sucesos

Condenan a dos ladrones a 5 años y 3 meses de prisión por una ola de robos en 2019

La Policía les incautó las herramientas con las que fueron reventadas las puertas. El otro miembro de la banda está huido,

Los acusados, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial.
Los acusados, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial.
Toni Galán

John Alexander Vargas y Ronald Jhonier Franco, dos integrantes de la banda que asaltó siete viviendas en una ola de robos en la capital aragonesa en el verano de 2019, han sido condenados a 5 años y tres meses de cárcel. El tercer integrante del grupo, en paradero desconocido, se enfrenta a una pena similar por un delito continuado de robo con fuerza en casa habitada y otro de participación en organización criminal. Los ladrones, que ya declararon ante el tribunal, podrán conmutar la pena por la expulsión del país durante una década si consiguen el tercer grado.

Los tres hombres, vecinos de Madrid, alquilaron durante tres días un piso en la calle de Alejandro Oliván, en el barrio Oliver, a través de la plataforma Airbnb. Utilizaron el inmueble –arrendado con su identidad real– como base de operaciones en varios robos cometidos durante la penúltima semana de julio, aunque en el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza aseguraron que se hospedaban en él para acudir al cumpleaños de un amiga colombiana residente en la capital aragonesa. Sin embargo, ninguna testigo apoyó esta tesis durante las fases del proceso. Tampoco pudieron demostrar de ningún modo que uno de los integrantes de la banda viajara de Madrid a Zaragoza contratando el desplazamiento a través de la aplicación ‘Blablacar’.

El fallo se sustenta en dos pruebas principales que ubican a los sospechosos en las viviendas robadas. Los agentes encontraron en el momento de la detención una caja de herramientas de cerrajería en el maletero del coche en el que se movían por la ciudad. Las pruebas macroscópicas practicadas por la Policía Científica determinaron con "una certeza absoluta" que para forzar las puertas y los bombines de las residencias se emplearon los útiles incautados.

Por si fuera poco, la grabación de un sistema de seguridad particular ubicó al menos a uno de los cacos a unos metros de uno de los hurtos. Además, el coche en el que viajaban en el momento del arresto, un Toyota Corolla verso oscuro y con los cristales tintados, coincide con la descripción aportada por un testigo que vio al coche marcharse de uno de los inmuebles en los que se perpetró un hurto.

El propietario del Airbnb, en vista de que sus inquilinos habían abandonado el piso sin llevarse las maletas (dado que habían sido detenidos), contactó con la Policía, ya que horas después llegaban otros clientes y necesitaba despejar el piso. Los agentes comprobaron que algunos de los objetos que contenían (cámaras de fotos, videoconsolas, relojes, joyas...) coincidían con los que habían desaparecido de los pisos de los denunciantes, lo que permitió estrechar aún más el cerco.

Numerosos daños

Los condenados causaron numeroso daños en varios de los pisos. Destrozaron un armario, arrastraron una caja fuerte por el parquet, dejándolo arañado, rompieron mesillas y otros muebles. En los asaltos se hicieron con todo tipo de aparatos digitales, cámaras de fotos, videoconsolas de última generación, relojes, joyas, gafas de sol, plumas, dinero en efectivo y hasta planchas eléctricas para el pelo. En total deberán pagar más de 30.000 euros a los afectados. La sentencia es recurrible ante el TSJA.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión