El consistorio cambia de idea y no talará todos los olmos silvestres de Valdespartera

Parte de los olmos silvestres que crecen en el paseo de El Maquinista de la General, en el barrio de Valdespartera, no serán talados. Así lo ha confirmado el Ayuntamiento de Zaragoza, que tres meses después de la polémica que generó la intervención, asegura que únicamente serán retirados los que afectan a las infraestructuras urbanas.

La noticia ha sido muy celebrada por el Grupo de Medioambiente del Distrito Sur, que en cuanto tuvo conocimiento de la tala convocó varios actos para impedirla y darle visibilidad. “Estamos súper contentos. No teníamos esperanzas al 100%, pero creíamos que dar voz a los árboles podría servir para que la próxima vez que se tuviera que tomar una decisión así fuera diferente”, comenta Juan Valiente, miembro del colectivo.

La entidad recibió hace tan solo unos días un escrito por parte del Ayuntamiento de Zaragoza en el que se les informaba de que “se han dado instrucciones a la empresa encargada del mantenimiento de las zonas verdes del sector I, para que realice el apeo de los ejemplares que estén afectando a las infraestructuras y se realice la poda de formación y mantenimiento más adecuada en aquellos ejemplares ubicados a una distancia prudencial de dichas infraestructuras”.

Es decir, los olmos cuyo crecimiento está afectando a las baldosas, las aceras o las barandillas que tienen cerca sí serán talados, mientras que los que no presentan ningún problema únicamente serán podados para darles forma. “De los 111 olmos que hay, estimamos que podrían salvarse en torno a 90”, señala Valiente. Desde el consistorio no han querido aventurarse en este sentido, y aseguran que los técnicos todavía tienen que acudir a la zona para ver exactamente cuáles hay que retirar.

Valiente dice que desconoce el motivo por el que el consistorio ha cambiado de opinión, aunque agradece el cambio de parecer y el interés que se han tomado en el asunto. “A comienzos de año se nos convocó a una reunión en la zona de los olmos a la que acudimos el jefe de arbolado, un técnico de Parques y Jardines y yo”, explica Valiente. Antes de eso, el colectivo también había mantenido un encuentro con jefe del servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Zaragoza. “Habíamos pedido la reunión para tratar la cesión de espacios en los que realizar plantaciones comunitarias, pero salió el tema de la tala de los olmos”, continúa.

Además, el colectivo registró una queja a través de la web del Ayuntamiento, convocó una concentración en la que se leyó ‘poesía arbórea’, las familias que quisieron apadrinaron simbólicamente un ejemplar, y los vecinos enviaron frases en defensa de los olmos. Esas frases se convirtieron en carteles que fueron colocados en sus troncos.

Con todo, fuentes municipales recuerdan que la tala de estos árboles estaba motivada por las quejas de algunos vecinos, que criticaban la falta de visibilidad y la invasión de las vías. “Son árboles que han salido espontáneamente en un talud plantado con ejemplares arbustivas. Al ser árboles surgidos espontáneamente carecen de riego por goteo y, además, están ubicados en lugares de difícil acceso que complicarán mucho su mantenimiento futuro”, señalan.

Así lo explicó también la concejala de Servicios Públicos y Movilidad, Natalia Chueca en una comisión plenaria del pasado mes de noviembre. “No serían un inconveniente si no estuvieran generando problemas de seguridad, levantamiento de baldosas, rotura de los bordillos perimetrales”, afirmó por aquel entonces.

La realidad es que parte de estos olmos, fruto de la dispersión de semillas durante las primeras plantaciones de árboles en Valdespartera, permanecerán donde están. “Son importantes por razones medioambientales y de apego con el entorno. Los humanos tenemos una afinidad especial con los árboles”, considera Valiente.