gastronomía
Sakura regresa a los orígenes en Fernando el Católico
La pandemia ha propiciado el cierre de los tres restaurantes japoneses de la marca que seguían abiertos para concentrar la oferta donde se gestó el proyecto hace 24 años.
Sakura, el primer restaurante japonés que abrió en Zaragoza hace 24 años, vuelve a sus orígenes. Este proyecto hostelero llegó a tener ocho establecimientos, pero desde hace unos días solo queda uno: el ubicado en el número 51 de la avenida Fernando el Católico. Allí empezó todo en 1999 y en el mismo emplazamiento continúa la historia de este restaurante. Eso sí, con importantes novedades.
Luis Qiu sigue siendo el rostro visible de Sakura. Él y su familia han llevado a cabo una reestructuración que ha sido progresiva. “En el desenlace actual ha tenido mucho que ver la pandemia, que lo ha cambiado todo, también los hábitos de consumo”, comenta. Además, prosigue, “el problema de encontrar personal ha sido muy importante, así que hemos preferido concentrarlo todo en un solo negocio y gestionarlo de cerca”.
Su hermano Guan y su cuñada le echan una mano, y su madre supervisa casi a diario que todo esté en orden. Los últimos Sakura en cerrar han sido los de las calles Franscisco Vitoria y Luis Vives, además del que había en el Actur. “Eran los que teníamos en propiedad y hemos aguantado con ellos todo lo que hemos podido, pero era difícil mantenerlos”, aseguran los hermanos Qiu.
Quedarse con el de la avenida Fernando el Católico ha sido algo “sentimental y emocional”, reconocen. “Nuestra madre empezó aquí y tenemos clientes que vienen todas las semanas desde hace más de 20 años, así que la decisión fue fácil”. Además, las características del establecimiento han ayudado mucho. Es el más grande y el que ofrecía más posibilidades para adaptarse a los nuevos hábitos de consumo vinculados a la pandemia.
El buffet libre clásico desapareció hace unos años, así que este restaurante ha tenido que especializarse. Lo ha hecho de varias formas. Luis Qiu explica, por ejemplo, que “se han creado nueve salones privados, como si fueran tatamis”. Eso sí, con mesas, no para comer en el suelo. “Los clientes tienen mucha privacidad y están muy separados unos de otros”, asegura.
Al margen de estos espacios, la sensación en el comedor es de amplitud. Pero además del continente, que ha cambiado bastante, el contenido también lo ha hecho, ya que se ha apostado por una propuesta de cocina a la vista (teppan yaki).
Casi todas las elaboraciones en caliente se preparan en una plancha enorme. Es la principal herramienta de cocina de Sakura. Y justo encima, un complemento imprescindible: una gran campana extractora que reduce a la nada la presencia de humo y olores. “Hemos hecho una inversión importante trayéndola de Alemania, pero ha merecido la pena”, reconoce Guan Qiu.
La carta tradicional de Sakura se mantiene con tempuras, sushi o sashimi, pero la que ha crecido notablemente es la oferta de cocina elaborada al momento a la vista del cliente. Precisamente, una de las novedades es el menú teppan yaki (lunes a viernes, 11,25 euros), que incluye como entrantes sopa de miso, ensalada, gyoza, un plato de arroz o de fideos, y una elaboración a la plancha de pollo, ternera, gambas, salmón, sepia o dorada, entre otros ingredientes.
También se puede disfrutar entre semana de un menú de 9,50 euros y, para la noche y el fin de semana, de otras propuestas a precio cerrado que oscilan entre los 15 y los 30 euros. En ellas se incluyen materias primas de más calidad como lubina, mero, almejas o bogavante. Además, por supuesto, de la carta clásica de Sakura.
