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El criminal que asesinó a una anciana a varazos en Murcia vuelve al banquillo en Zaragoza

Tahar Ryad, condenado a 44 años de cárcel por un atroz asesinato en Murcia, aprovechó su fugaz paso por la capital aragonesa para demostrar que resulta peligroso hasta esposado.

Tahar Ryad, cuando fue juzgado por el crimen de los Huertos en Murcia.
Tahar Ryad, cuando fue juzgado por el crimen de los Huertos en Murcia.
La Verdad/ Israel Sánchez

Hasta una sencilla rama de limonero puede convertirse en un arma letal cuando quien la empuña es un criminal que profesa un inmenso desprecio por la vida del prójimo. Y como tal definieron la Audiencia Provincial de Murcia y el Tribunal Supremo a Tahar Ryad, condenado a 44 años de prisión por asesinar a varazos a una anciana para arrebatarle un monedero con cinco míseros euros. De la naturaleza despiadada    de este hombre pudieron dar fe también en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza, donde hace un par de años protagonizó un violento altercado en los calabozos que incapacitó durante cuatro meses a un policía nacional. Por estos hechos, el Juzgado de lo Penal número 1 sentó ayer en el banquillo de los acusados al marroquí, para el que la Fiscalía solicita ahora otra pena de casi tres años por un delito de lesiones y otro de resistencia.

El vil asesinato de la anciana María del Carmen Gea se produjo el 27 de febrero de 2012 en El Raal, una pedanía de la capital murciana. Y aunque Tahar Ryad se dio la fuga, la Guardia Civil apenas tardó una semana en detenerlo. Lo hizo en una vivienda de El Ejido, la localidad almeriense donde se había escondido. No arrastraba antecedentes policiales en España, pero contaba con un largo historial delictivo en su país.

El día del crimen, la víctima paseaba despreocupada junto a otras tres amigas por una vereda cuando se vieron sorprendidas por el criminal, que las abordó de forma sigilosa y traicionera por la espalda. «No nos mates», le suplicaron las mujeres, de entre 69 y 80 años. Pero de nada les sirvieron los ruegos, ya que el delincuente la emprendió a golpes con las tres, acabó con la vida de una y a punto estuvo de hacer lo propio con otra. La tercera también terminó en el hospital.

A la hora de condenarlo por el que fue bautizado como el crimen de los Huertos, los tribunales destacaron la «frialdad» y la «absoluta desproporcionalidad» de la violencia del marroquí. Algo que, de haberlo sabido, hubiera prevenido sin duda a los policías que trataron de calmarlo el 24 de octubre de 2019 en Zaragoza, después de que discutiera con alguno de los detenidos con los que compartía calabozo en el juzgado de guardia.

"Solo quería ir al baño"

Tahar Ryad había sido trasladado desde la prisión de Zuera para prestar declaración en un asunto de drogas. Sin embargo, concluida la comparecencia ante el juez,    decidió volver a liarla. «Yo no agredí a nadie, fueron ellos los que me esposaron y empezaron a darme una paliza», declaró ayer el delincuente. Según este, fueron hasta «seis o siete» agentes los que le golpearon, «simplemente, porque quería ir al baño».

Completamente distinta fue la versión de lo sucedido que los dos funcionarios que redujeron al preso dieron ayer a la juez. Tanto el agente que resultó lesionado como su compañero recordaron que Ryad empezó a dar golpes y patadas a los barrotes, por lo que tuvieron que llamarle la atención.  Pareció calmarse, pero poco después volvió a las andadas. «Tuvimos que entrar en la celda para quitarle las zapatillas, a ver si así dejaba de dar patadas», declararon. «Y fue entonces cuando reaccionó de forma violenta, provocándome las lesiones», señaló el denunciante, al que representa el letrado Marco Antonio Navarrro. Durante la instrucción del caso, el juez solicitó la grabación de las cámaras de seguridad de los calabozos, pero las imágenes ya habían sido borradas. Pese a ello, la Fiscalía dio ayer plena credibilidad al relato de los dos policías.

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