Movilidad

Guillermo Ríos: "La huelga no es la manera de que el usuario vuelva a confiar en el bus"

El gerente de Avanza afronta 2021 con el reto de negociar el conflicto laboral de la contrata del transporte a la espera de recuperar la demanda.

Guillermo Ríos, en una parada del bus urbano del paseo de la Independencia.
Guillermo Ríos, en una parada del bus urbano del paseo de la Independencia.
Toni Galán

Los conductores vuelven a la huelga. ¿Los conflictos laborales no van a acabar nunca en la contrata del bus urbano?

Nuestra intención es que acaben y el objetivo que tenemos es que se negocie sin que haya conflictos. Pero se tiene que cambiar la manera de negociar.

¿Cómo hay que negociar?

Primero con el objetivo claro de tratar de conseguir el mejor acuerdo posible y si puede ser sin perjudicar a terceros ni a los trabajadores ni a la empresa. Negociar con sentido común y siendo realistas y no como si no pasara nada, como si no hubiera una pandemia.

¿Qué les separa de cerrar un acuerdo con el convenio?

El comité de empresa está poniendo sobre la mesa unas demandas que son inalcanzables. El salario medio de un conductor está por encima de 35.000 euros, la jornada es de 7 horas y 49 minutos y hay 45 días de vacaciones al año. Estamos orgullosos de poder ofrecer esto a los trabajadores, que desarrollan una labor excelente, más allá de las discrepancias con la estrategia del comité.

¿Qué ofrece la empresa?

El mantenimiento del poder adquisitivo, estabilidad en el empleo y una serie de medidas encaminadas a mejorar el servicio y la organización del trabajo. La estabilidad del empleo a día de hoy está por encima del 95%. No hemos ido a recortar ningún derecho, ni por la pandemia ni por nada. Y otra cosa que le estamos diciendo al comité: nos tenemos que centrar en la demanda. El servicio se ha reducido de una manera considerable. Ahora estamos un 33% por debajo. La huelga no es la manera de que el usuario vuelva a confiar en el bus.

"El comité trata de cargarse de razones para justificar una huelga mayor"

¿Y el comité qué plantea?

Subidas salariales, de pluses, creación de pluses, reducción de jornadas… Son una serie de medidas en subidas económicas y reducciones de jornadas que no podemos asumir. Pedimos que reflexionen. La huelga, al final, es un chantaje a la ciudad. Es una estrategia que ya se hizo hace cuatro años y el resultado fue desastroso.

¿Esta huelga está complicando el cumplimiento de los aforos?

Hay unos aforos que respetar y la huelga, en el momento en que se producen los paros, los complica. Pero el problema no son los paros que se están haciendo ahora. El comité trata de cargarse de razones para justificar una huelga mayor. Están ganando tiempo para, cuando llegue el momento, promover una huelga todos los días de la semana y en horas punta que afecte a la ciudadanía. Ojalá nunca llegue ese momento, pero hay que ser realistas y ya vemos los indicios.

Ha pasado un año de pandemia. Vista la experiencia, ¿el transporte urbano es seguro?

Ha sido un año difícil. Rápidamente nos pusimos a tomar medidas para garantizar la seguridad tanto de nuestros trabajadores como de nuestros usuarios. También iniciamos antes del estado de alarma la desinfección de los vehículos, se instaló el hidrogel, así como que se analizó con la Universidad de Zaragoza la concentración de CO2. Se aumentó la ventilación para asegurar un entorno controlado. Yo me siento seguro. Si se respetan las normas, se mantiene el mismo nivel de seguridad de cualquier otro entorno.

Este año ha sido muy complejo por la caída del número de usuarios. ¿Se recuperará el servicio?

Hemos estado desde junio del año pasado en un 40% por debajo de la demanda y ahora estamos un 33%. No es mucha diferencia pero es algo positivo, porque durante muchos meses no se movió. Estamos recuperando demanda. Habrá que ver estos meses, a ver si cubrimos al 75% de la demanda que teníamos anteriormente.

Hace un año se hablaba de la reordenación de líneas de bus, pero finalmente se descartó. ¿Sigue siendo necesaria?

El modelo de transporte se ha seguido analizando y se ha estado trabajando en diferentes escenarios. Antes de la pandemia se iban a hacer una serie de ampliaciones del servicio que ya estaban aprobadas y es verdad que con la reducción del número de usuarios aquello quedó congelado. Nuestro principal aliado es que el ciudadano vuelva a confiar en el servicio y es esa confianza en el servicio la que propicia cambios y crecimiento.

¿Hacia dónde deberían ir esos cambios?

A la hora de diseñar una red de transporte hay que llegar a un equilibrio entre el tiempo de recorrido y la cobertura espacial. Si hay un desarrollo urbanístico, tienes que llegar y la manera más eficiente es llegar con la línea que está mas cerca. ¿Habrá que potenciar más líneas circulares en la ciudad? Seguro. En una ciudad como Zaragoza, que ya es grande, no existe solo un origen destino, hay muchos puntos que a su vez son origen y destino. Esto propicia que haya que desarrollar nuevas líneas circulares, que no necesariamente tengan que pasar por el centro. Si quieres aumentar la velocidad, a veces hay que espaciar las paradas, pero debe haber un equilibrio para que la parada esté a una distancia determinada de los hogares. Damos un servicio que debe cubrir una necesidad. Y si el servicio cubre necesidades, se usará.

"¿Habrá que potenciar más líneas circulares en la ciudad? Seguro"

La forma de desplazarse de los ciudadanos tiene mucho que ver con las rutinas. ¿En qué medida va a cambiar tras la pandemia?

La movilidad va a cambiar porque están cambiando los hábitos. Tenemos que ver cómo afectará o no afectará a la movilidad el teletrabajo, si el teletrabajo ha venido para quedarse o no. Después hay algo vinculado a la actividad económica, con el ocio, que tendremos que ver cómo evoluciona. Lo que sí creemos es que las ciudades van a reforzar en general los sistemas de transporte público y modos compartidos. Hay que dar razones para que una persona deje el coche en casa.

¿La incorporación de vehículos eléctricos en qué situación se encuentra?

Ahora mismo hay cuatro vehículos eléctricos y se está analizando todo el proyecto a futuro de cómo sería la movilidad en la ciudad. Y se están analizando en Avanza alguna prueba con vehículos de hidrógeno, que también tendrán su protagonismo en el futuro. El futuro va a ser con electricidad. 

La contrata finaliza en 2023. ¿Qué cambios debería incorporar el nuevo servicio?

Los cambios se van a producir más allá de si en 2023 finaliza un contrato o no. Eso no debería ser un condicionante. Si los cambios se pueden hacer en 2021 o 2022, se harán entonces. Al final se debe priorizar el servicio. 

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