La lucha por mantener vivos los bares de pueblo en la Comarca de Calatayud

Mientras el negocio hostelero de Velilla de Jiloca se acerca a su cierre por jubilación, en Orera ofrecen alojamiento a la pareja que se ofrezca a gestionar el suyo.

Juan Luis Gómez, alcalde de Orera, busca una pareja que gestione el negocio hostelero del pueblo.
Juan Luis Gómez, alcalde de Orera, busca una pareja que gestione el negocio hostelero del pueblo.
Macipe

En Aragón había radicados 634 locales de restauración a principios de 2020 en los 508 municipios con menos de 1.000 habitantes, según los datos de la Confederación Empresarial Hostelería de España recogidos en Horeca Data. Esa cifra da constancia, justo antes de la tempestad de la pandemia de coronavirus, del papel social que cumplen estos negocios en las pequeñas localidades. Como dos muestras están los casos de Velilla de Jiloca y Orera, ambos núcleos de la comarca Comunidad de Calatayud. Mientras en el primero sus propietarios se encaminan al cierre por aproximarse a la edad de jubilación, en el segundo el Ayuntamiento trata de reabrir el suyo.

Al pie de la carretera N-234, Jesús Monge, de 68 años, y María Jesús Catalán, de 64, están siempre dispuestos al otro lado de la barra. "Ya nos ha tocado presentar todas las facturas, porque yo estoy con la jubilación activa", confiesa él, que dejó el campo para acompañar a su mujer. "Mis padres lo abrieron en la parte baja de la casa en 1977, lo dejaron en el 89 y desde entonces lo llevamos nosotros", recuerda ella. "Por la gente no cerraríamos", puntualiza Catalán, que está pendiente de fijar una fecha para el retiro: "Tengo que ver cuándo cumplo y lo dejaré", asume.

"Al principio nos costará, porque pasamos por aquí desde las 7.30 hasta que cerramos por la noche", indica Jesús. "La gente se va contenta y eso es un orgullo. Vienen de pueblos de alrededor, también moteros de Zaragoza y Soria y muchos camioneros, de España pero también de Portugal y de Italia", apunta María Jesús. Con el paso de los años se han ganado el cariño y el respeto de los clientes: "No quieren que nos vayamos", reconocen. Sus huevos fritos con callos, fardeles, longaniza y "muchas partes del cerdo" han hecho fama.

Oferta en Orera

En otra ribera, la del Perejiles, es la localidad de Orera la que busca alternativas para que el servicio de bar vuelva a funcionar. "Llevamos desde Navidad con el local cerrado y la verdad que es una pena", apunta el alcalde, Juan Luis Gómez, dejando el coche tras volver de tomar el café en Mara. En su caso, la actividad tiene sede en un local municipal, reformado en 2011 y a pie de calle. "Nuestra idea es que pueda venir una pareja, para llevar esto, pero también la tienda y la piscina", dice.

"Les ayudamos pagando hasta 400 euros de luz en el bar y 100 en la tienda y el agua, ellos tendrán que darse de alta como autónomos", oferta el alcalde. "Es un servicio prioritario para un pueblo como un sitio para vernos y hablar, y por eso el Ayuntamiento ayuda en lo que puede, porque si no sería inviable", sentencia Gómez. El Consistorio pone además a disposición un apartamento: "Tiene calefacción, las ventanas nuevas…", indica el alcalde, que recuerda que los interesados pueden escribir al correo orera@dpz.es.

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