sucesos en zaragoza
Un 'vuelco' en Zaragoza destapa una banda que se hacía pasar por la Guardia Civil para robar droga
Los ladrones, para los que piden 157 años de cárcel, usaron placas de la Unidad Central Operativa (UCO) para perpetrar un asalto en un chalé de Vía Hispanidad. Un posible caso de Covid ha obligado a aplazar el juicio que se celebraba este viernes en la Audiencia.
Una investigación que se inició en 2019 en Zaragoza ha sentado este viernes en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial a una organización internacional que se convirtió en el azote de las principales bandas de traficantes de droga de España, ya que se dedicaba a robarles la mercancía –principalmente cocaína, pero también marihuana o cualquier otra sustancia ilegal– ‘fresca’. En alguna ocasión, solo unas horas después de que llegara de Sudamérica. Y si algo caracterizaba a estos siete delincuentes para los que ahora se piden penas que suman 157 años de prisión, es su modus operandi, ya que se hacían pasar por miembros de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil para ejecutar los ‘vuelcos’, porque así es como se denominan estos robos entre traficantes en el argot delictivo.
El juicio tenía que haber comenzado este viernes y continuar el próximo martes, 23 de marzo, pero un posible caso de covid ha obligado al tribunal a suspenderlo para fijar una nueva fecha. Se da la circunstancia de que el posible contagiado es precisamente el presunto cabecilla de la organización.
Son un total de cinco asaltos los que ahora se atribuyen a esta activa organización criminal liderada por un venezolano, pero en la que estaban integrados también tres españoles, dos dominicanos y un ucraniano. Y aunque solo el primero de ellos se llevó a cabo en Zaragoza –el resto se cometieron en Madrid y Málaga–, ello hizo que las diligencias se instruyeran y se juzguen también en la capital aragonesa.
Según los investigadores, la cúpula la banda la integraban tres personas: el cabecilla y encargado de dar las órdenes, Johan H.R., y sus lugartenientes, Ramón R. L. y Serhi O. El resto de encausados se ocupaban de algo esencial: los chivatazos que permitían fijar los objetivos. De ahí que a los primeros se les atribuyan los cinco vuelcos y a los colaboradores solo algunos puntuales.
Los hechos ocurridos en Zaragoza y que pondrían el foco sobre esta violenta organización –acostumbraban a atar con bridas a las víctimas y a golpearlas hasta que les confesaran dónde guardaban la mercancía– se remontan al 15 de febrero de 2019. Sobre las 9.00, los tres máximos responsables se presentaron frente al portero automático de una vivienda ubicada en el número 108 de Vía Hispanidad y al preguntarles quién llamaba contestaron que eran miembros de la UCO y portaban una orden judicial de registro. Los ahora acusados llevaban placas identificativas, lo que hizo creer que a los moradores que efectivamente eran guardias civiles. En este tipo de robos, el miedo a ser condenados por tráfico de drogas impide a las víctimas concretar el botín. Y ello hizo imposible saber cuál fue el botín que la banda se llevó de su visita a la capital del Ebro.
Más información obtuvieron los investigadores de los siguientes cuatro vuelcos, perpetrados en las semanas posteriores: tres en Madrid y uno en Estepona (Málaga). Del que cometieron el 20 de febrero en un domicilio del barrio de Usera se llevaron dos kilos de cocaína que había llegado el día anterior de Bolivia. El 26 de marzo volvieron a hacerse pasar por miembros de la UCO para acceder a un dúplex de la localidad de Serranillos del Valle donde se apoderaron de 20 kilos de marihuana y 60.000 euros en efectivo.
Solo tres días más tarde, el 29 de marzo, los criminales engañaron a unos chinos a los que fueron a venderles los 20 kilos de cannabis que habían robado. Nada más cerrar la operación, haciéndose pasar de nuevo por guardias civiles les arrebataron la mercancía. El último robo por el que se les acusa se ejecutó en tierras andaluzas y fue posiblemente el más violento.
