El comité del bus urbano y la concesionaria Avanza concluyeron ayer sin acuerdo el primer intento de evitar la huelga. Ambas partes se citaron en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA), de cuyas instalaciones salieron tras cuatro horas de negociaciones pero sin apenas cambios en la situación del conflicto. Quedaron citados el miércoles para otra reunión, que será la última oportunidad antes de los paros parciales que, en principio, comenzarán el próximo fin de semana. Los trabajadores criticaron que los representantes de la empresa acudieran al encuentro "con las manos en los bolsillos", mientras que estos defendieron haber tenido, "como hasta ahora, voluntad negociadora".

El diálogo se retomará el miércoles, 17 de febrero, a las 15.30. Al día siguiente, y según cómo concluya la reunión, la plantilla deberá votar en referéndum si respalda o no la huelga convocada por el comité de empresa. En caso afirmativo, ese mismo sábado comenzarán a notarse en la ciudad los efectos de un conflicto que ya arrastran desde hace más de un año. Concretamente, los paros parciales se producirían en dos fines de semana de este mes (20-21 y 27-28) y dos de marzo (6-7 y 13-14), en horario de 8.00 a 10.00 y de 20.00 a 22.00.

Los trabajadores del bus reclaman mejoras salariales y laborales para el nuevo convenio colectivo, que lleva caducado desde diciembre de 2019. Desde entonces, las partes han mantenido ya 29 reuniones sin alcanzar acuerdos.

Tras el encuentro de ayer, el primero con mediación del SAMA, desde Avanza tendieron la mano para seguir conversando en el próximo en busca de una solución. "La empresa acudirá, como lo ha hecho hasta ahora, con voluntad negociadora y disposición a acercar posturas", enfatizaron. Sin embargo, desde el comité aseguraron lo contrario: "Han venido con las manos en los bolsillos, pero parece que se comprometen a traer el miércoles un documento de propuesta".