diez años de cárcel. La niña testificó contra el procesado.

La Audiencia Provincial ha absuelto a la farmacéutica acusada.
Audiencia Provincial de Zaragoza
Raquel Labodía

David T. negó ayer de plano en la Audiencia de Zaragoza que haya abusado sexualmente de forma continuada de su sobrina mayor y ofrecido dinero a la pequeña a cambio de dejarse tocar. El procesado, para el que el fiscal y la acusación particular solicitan una pena de cárcel de diez años, achacó la denuncia a una venganza de la madre de las niñas. Según afirmó, la relación de esta con su mujer y con la madre de ambas sería «francamente mala». En concreto, el encausado precisó que el móvil de la denunciante fue el hecho de verse apartada de la herencia familiar.

Los hechos que juzga la Sección Tercera habrían ocurrido de forma repetida en una población de Cinco Villas entre los años 2015 y 2018. Las niñas, pese a la deteriorada relación entre sus progenitores y los tíos, pasaban las noches de varios fines de semana en casa de estos últimos. Sería sobre todo en estos momentos, siempre según la parte denunciante, cuando el acusado habría cometido los abusos y llegado hasta las relaciones sexuales completas con la sobrina mayor desde que tuvo 10 años y hasta los 12. La chica testificó ayer y se reafirmó en la versión que ha mantenido durante todo el proceso de instrucción. La menor aseveró que había tardado tanto tiempo en revelar los presuntos abusos, que detalló con absoluto detalle y entereza, porque su madre estaba en ese momento embarazada y no quería «que se preocupara ni tuviera complicaciones» durante la gestación.

La chica negó haber escuchado una conversación entre abuela y tía en la que se hablaba de desheredar a su madre. Según el acusado, la progenitora la habría inducido a denunciar el presunto abuso para vengarse y «destrozar» su vida y la de su pareja.

La menor, que en la actualidad recibe atención psicológica, también detalló que el procesado la forzaba a ver imágenes de contenido adulto en un ordenador cuya existencia negó David T. La defensa le preguntó por la relación con sus amigos varones, su rendimiento escolar y su supuesto interés por un libro de psicología, persuasión y engaño.

La madre de la presunta víctima aseveró que, durante el período en que habría sufrido los abusos, notó que la niña dormía mal, mostraba «un comportamiento diferente» y «en el colegio estaba más triste, aunque no empeoró sus resultados porque se centró aún más en sus estudios». Sin embargo, pese a ayudarla con su higiene personal, la progenitora no encontró ningún indicio de abusos sexuales en el cuerpo de la pequeña ni en su ropa interior. Tampoco el pediatra notó nada extraño durante las revisiones.

Una motivación «económica»

La mujer del encausado rechazó cualquier posibilidad de que las acusaciones sean ciertas: «No tengo ni un ápice de duda de que todo es falso» y negó haber dejado a las niñas a solas con su marido ninguna noche. «Lo adoraban, tenían una relación preciosa con él, cuando llegaban a casa subían las escaleras muy alegres, como caballos desbocados», llegó a afirmar. La testigo respaldó a su marido –representado por la abogada Susana Izcara– y consideró que la motivación de su hermana es económica: «Es todo falso, pidió dinero a mi madre a cambio de retirar la denuncia».

También la abuela declaró a favor del procesado:«La madre de las niñas no quiso saber nada de su padre cuando estaba muy enfermo y por eso decidí que no heredaría. Entonces nos dijo ‘os voy a joder la vida’. Después, me persiguió para que vendiese mi casa y le diese la mitad del dinero a cambio de retirar la denuncia».

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