bandas latinas
La huida y muerte de su cabecilla obliga a los DDP a buscar sangre joven en Zaragoza
Su antiguo líder se fugó a Colombia para no entrar en prisión, pero falleció hace unos meses al estrellarse con su moto. La Policía ha detenido ahora al joven llamado a ser su sucesor en la capital aragonesa, al que hallaron tres cajas de munición y drogas.
Los Domincans Don’t Play (DDP) empezaron a echar raíces en Zaragoza en 2006, cuando la Policía Nacional fichó a una veintena de jóvenes que no superaban los 24 años y entre los que figuraban dos mujeres. Su bautismo de sangre se produjo el 20 de agosto de aquel año, cuando un adolescente, miembro de la banda, apuñaló a otro chaval en el paseo de Calanda. Fue el primer condenado en la capital aragonesa, pero le sucederían muchas más agresiones, arrestos y encarcelamientos. Y aunque a los DDP todavía no se les atribuye oficialmente ninguna muerte, se les investigó por el crimen de la calle Princesa, perpetrado el 18 de noviembre de 2018 y del que fue víctima un joven de 20 años al que asestaron un machetazo mortal a las puertas de un bar.
El Tribunal Supremo ilegalizó a los DDP en febrero de 2014, cuando ya superaban en acciones violentas a los Ñetas o los Latin Kings. Para entonces, el colectivo había hecho de Zaragoza un importante bastión, duplicando su número de integrantes fichados hasta alcanzar los 40. «La banda en sí ya es un problema, porque es la más violenta que existe en el país. Por fortuna, aunque en Zaragoza han protagonizado unas cuantas agresiones, la situación no es alarmante. Posiblemente, porque aquí no tienen una banda enemiga a la que enfrentarse», explicaba entonces el responsable del Grupo de Tribus Urbanas de la Jefatura Superior.
Pero lo cierto es que ha pasado el tiempo y los DDP siguen especialmente activos a orillas del Ebro: sobre todo, en San José y Delicias, barrios donde residen muchos de sus miembros. Ello se debe, sobre todo, a la gran capacidad de la banda para regenerarse y encontrar nuevos líderes cada vez que la descabezan. Su primer responsable conocido fue Julio Esthil Cifre, para el que la Fiscalía llegó a pedir 8 años de prisión por el acuchillamiento de un colombiano de 15 años a las puertas de una discoteca el 16 de junio de 2007. Al final, la pena fue de 21 meses.
Durante la gran operación que la Policía llevó a cabo el martes, se detuvo a quien se considera el actual cabecilla de los Dominicans Don’t Play: Steven Guarionex Vásquez Montero, con 20 reseñas policiales a sus espaldas por navajazos, abusos sexuales y tenencia ilícita de armas. Lo hallaron en el Actur, en el domicilio de su pareja, de la que casualmente tiene una orden de alejamiento y que ayer declaró también en calidad de arrestada.
Steven Guarionex, al que apodan Biwan, se habría erigido como hombre fuerte de la banda en Zaragoza tras la fuga del país del antiguo líder, Jeison Giovanni Delgado Vélez, de 27 años. Conocido por el sobrenombre de el Flaco, había sido ya condenado a prisión por varios delitos cometidos en la capital aragonesa y tenía pendiente media docena de juicios. Ello le hizo huir a Colombia, donde paradójicamente encontró la muerte. Fue a comienzos de julio del año pasado, y no en una reyerta o víctima de algún ajuste de cuentas, como cabría pensar. El exlíder de los DDP empotró su moto contra la verja de una vivienda en el municipio de Buga, a pocos metros del lugar donde residía.
Hallan munición y droga en el piso de Biwan
La operación de la Policía Nacional llamada a descabezar la banda latina Dominicans Don’t Play (DDP) en Zaragoza continua abierta y no será hasta hoy por la tarde o mañana cuando los detenidos comparezcan ante en el juez. El secreto de las diligencias impide a la Jefatura Superior de Aragón confirmar detenciones o adelantar el resultado de los registros domiciliarios, que continuaron practicándose este miércoles en varios puntos de la capital. Sin embargo, fuentes próximas a la investigación informan a HERALDO que en el piso del Actur donde fue arrestado el actual líder de la organización, Steven Guarionex Vásquez Montero, se hallaron no solo drogas –pequeñas cantidades de marihuana y unos 100 gramos de hachís– sino también munición.
Los agentes han estado buscando estos días armas, sobre todo, cuchillos y machetes, que son las preferidas por los miembros de los DDP a la hora de llevar a cabo sus agresiones. Pero lo que encontraron en el número 22 de Emmeline Pankhurst, muy cerca del parque del Respeto y la Ciudad de la Justicia, fueron tres cajas de balas del calibre 9 milímetros, un cartucho que puede utilizarse con pistolas, subfusiles y carabinas. La vivienda donde se intervinieron los proyectiles pertenece a la compañera sentimental del cabecilla de la banda, Salma D., quien quedó ayer en libertad tras declarar en calidad de detenida. En cualquier caso, los investigadores están convencidos de que el dueño de la munición es su pareja e intentan localizar las armas con las que iba ser usada.
A lo largo del día de ayer, la Policía estuvo interrogando a varios de los arrestados y, al menos, otros tres, quedaron libres con obligación de comparecer ante el titular del Juzgado de Instrucción número 9, que lleva la causa, cuando este los cite.
Citan a otro menor por la reyerta del parque Delicias
El duro golpe asestado a la estructura de los DDP en Zaragoza y los interrogatorios que se están llevando a cabo desde el pasado martes han permitido reactivar las pesquisas de la reyerta que se produjo el pasado 24 de febrero en el parque Delicias, en la que resultó apuñalado y herido grave un joven de 23 años. La Policía Local detuvo por estos hechos a cinco menores, a los que intervino aquella noche numerosas armas blancas, incluidos un par de machetes. Pero todos estos jóvenes quedaron después en libertad, al concluir que entre ellos no figuraba el autor material de las lesiones.
La Brigada de Información –que dirige la macrooperación contra los DDP– ha citado a declarar hoy a otro menor por la batalla campal de Las Delicias, pero no se descarta que haya incluso alguno más detenido. Habrá que esperar a conocer el resultado de la investigación, pero el ataque parece llevar también el sello de los Dominicans Don’t Play.
