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El TSJA oye una grabación de 12 minutos y anula una condena de violación de 12 años en Zaragoza

El Tribunal Superior de Justicia de Aragón se alinea con los argumentos de la defensa y reprocha a la Audiencia de Zaragoza que obviara las contradicciones del relato de la mujer, que padece un ligero retraso mental.

La denunciante asegura que la agresión sexual se produjo en este descampado junto a la calle de Reina Felicia, en Zaragoza.
La denunciante aseguró que la agresión sexual se produjo en este descampado junto a la calle de Reina Felicia, en Zaragoza.
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Ni una ni dos. Son ya tres veces en apenas un año las que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) ha tumbado condenas por violación dictadas por la Audiencia de Zaragoza. Y si en las dos anteriores los acusados vieron evaporarse condenas de seis y ocho años de prisión, respectivamente, ahora son doce años de cárcel los que evitará el supuesto agresor sexual. Porque aunque todavía cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo, los argumentos del fallo del TSJA son tan sólidos que se antojan inamovibles. Habrá que esperar, en cualquier caso, a que el pronunciamiento sea firme.

Los hechos que llevaron al banquillo a Efrén Federico Torres Arce se remontan al 17 de octubre de 2017, cuando, según decía la sentencia que el TSJA acaba de desmontar violó a una mujer de 40 en La Almozara. La supuesta víctima, que denunció lo sucedido dos semanas más tarde, padece un retraso mental ligero y su grado de madurez personal y afectiva están muy por debajo de su edad. «Su conocimiento en materia sexual es semejante al que pudiera poseer un niño de seis años», recogía en los hechos probados la primera sentencia.

A la hora de pronunciarse sobre el recurso presentado por la defensa, a cargo de la abogada Ana Isabel Alcay Villalba, el TSJA reconoce el problema de la mujer y lo incluye en el apartado de hechos probados. Pero en muy poco más coincide con el fallo condenatorio de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial, en el que aprecia «importantes quiebras lógicas en su argumentación». «La sentencia no menciona, ni por tanto, valora, las contradicciones (de la mujer) y asume de manera acrítica los hechos relatados en el atestado», añade.

La abogada del acusado reprochaba a los magistrados que juzgaron a su cliente que se limitaran a condenarlo dando por bueno el relato de la denunciante sin tener en cuenta las «pruebas objetivas» que hacían cuestionar su validez. Para Alcay, no solo existían numerosas contradicciones en las tres versiones ofrecidas por la mujer –en comisaría, ante la jueza instructora y durante la vista oral–, sino también en la declaración del testigo en el que se apoyó la Audiencia como prueba periférica. Y el TSJA le da la razón y confirma que la versión de la mujer «difiere en aspectos esenciales».

Crisis de ansiedad en pleno juicio

La Audiencia decía en su sentencia que la denunciante «apenas» pudo declarar en el plenario «debido a la crisis de ansiedad producida por la secuela de estrés postraumático que sufrió nada más ver a su agresor (…), limitándose a decir que el hombre ‘era el diablo’ y ‘se quería ir a su casa’». Tras revisar la grabación del juicio, el TSJA confirma el estado de ansiedad de la mujer, pero puntualiza que declaraba tras un biombo y no había visto al acusado cuando empezó a dar gritos.

El Tribunal Superior remarca incluso algo más importante: la denunciante se tranquilizó y declaró después durante doce minutos. Puede parecer poco, pero le han servido a la defensa para revocar una pena de doce años. Porque, como apunta el TSJA, durante esa declaración «no confirma los hechos descritos en el atestado policial en aspectos sustanciales». Además, manifestó «con rotundidad» que la penetración fue anal, cuando siempre había relatado que fue vaginal; no contestó a la pregunta de si el hombre le había introducido el pene en la boca («no le gustan esas cosas», indicó); y negó que el acusado la amenazara o la agarrara con violencia.

El fallo absolutorio recuerda también que la mujer señaló en comisaría que no sabía que el acusado estaba casado, se sintió «frustrada y enfadada» y por ese motivo interpuso la denuncia.

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