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La Audiencia de Zaragoza condena por resistencia a uno de los manteros y absuelve a su amigo y al policía

El agente, que empleó la culata de su arma durante la intervención, se enfrentaba a una petición de cuatro años de cárcel.

El agente y los manteros, Souleymane C. y Serigne M., declararon ayer en la Audiencia de Zaragoza.
El agente y los manteros, Souleymane C. y Serigne M., en la Audiencia de Zaragoza.
Toni Galán

El altercado que empañó una tarde de las Fiestas del Pilar de 2017 y que llevó a dos manteros y un agente de la Policía Local al banquillo de los acusados se ha saldado finalmente con una pena de cárcel de tres meses para uno de los dos vendedores ambulantes y con la absolución para su compañero y el funcionario.

La Sección Primera de la Audiencia de Zaragoza no aprecia delito de atentado en el forcejeo de los manteros como tampoco entiende que el agente incurriera en un delito de lesiones y otro contra la integridad moral al golpear con la culata de su arma la cabeza de uno de los detenidos. Dos presuntos delitos por los que la acusación particular pedía una pena de cuatro años y medio de cárcel. Sin embargo, el tribunal sí condena a Serigne M. T. a tres meses de prisión por un delito de resistencia a los agentes. Un castigo que dista, y mucho, de los 18 meses que la Fiscalía solicitaba por un atentado y lesiones.

Los hechos se remontan al 13 de octubre de 2017, en plenas Fiestas del Pilar, cuando dos funcionarios de paisano, entre ellos el absuelto, se aproximaron a los soportales de plaza de Aragón, donde varios manteros vendían mercancía falsificada. Estos huyeron con los bultos hacia las calles de San Ignacio de Loyola y Pedro María Ric. Los agentes vieron a los dos detenidos, de origen senegalés. e iniciaron una nueva persecución que acabó en la calle de Lacarra de Miguel. Fue ahí donde al empleado público exculpado se le cayó la pistola reglamentaria al suelo. El arma quedó cerca del agente y pudo recuperarla enseguida. Sin embargo, aseguró que el detenido «se mostró muy violento» y le «agarró la mano para intentar cogerla». Esto le llevó a golpearle con la culata en la cabeza. «No se me ocurrió otra manera en ese momento, era la única forma de reducirlo sin disparar», dijo en el juicio, donde estuvo asistido por la letrada Olga Oseira. El compañero del agente que intervino en la actuación ratificó esta versión: «Vi que le intentó quitar el arma. Si lo llega a conseguir, tendría que haber soltado al otro arrestado», ahora condenado por resistencia.

Negaron los hechos

Los manteros expusieron en la vista un relato de los hechos completamente distinto. El que recibió el impacto de la culata, Souleymane C., representado por la abogada Eva María Parra, aseveró que se había «pasado a saludar a unos amigos» que se habían desplazado a vender a Zaragoza aprovechando los días festivos y que se marchó de la zona «andando despacio» y fue abordado por la Policía Local a la altura de un bar. Negó haber acometido al agente, como se le acusaba, sino que fue este quien lo abordó por detrás, y sostuvo que tampoco intentó hacerse con la pistola.

También insistió ante el tribunal en que los agentes no les dieron el alto, y dijo que el golpe en la cabeza lo dejó muy aturdido y no sabía dónde estaba, aunque también dijo recordar con nitidez que Serigne M. T. –asistido por la letrada María del Carmen Yuste– no golpeó a nadie. La asociación para la defensa de los derechos civiles ejerció la acusación popular, a cargo del abogado Chabier Mallor, aportando testimonios de testigos.

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