zaragoza

Fiestas en pisos privados y turísticos y botellones a las afueras de Zaragoza

La apertura de los límites provinciales reduce, aunque no elimina, las concentraciones de jóvenes en la ciudad.

La Policía controla un botellón en Zaragoza en una imagen de archivo.
La Policía controla un botellón en Zaragoza en una imagen de archivo.
Policía Local de Zaragoza

La apertura de las ‘fronteras’ que separan las provincias aragonesas ha provocado un pequeño exódo de jóvenes zaragozanos a las segundas residencias familiares. Una circunstancia que, según apuntan fuentes policiales, "ha reducido las intervenciones en materia de reuniones sociales, como los botellones, en la vía pública". El cierre de la hostelería había empujado a cientos de adolescentes y veinteañeros a reunirse en parques y otros espacios públicos, multiplicando las multas por este motivo en los últimos meses.

La tendencia que domina en estos momentos es otra. "Lo que más estamos es viendo son reuniones de jóvenes en casas privadas, tanto en pisos como en viviendas unifamiliares a las afueras. También, pese a que se viene advirtiendo desde hace tiempo, siguen llegando denuncias, y por tanto intervenciones, por fiestas organizadas en pisos de uso turístico. Incluso recientemente los agentes acudieron a una en la que el organizador estaba cobrando entrada a los asistentes", matizan estas mismas fuentes oficiales.

La mayor parte de las denuncias tramitadas por las conocidas como ‘fiestas covid’ se celebran en el Casco Histórico –donde más viviendas turísticas hay–, sobre todo en la calle de San Pablo y San Blas, donde además se han practicado varias detenciones por resistencia y lesiones debido a que los participantes no facilitaron la intervención policial.

Son los vecinos los que suelen alertar a la centralita del 091 de estas reuniones, que se delatan solas debido al inusitado trajín de personas toda vez superada la hora del toque de queda, el volumen de la música, los gritos de los asistentes e, incluso, el olor a marihuana. Cabe destacar que en varias de las actuaciones policiales los arrendadores de los pisos son personas procedentes de barrios rurales o pueblos del entorno de Zaragoza.

Botellones a las afueras

La cascada de multas por botellón no se ha secado, pero sí es cierto que en las últimas semanas, debido al efecto disuasorio de la actividad policial, es cada vez menor.

Estas reuniones las protagonizan, sobre todo, los jóvenes, aunque también personas de mayor edad, como las sancionadas en una zona ajardinada con merenderos del barrio de Santa Isabel que ha acogido celebraciones de cumpleaños y otros encuentros.

Los Pinares de Venecia son otro de los puntos de la capital aragonesa a los que han recurrido muchos de los que no tienen donde alargar la noche cuando los bares cierran la persiana. La Policía ha disuelto botellones junto al Parque de Atraciones y en caminos de tierra cercanos. "En esa zona, además, son frecuentes las fiestas en las urbanizaciones con un número de personas que excede el máximo permitido", precisan los agentes.

Los parques de Torre Ramona, Grande-José Antonio Labordeta, de los Incrédulos, Delicias, Oliver, Tapices de Goya, Vadorrey y hasta el entorno del campus Río Ebro y el estadio de la Federación de Atletismo son algunos de los puntos más alejados del centro de la ciudad donde se vienen organizando botellones.

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