MOVILIDAD

El 25% de los coches matriculados en la ciudad ya son ecológicos pero solo circulan 472 eléctricos

El crecimiento de ventas de vehículos a batería es exponencial, aunque reducido en número absolutos. La renovación de flotas públicas y el plan Moves, incentivos para un sector que pide más inversión.

La lenta pero inexorable transición hacia una movilidad ecológica que entierre los motores de combustión fósil comienza a verse reflejada en las calles de la capital aragonesa. Según datos del sector, uno de cada cuatro coches que se matriculan en Zaragoza ya son sostenibles. Este elevado porcentaje, si se compara con los registros de hace apenas unos años, se debe fundamentalmente a la apuesta por los híbridos, que todavía se apoyan en el consumo de gasolina. Los vehículos 100% eléctricos, en cambio, siguen sin pisar el acelerador. Pese a que su tasa de crecimiento supera el 140%, en términos absolutos su presencia aún es residual: tan solo circulan por la ciudad 472 turismo a baterías, el 0,1% de los 271.265 del parque automovilístico.

Al margen del duro golpe que ha sufrido el sector de la automoción como consecuencia de la pandemia, en lo que va de año se han matriculado en Zaragoza 4.702 turismos y todoterrenos, de los cuales el 75% aún se impulsan con motores diésel (842), pero sobre todo gasolina (2.681). En cambio, comienza a hacerse hueco la tercera vía, la sostenible. El 25% (1.179) ya se mueven con tecnologías híbridas o totalmente eléctricas.

«Incluso en plena crisis, hay una clara tendencia al alza, están aumentado las ventas de estas tecnologías notablemente», comenta Diego Artigot, director de la Oficina de Promoción de la Movilidad Eléctrica en Zaragoza. Esta entidad es un «punto de encuentro» entre particulares, empresas y entidades públicas interesadas en desarrollar proyectos e impulsar compras de vehículos a batería. Reciben 150 consultas al mes, y ahora se encuentran en temporada alta a causa de la gran apuesta del Gobierno central en este ámbito, el plan Moves III, dotado en Aragón con 11,2 millones de euros.

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«Ofrece ayudas mucho más importantes que sus predecesores», apunta Artigot, que destaca que se pueden obtener hasta 1.100 euros por la compra de una moto eléctrica y hasta 7.000 por la de un coche.

Infraestructuras

El plan Moves contempla, a su vez, ayudas para la instalación de puntos de recarga, uno de los grandes déficits del sector y barrera de entrada para los conductores que quieren dar el salto. A las subvenciones pueden optar particulares, autónomos, municipios... e incluso comunidades de vecinos. De hecho, «mucha gente se lo está poniendo en su garaje porque faltan enganches públicos», reconoce Artigot.

En concreto, en la provincia de Zaragoza hay en la actualidad 235 puntos de recarga, la inmensa mayoría en la capital. Se ubican principalmente en estaciones de servicio, supermercados, hoteles y párquines.

El Ayuntamiento ofrece 16 enganches públicos, de los cuales 8 son para motos. Los planes del gobierno municipal en este sentido pasan, según inidican desde el área de Movilidad, por «facilitar y fomentar la instalación de puntos de recarga en la ciudad» y para ello, «la vía preferente es la licitación de espacios autorizados a concesionarios especializados». De esta forma, se prevé dar luz verde en los próximos dos años a una treintena de cargadores.

Buses, taxis y bicicletas

La otra gran barrera de entrada a la movilidad eléctrica es la confianza en la tecnología actual. En un sector que evoluciona vertiginosamente, los conductores siguen esperando a lograr un vehículo con las prestaciones y, sobre todo, la autonomía suficientes. Mientras tanto, son las instituciones las que empiezan a impulsar el cambio. El Ayuntamiento de Zaragoza cuenta con una flota de 614 vehículos municipales, de los que 45 son eléctricos (7,3%) y 53 híbridos o de gas licuado (8,6%).

Además, desde hace años existe un consenso claro a la hora de renovar las flotas del transporte público de la ciudad con vehículos sostenibles. En el caso del bus urbano, la concesionaria Avanza opera en la actualidad con 111 híbridos y 4 eléctricos de un total de 352 autocares. Y esta semana el alcalde, Jorge Azcón, anunció que ya solo se incorporarán unidades a batería, empezando con 68 de aquí a 2023.

Más avanzado se encuentra incluso el sector del taxi, que ha comprobado cómo, de momento, la propulsión eléctrica se adapta mejor a la movilidad urbana que a la interurbana. Por eso, y gracias en parte a las líneas de ayudas públicas, han logrado que solo el 15% de la flota de Zaragoza mantenga motores diésel. De las 1.777 licencias que hay en la ciudad, la mayoría circulan con motores híbridos (unos 1.100), gas licuado (350) y eléctricos (40). «Su compra es más cara, pero luego su mantenimiento es más económico», destaca Mariano Morón, presidente del colectivo.

Finalmente, además de las contratas de servicios públicos (como el mantenimiento de parques o la limpieza de calles), que deben ir renovando sus flotas con vehículos sostenibles, las empresas de movilidad compartida son caldo de cultivo para introducir estas tecnologías. El Ayuntamiento está licitando el despliegue de 900 motos eléctricas y de 2.500 bicis, de las que al menos el 20% serán asistidas por baterías.

En este campo, la revolución de los patinetes no se entiende sin la tecnología eléctrica. Y también empiezan a llegar propuestas vinculadas al coche, como la de Alma, una empresa de automóviles compartidos que ya opera con 9 unidades en Zaragoza. «En las próximas semanas incorporaremos 4 o 5 más», revela su responsable, Antonio Robert, que destaca los acuerdos que ha alcanzado con varias empresas ubicadas en polígonos industriales para trasladar a los trabajadores con su flota ecológica.

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