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Tiroteo en Pignatelli: "Frente a frente, a esa distancia, sabía que uno podía acabar muerto"

La Audiencia de Zaragoza ha juzgado este lunes al joven de Malí que abrió fuego contra una patrulla de la Policía Nacional en el entorno de la calle Pignatelli. 

Joven juzgado por abrir fuego contra una patrulla de la Policía Nacional en la calle Pignatelli
Joven juzgado por abrir fuego contra una patrulla de la Policía Nacional en la calle Pignatelli
Oliver Duch

El rebrote de violencia que sufren desde hace algún tiempo la calle Pignatelli y su entorno tuvo uno de sus momentos álgidos la tarde del domingo 22 de noviembre de 2020, cuando una patrulla de la Policía Nacional se vio obligada a efectuar hasta 20 disparos para repeler el ataque de un hombre armado

Los agentes respondían a la llamada de varios compañeros a los que esta misma persona acababa de encañonar en el cruce de las calles de Cerezo y Boggiero. Cuando los funcionarios de refuerzo quisieron darse cuenta, Tahirou N., de 31 años y nacido en Malí, estaba plantado delante del parabrisas de su vehículo apuntándoles también a ellos. De hecho, haciendo caso omiso a los gritos de los policías para que tirara el revólver y a metro y medio escaso de distancia, el agresor acabó apretando el gatillo. Por fortuna para los agentes, no había cargado el arma con la munición adecuada y ninguna de sus balas hizo blanco.

La Audiencia de Zaragoza ha sentado este lunes en el banquillo de los acusados al pistolero, para el que la Fiscalía solicita seis años y medio de prisión por atentado agravado y tenencia ilícita de armas. “Claro que fue una situación traumática. Nuestras vidas estuvieron en claro peligro. Pese a ello, nosotros nunca apuntamos a zonas vitales. Siempre lo hicimos por debajo de la cintura”, han declarado hoy los policías involucrados en el tiroteo. Y lo cierto es que el maliense tuvo que ser asistido de una única herida de bala en el muslo que no precisó ni tratamiento quirúrgico.

“Claro que fue una situación traumática. Nuestra vidas estuvieron en claro peligro. Pese a ello, nosotros nunca apuntamos a zonas vitales"

"Frente a frente, a esa distancia, sabía que uno de los dos podía acabar muerto", ha explicado el primero de los agentes que se encaró con el pistolero. “Había tanta gente en la calle y en los balcones que no pudimos hacer disparos intimidatorios, ya que un rebote podría haber tenido consecuencias fatales”, ha contado después su compañero. Prueba de la cantidad de vecinos que pese al peligro siguieron el suceso desde las ventanas fueron los vídeos que poco después se difundieron a través de las redes sociales. Varios de ellos han sido aportados a la causa y visionados este lunes por el tribunal. La defensa, a cargo de la letrada Carmen Sánchez, se apoya precisamente en una de estas grabaciones para acusar a la patrulla de disparar al acusado por la espalda y de hacer un uso desmedido de la fuerza. De ahí que los haya denunciado en una causa que se tramita por separado.

Durante la vista han declarado también los dos agentes a los que primero encañonó el pistolero. “Estábamos patrullando la zona cuando nos cruzamos con él. Al vernos, hizo un gesto extraño y aceleró el paso. Decidimos darle el alto y pedirle que se identificara. En un principio, nos mostró el pasaporte sin problemas. Pero cuando le preguntamos si portaba algo que pudiera comprometerlo, de forma sorpresiva sacó la pistola y nos apuntó”. Los viandantes, asustados, empezaron a correr y la patrulla tuvo que pedir refuerzos.

Joven juzgado por abrir fuego contra una patrulla de la Policía Nacional en la calle Pignatelli
Joven juzgado por abrir fuego contra una patrulla de la Policía Nacional en la calle Pignatelli
Oliver Duch

El acusado dice que "solo quería huir"

El encausado no ha querido responder ni a las preguntas del Ministerio Público ni a las de las acusaciones particulares, que piden para él siete años de cárcel. Sí lo ha hecho a las de su abogada, en una alegato exculpatorio en el que ha asegurado que “en ningún momento” apuntó a la cabeza de ningún policía. Tahirou N. no ha sabido explicar al presidente del tribunal con qué intención lo hizo, pero ha reconocido que compró el arma “un par de días antes” pensando que era de fogueo. “Yo solo quería huir, marcharme a mi casa. Llevo 15 años aquí y nunca he tenido ningún problema”, ha manifestado.

Uno de los vecinos que tiró de móvil para grabar la insólita escena desde un segundo piso ha declarado que antes de que los agentes abrieran fuego contra el acusado, él les apuntó con el arma a “muy escasa distancia”. En cuanto a las características del revólver, se trataba de una imitación del americano Smith&Wesson. “Tenía cinco cartuchos en el tambor y estaba en perfecto uso. Pero lo habían cargado con munición de 9 milímetros, cuando está diseñado para munición más pequeña”, ha explicado una perito. “Comprobamos que tenía un cartucho percutido dos veces, pero no salió porque el martillo no hizo suficiente fuerza”, ha apostillado.

La defensa ha solicitado la absolución del acusado, aunque ha introducido como pena alternativa una condena de dos años: uno atentado del tipo básico y otro por tenencia ilícita de armas.

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