Movilidad
Polémica por la interrupción del carril bici del paseo de Echegaray de Zaragoza
Los ciclistas, que deben ir a pie 45 metros, tachan la medida de "indignante" y el Ayuntamiento de la ciudad dice que es por seguridad.
El Ayuntamiento de Zaragoza acaba de decidir que los ciclistas y usuarios de patinetes que transiten por el carril bici de la acera del paseo de Echegaray y Caballero deberán bajarse de la bicicleta cuando lleguen a la altura del puente de Piedra. La medida ha levantado en armas al colectivo ciclista, que la tacha de "ridícula" e "indignante", mientras que el Consistorio la justifica por la necesidad de salvaguardar la seguridad.
La nueva señalización, que obliga a pasar a pie un tramo de 45 metros, se empezó a aplicar el pasado jueves, aunque ayer al mediodía apenas había quien hiciera caso a la obligación. Fuentes municipales aludieron a las "aglomeraciones" que se producen en el cruce, "agravadas con la llegada de taxis y autobuses". Aunque admitieron que en los últimos tiempos no ha habido accidentes, "sí hay sustos y situaciones de dificultades". "Al ser técnicamente un tramo de acera, hay que bajarse de la bici o del patinete", indicaron. Recordaron además, que en los últimos tiempos se ha aumentado notablemente el tráfico de patinetes en la zona.
200 euros de multa
Pero para los colectivos ciclistas no hay justificación para esta decisión. "Es uno de los carriles bici más utilizados. En lugar de buscar una solución a ese tramo se coloca una señal de prohibido circular. Es una medida arbitraria", explica el portavoz de Zaragoza con Bici Javier Tello, que recuerda que no hacer caso a una señal de obligación puede suponer 200 euros de multa.
En este sentido, explica que esta zona de Echegaray es un punto en el que se han producido accidentes graves con el autobús urbano. "¿Por qué no se hace lo mismo con el autobús? Se penaliza al medio más sostenible", declara el activista en defensa del uso de la bicicleta.
Además, considera que la medida es "inviable", en primer lugar porque la señal está a tres metros de alto y no es fácil verla si se pasa en bicicleta. Defiende que las posibles soluciones pasarían por dar continuidad al carril bici en la acera, habilitar uno en la calzada o peatonalizar el puente de Piedra. "Si es por seguridad, hay más accidentes con otro tipo de vehículos", afirma.
Tello se muestra convencido de que tras esta decisión existe el riesgo de que el Ayuntamiento tome medidas similares en otros puntos de la ciudad, donde también conviven las bicicletas con otros modos de transporte, como ocurre en Gran Vía o en la plaza de San Francisco. "Es un despropósito", concluye.
