87 discotecas y pubs de Zaragoza se transforman en cafeterías para "aguantar abiertos como sea"

«Es nuestra única oportunidad de seguir trabajando, aunque sea a pérdidas». Adrián García, encargado de la Sala DaLuxe, en plena plaza del Pilar de Zaragoza, resume la reconversión de este popular local en cafetería como «una solución para afrontar los gastos y mantener vivo el negocio». Como él, un total de 87 discotecas y pubs de la capital aragonesa han aprovechado el decreto aprobado por el Ayuntamiento el pasado mes de septiembre para favorecer nuevos usos en los establecimientos de ocio nocturno y darles así una salida ante la actual crisis por la pandemia.

En concreto, Urbanismo ofreció a los propietarios de pubs y discotecas la posibilidad de obtener un título habilitante para desarrollar la actividad de cafetería ante las restricciones impuestas por las autoridades sanitarias, en especial al ocio nocturno, para atajar la propagación del coronavirus. De esta forma, los negocios interesados podrían abrir a a partir de las 8.00 (no a las 6.00, como el resto de bares, para evitar que en fraude de ley se conviertan en ‘after’) para servir comida y bebida, eso sí, limitando sus equipos de sonido para evitar molestias.

«Al principio sorprende, pero lo raro es que no lo hubieran hecho antes, así aprovechan todas las horas del día», comentaba Clara Iniesta en la terraza de la DaLuxe mientras almorzaba a media mañana. «Esto nunca dejará de ser una discoteca, pero queremos seguir abiertos como sea. Además, mucha gente está descubriendo el local por primera vez y les gusta, están deseando volver por la noche», comenta García tras la barra. En su caso, tiene la «suerte» de contar con una amplia terraza de 26 mesas, pero la mayoría de discotecas no ha podido beneficiarse del permiso urbanístico.

Por ejemplo, los responsables de la Sala Oasis han optado por establecer un ‘escape room’ en este mítico rincón de la noche zaragozana. «Buscábamos rentabilizar el local con un formato reducido y seguro, y la verdad es que está funcionando muy bien, sobre todo los fines de semana», explica su gerente, Mario Montañés.

El pub Rock & Blues, en el Casco Histórico, también ofrece servicio de cafetería. Su responsable, Pablo Cano, es además el presidente de la asociación Aragón en Vivo, y coincide en que «el sector sigue abriendo a pérdidas», pero lo hace para «evitar más gastos y apoyar a los trabajadores». Lamenta, eso sí, que «por sus características, muchos locales no se pueden reinventar». Por ello, confía en que la situación sanitaria mejore y el sector pueda recuperar poco a poco la normalidad.

«Mayor de lo esperado»

Aun así, la iniciativa del Consistorio, con 87 pubs y discotecas reconvertidos de forma temporal, ha superado las expectativas iniciales. «Estamos satisfechos con la respuesta, que ha sido mayor de lo esperado, lo que demuestra la necesidad que había y el acierto de esta medida», comenta el edil de Urbanismo, Víctor Serrano.

«Ha superado todas las expectativas iniciales», confirma José María Marteles, presidente de Cafés y Bares, que destaca el «esfuerzo» de estos negocios por «adaptar sus ofertas al ocio diurno e implementar protocolos higiénico sanitarios». De todos modos, también recuerda que «es una fórmula que no ha servido para todos, por lo que muchos acumulan casi once meses de cierre, su situación es insostenible».

Por su parte, Miguel Ángel Salinas, vicepresidente de la Asociación Provincial de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas de Zaragoza y gerente del grupo Canterbury, agradece el apoyo recibido por el Ayuntamiento para facilitar nuevas vías de negocio. «Ha servido para que algunos compañeros puedan ejercer con otra actividad, seguir trabajando y no tener la tristeza de ver el local cerrado», apunta. Advierte, eso sí, que «casi todo el mundo ha abierto a pérdidas, pero cuando llegue el buen tiempo y se pueda hacer un mayor uso de las terrazas, se podrá compensar y quizá alguno llegue a empatar».

Pendientes de las restricciones

Salinas advierte de que la situación del sector «sigue siendo dramática» pese a que «se ha demostrado que no es un foco de contagio». «Es más, todo lo contrario, porque con las restricciones se están fomentando las fiestas privadas en casas sin control alguno», recalca.

Por todo ello, pide relajar las restricciones en estos establecimientos y, a la vez, tomar más medidas de control en otras actividades, como las próximas campañas de recogida de fruta y verdura «para evitar problemas como los del año pasado».