zaragoza

Los vecinos de San José, divididos ante la extensión de la zona azul en el barrio

Unos defienden que podrán aparcar, mientras otros protestan porque tendrán que pagar por estacionar.

Primer día de zona azul en la calle Manuel Lorenzo Pardo.
Primer día de zona azul en la calle Manuel Lorenzo Pardo.
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“Es imposible aparcar”. Esta afirmación se repite una y otra vez entre vecinos y empresarios de San José, donde desde este lunes, ya no es gratuito estacionar en las calles Florida, Lorenzo Pardo, Reina Fabiola, Amado Nervo, Braulio Lausín, Trabajo, Gonzalo de Berceo, Miraflores y Previsión Social. La opinión en este barrio zaragozano está completamente dividida. Mientras unos piensas que es beneficioso porque habrá más movimiento y no será complicado estacionar, otros, no están de acuerdo con tener que pagar por aparcar en su barrio. En total se han incorporado 293 plazas: 137 de rotación -pintadas de azul- y 156 para residentes -señalizadas con color naranja-. Con esta ampliación, Zaragoza alcanzará las 6.570 estacionamientos de pago en la vía pública. El número de plazas se ha visto reducido en los últimos meses en este distrito ya que se ha permitido -al igual que en el resto de la ciudad- que algunos bares puedan ampliar su terraza, ocupando plazas de aparcamiento.

Este lunes, Belén Torrado y su compañera, que trabajan para Z+M, la empresa que explota el servicio, se han recorrido los negocios del barrio para explicar el funcionamiento de la zona azul y la zona naranja. “Está teniendo muy buena aceptación y me ha sorprendido gratamente. Muchos ya tienen la tarjeta de residente. Algún vecino nos ha dicho que tendrá que llevar el coche a la chatarra, ya que llevaba mucho tiempo aparcado y tenía intención de tirarlo, pero como no se pagaba pues continuaba estacionado en la calle”, sostiene la trabajadora. El Ayuntamiento de Zaragoza trabaja con los distritos para triplicar el número de estacionamientos regulados, para pasar de los 6.700 actuales a cerca de 20.000 en los distintos distritos de la ciudad.

Belén Torrado, trabajadora de Z+M, en el barrio de San José este lunes.
Belén Torrado, trabajadora de Z+M, en el barrio de San José este lunes.
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Miguel Otín es el dueño del taller de chapa y pintura de vehículos situado en la calle Manuel Lorenzo Pardo y es uno de los negocios más afectados por la zona azul. “Me afecta a mí y afecta a mi negocio. A mí porque no puedo aparcar sin pagar en la zona donde trabajo y a mi negocio porque no puedo estacionar vehículos de clientes que se encuentran a la espera de venir a recoger las llaves. Los problemas para aparcar son reales, pero yo vengo a las 6 de la mañana para estratégicamente poder estacionar”, sostiene el empresario. “Hay clientes que tardan en venir a recoger el coche media hora y otros tres. “Ahora qué, ¿tengo que pagar yo ese dinero que me supone dejar aparcados unos vehículos unas horas?”, protesta el empresario.

Lo peor, según Otín, “es el momento escogido para poner en marcha el estacionamiento de pago”. “Me parece muy mal que hayan aprovechado a hacer esto en mitad de pandemia, cuando los negocios estamos peor. Estaba claro que tarde o temprano iba a llegar, pero tendría que haber sido o antes o después”, denuncia.

Miguel Otín, dueño de talleres Otín, en la calle Manuel Lorenzo Pardo.
Miguel Otín, dueño de talleres Otín, en la calle Manuel Lorenzo Pardo.
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Opinión completamente contraria tiene la propietaria de la mercería y lencería, Rosa Herrero, que se sitúa justo en frente del taller. “A mí como comercio me va a venir fenomenal porque va a haber más movimiento de gente y no habrá coches estacionados durante mucho tiempo, como sucedía antes”, apunta la empresaria.

Herrero considera que para su clientela será más cómodo. “Para los ciudadanos que vienen a comprar será más sencillo porque podrán aparcar. Echan 20 céntimos y ya está. Antes estaban en doble fila y si era una compra rápida pues no había problema, pero si tenían que probarse algo había que estar alerta y mirando todo el rato el coche”, sostiene la empresaria.

Rosa Herrero, propietaria de la mercería del barrio San José.
Rosa Herrero, propietaria de la mercería del barrio San José.
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La propietaria del bar Arcángel, Belén Martínez, comparte opinión con la dueña de la mercería. “A mí me parece bien porque en esta calle era imposible aparcar y había coches que llevaban toda la vida. A mi negocio le puede venir bien porque los clientes podrán aparcar, aunque sea pagando. Es cierto que en el barrio hay opiniones divididas, gente que está contenta y otros que dicen que ya contribuyen con suficientes impuestos como para seguir pagando más”, subraya Martínez, que hace unos meses pudo instalar una terraza más amplia ocupando parte de la zona de estacionamiento. 

Vecino de la calle Reina Fabiola es José Antonio Macaya, que tomaba un café en el bar de Belén Martínez este lunes por la mañana. “Yo lo veo bien pero ahora, con la que está cayendo… tendría que ser más económico. Además, han dejado pocas zonas para residentes. Es cierto que era misión imposible aparcar: hay coches que llevan más de un año sin moverse del mismo sitio”, sostiene.

Belén Martínez, propietaria del bar Arcángel.
Belén Martínez, propietaria del bar Arcángel.
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No todos los comercios consideran que la zona azul es favorable para sus negocios. La dueña de la pequeña zapatería situada en Lorenzo Pardo lo tiene claro: “A mí me parece mal y creo que a mi negocio tampoco le va a ir bien. Que para comprar unas zapatillas tengan que pagar por aparcar…”, sostiene. Una clienta de esta tienda y vecina del barrio, que se encontraba escogiendo unas zapatillas en este comercio, tampoco considera que es una buena idea. “Mi hija va a tener que pagar dinero por aparcar su coche y encima ahora, que le han bajado el sueldo. No sabemos aún si le darán la tarjeta de residente…pero aún así tendrá que pagar”, subraya.

En la peluquería de la calle Miraflores creen que todavía es pronto para saber si será positivo, o por el contrario, ocasionará pérdidas al negocio. “Lo que sí sabemos es que habrá más movimiento de vehículos y la gente que venga a la peluquería tendrá opción de estacionar, antes ni existía”, subraya el dueño, Roberto Berges. Belén Lorente, empleada de este establecimiento pide que los trabajadores de los comercios de la zona se puedan beneficiar de la tarjeta de residentes. “A mí personalmente, que trabajo aquí pero vivo en Cadrete me va fatal, al igual que todos los trabajadores que no viven por la zona. Ya pago un garaje por las mañanas y las tardes que trabajo me busco la vida por aquí. Si ahora también tengo que pagar como un usuario más... No han pensado en los trabajadores de la zona”, denuncia.

Raquel Gracia, Belén Lorente y Roberto Berges, en la puerta de la peluquería situada en la calle Miraflores.
Raquel Gracia, Belén Lorente y Roberto Berges, en la puerta de la peluquería situada en la calle Miraflores.
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Requisitos tarjeta residente

Para poderse hacerse con la tarjeta de residente, el titular del vehículo debe estar empadronado en Zaragoza, en zona regulada, con antigüedad mínima de tres meses. Además, el domicilio que figura en el permiso de circulación del vehículo debe ser el mismo que consta en el Padrón Municipal. El último requisito es que el titular debe tener abonado el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica del año en curso.

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