Los trabajadores del bus urbano respaldan en las urnas la tercera huelga de este año

El 73% de los votantes apoya los nuevos paros parciales, que se harán a partir del martes como medida de presión a Avanza.

Manifestación conjunta del bus y el tranvía, el jueves
Manifestación conjunta del bus y el tranvía, el jueves
Francisco Jiménez

Por tercera vez en apenas cinco meses, los trabajadores del bus urbano de la capital aragonesa han dicho sí a la huelga. La plantilla respaldó este viernes en referéndum los nuevos paros, que se celebrarán todos los martes y jueves desde la próxima semana y hasta el 1 de julio, en horario de 12.30 a 16.30. Dieron así el visto bueno a la medida de presión planteada por el comité para desbloquear la negociación con la empresa concesionaria Avanza y acordar la firma de un nuevo convenio colectivo que cumpla sus expectativas. Pasaron por las urnas un total de 637 trabajadores, el 52% de la plantilla, compuesta por 1.222 personas.

El recuento de votos se produjo pasada la medianoche. Finalmente, el 73% de los empleados que ejercieron su derecho a voto respaldaron la huelga, 467, frente al 24% que se mostró contrario a la propuesta. También hubo 9 votos en blanco y 3 votos nulos. Los representantes sindicales y la compañía mantuvieron el jueves una reunión frente al Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) que se saldó, de nuevo, sin ningún acercamiento entre las partes. El conflicto cumple ya un año y medio de duración, desde que caducó el anterior convenio en diciembre de 2019, y parece estar todavía lejos de acabar.

Tras el último encuentro, desde Avanza criticaron la, a su juicio, "nula voluntad de acercar posturas" del comité que, según dijeron, mantiene unas "altas demandas económicas". Lamentaron que se recurra al "enfrentamiento" y que se esté "obstaculizando cualquier intento de encontrar una solución". Sin embargo, por parte del Comité Unitario de Trabajadores (CUT) consideraron la actitud de la empresa "provocadora" e "inmovilista" y aseguraron haber presentado dos propuestas que fueron rechazadas. Y también tuvieron palabras para el gobierno municipal, a quien reprocharon estar "mirando para otro lado".

Menos horas y más puestos

Los trabajadores reivindican que el nuevo convenio reduzca la jornada laboral a 35 horas a la semana y que sirva para crear empleo. También piden que incluya cláusulas que garanticen "la igualdad real" y que se "eviten discriminaciones en turnos y descansos", así como una subida salarial "acorde con los beneficios" de la empresa.

La próxima reunión será el martes, justo cuando está previsto que comiencen los paros. De momento, no han tenido una gran incidencia por los altos servicios mínimos y su corta duración. En esta ocasión, en lugar de dividirse en dos franjas de dos horas cada una, el comité ha optado por para cuatro horas seguidas al medio día.

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