zaragoza 

El desagradable rastro de las torcaces

Los excrementos de estas aves han plagado en las últimas semanas algunas calles de la ciudad y el Ayuntamiento trabaja para poner solución a la desagradable estampa

Un banco arrasado por los excrementos de las aves en el paseo de la Constitución.
Un banco arrasado por los excrementos de las aves en el paseo de la Constitución.
José Miguel Marco

Están casi por todas partes. Una desagradable lluvia de excrementos ha arrasado en las últimas semanas determinados rincones de la Zaragoza y ha empeorado el aspecto de aceras, vehículos, bancos y demás mobiliario urbano, e incluso ha acabado por cubrir casi por completo algunas sombrillas –por fortuna abiertas– de bares y restaurantes. Para evitar llevarse encima alguna que otra fastidiosa sorpresa, mejor intentar no caminar bajo los árboles o sobre las zonas más afectadas. Las culpables tienen nombre y apellido. Son las palomas torcaces, las más grandes de las columbiformes ibéricas y que ahora se encuentran en pleno paso migratorio.

Su aparición no ha sido inesperada. Aunque son aves rurales, desde hace varios años su presencia ha ido creciendo también en la ciudad. Es bastante común que se desplacen a la península entre invierno y primavera para disfrutar del clima mediterráneo y después regresar al norte de Europa, de donde son originarias, pero ahora sus hábitos han cambiado. Un factor determinante, según explican desde el Ayuntamiento de Zaragoza, es que ya no migran como lo hacían antes, sino que permanecen en la capital aragonesa –y en otras localidades españolas– gran parte del año, ya que disponen tanto de calor como de agua, hierbas o semillas y carecen de depredadores.

El área de Servicios Públicos está trabajando para tratar de erradicar las molestias que provocan sus numerosos excrementos, aunque apuntan a que en los próximos días dejarán de ser tantos y de tan gran tamaño porque están causados por unos pequeños frutos que comen de los árboles. Sin embargo, no son unos pájaros fáciles de controlar, a diferencia de la paloma zurita o la paloma bravía y la ploma doméstica o cimarrona, que son las que están más habitualmente en los ambientes urbanos. La torcaz supera en envergadura a todas ellas, de hecho, es la mayor de las europeas a excepción de la de Madeira.

Además, indican fuentes municipales, su presencia puede llegar a alterar la biodiversidad del ecosistema al desplazar a otras especies o transmitirles ciertas enfermedades. Para intentar poner fin a estos inconvenientes, los técnicos de Salud Pública y de Parques y Jardines han puesto en marcha un operativo coordinado. No obstante, desde el gobierno municipal apuntan que las torcaces emprenderán pronto el camino de regreso, por lo se está trabajando ya de cara al año que viene.

Una tarea complicada

De mayor tamaño, más molesta y también mucho más difícil de capturar. La retirada de las palomas torcaces no puede hacerse por los sistemas habituales de cebado y red o jaulas, ya que no bajan tan fácilmente al suelo y son mucho más esquivas ante cualquier tipo de reclamación. Por eso, aparte de extremar las tareas de limpieza en el mobiliario y las aceras más afectadas, se va a tratar, con la participación de la Unidad Verde, de censar el número de ejemplares y localizar los lugares con mayor presencia.

Después, se hará un control de esas zonas de posa y anidamiento para encontrar los puntos de los árboles en los que se detienen habitualmente o donde tienen sus nidos y posteriormente eliminarlos. También se podrían llevar a cabo tareas de poda, ya que, según apuntan desde el área, parece que tienden a utilizar siempre las mismas ramas.

Con los métodos habituales, este año y el anterior se han retirado cientos de palomas del resto de especies, que también provocan numerosas quejas y molestias a los vecinos. En concreto, el objetivo del Consistorio es reducir a la mitad el número de estas aves, ya que consideran que hay una superpoblación en la ciudad y que se reproducen cada vez más rápido. Son actualmente unos 13.000 ejemplares y crecen al menos un 10% cada año.

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