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Condenan a Marina D’Or por la grave caída sufrida por un vecino de Zaragoza en el 'Torbellino'

La víctima de 45 años, se deslizaba por la atracción del parque acuático 'Polinesia' cuando la falta de flujo de agua frenó en secó su hinchable y salió despedido. 

El accidente se produjo cunando el zaragozano se deslizaba por esta enorme 'olla' metálica.
El accidente se produjo cunando el zaragozano se deslizaba por esta enorme 'olla' metálica.
HA

El Juzgado de Primera Instancia 3 de Castellón ha condenado a Hoteles Marina D’Or    por el grave accidente que se produjo el 23 de julio de 2018 en el parque acuático ‘Polinesia’ y del que fue víctima un zaragozano de 45 años que disfrutaba de una jornada festiva con su familia. La víctima, Víctor Sopena, se deslizaba    por la atracción conocida como el ‘Torbellino’ cuando su flotador se paró en seco por un «insuficiente aporte de agua». Como consecuencia del frenazo, el hinchable salió despedido y el cuerpo del    hombre empezó a dar vueltas en una gigantesca ‘olla’ metálica, golpeándose varias veces la cabeza contra una estructura metálica.

El lesionado reconoce que fueron momentos de «verdadera angustia», ya que, «mareado y sangrando» tuvo que continuar bajando sin ayuda por un segundo tobogán para acabar el recorrido. «Porque la atracción en ningún momento llegó a pararse», recuerda. Una vez abajo, fue asistido por una médico del parque, pero tardó «más de dos horas» hasta que localizaron al encargado de las instalaciones para solicitar una ambulancia.

«Fue desesperante –comenta el zaragozano–, porque yo seguía muy desorientado y temía haber sufrido un traumatismo. Mi pareja les pidió una y otra vez que llamasen a la ambulancia, pero le contestaron que si teníamos tanta prisa cogiéramos el coche».El desplazamiento desde Oropesa de Mar hasta el hospital de Castellón es corto:apenas 20 minutos. Pero dado el grave estado del herido, que decía estar perdiendo el conocimiento, su compañera fue prudente y no se atrevió a ponerse al volante.

Finalmente, llegó el transporte sanitario y Víctor fue asistido en urgencias, donde descartaron una fractura craneal. Sin embargo, las graves lesiones sufridas hicieron que tardara 312 días en recibir el alta médica. Tras someterse a tratamiento fisoterapéutico de rehabilitación, al no percibir mejoría, fue derivado a Traumatología, primero, y a Neurocirugía, después.

«Resulta evidente que no quiso proporcionar las grabaciones, lo que demuestra una intención de ocultación de prueba», apunta la juez

El parque borró las grabaciones

A la hora de tramitar la demanda, el abogado de la víctima, Francisco Javier Acín, recordaba a la juez que se solicitaron varias veces las grabaciones del circuito de vídeo      para aportarlas como prueba. Y aunque en un principio les comunicaron que se las facilitarían, finalmente les dijeron que solo las guardaban 30 días y habían sido borradas. El hecho no ha pasado por alto para la magistrada encargada de dictar sentencia, que afea a Hoteles Marina D’Or S. L. su actitud. «Resulta evidente que no quiso proporcionar las grabaciones, lo que demuestra una intención de ocultación de prueba», apunta. A la juez también le resulta «sorprendente» que los demandados no citaran como testigo al empleado que ejercía las funciones de monitor o socorrista en la atracción y presenció el accidente. «Hurtando a este tribunal –apunta en el fallo– de una prueba directa de alguien que estuvo allí (...). Ello es un indicio de que se quiere evitar lo que pudiera decir dicho testigo».

Al oponerse a la demanda, el parque achacó a la víctima la culpa del percance, alegando «falta de seguimiento de las instrucciones sobre el uso de la atracción acuática». Frente a este argumento, la sentencia concluye que no existe prueba alguna de un mal uso del flotador y que el accidente se produjo por «no existir suficiente flujo de agua en el tobogán que facilitara el deslizamiento». Reconoce que la instalación cumplía todas las normas, por lo que atribuye el problema a una probable «incorrecta maniobra con el pie del monitor que empuja las colchonetas por el tubo» y condena a Marina D’Or a pagar una indemnización de casi 30.000 euros.

"Me ha cambiado la vida por completo"

El 23 de julio de 2018 iba a ser un día importante para la familia del zaragozano Víctor Sopena, que había elegido el parque acuático ‘Polinesia’ de Oropesa de Mar para celebrar el cumpleaños del benjamín de la familia .Pero sus planes se torcieron al deslizarse por el ‘Torbellino’, cuando comenzó una pesadilla de la que más de dos años después no ha conseguido despertar. «Desde el accidente, me ha cambiado la vida por completo. No puedo llevar peso, no puedo subir escaleras y hasta se me caen las cosas de las manos», se lamenta. Tampoco han desaparecido los dolores de cabeza ni los mareos, lo que le ha obligado a dejar su trabajo de oficial de mantenimiento y hacer funciones de auxiliar. Y como pese a la rehabilitación las cervicales lo siguen «machacando», su caso ha pasado ahora a manos del neurocirujano.

«Yo he sido siempre deportista. Iba habitualmente al gimnasio, practicaba el tenis... Ahora no puedo hacer nada.Es desesperante», cuenta Víctor. A su hijo mayor, que aguardaba en la plataforma para lanzarse por el tobogán cuando presenció el «tremendo golpe seco» de la cabeza de su padre contra el hierro, la imagen se le ha quedado también marcada: «No quiere volver a un parque acuático y es un crío», sufre su progenitor. Pero si algo le duele al zaragozano es la reacción de los responsables de ‘Polinesia’. «Estuve casi dos horas y media abandonado», asegura.

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