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Un vecino de Calatorao que quiso comprar a una niña su virginidad podría pasar el resto de su vida en prisión

Las acusaciones lo acusan de abusar de forma reiterada de seis menores y piden para él hasta 59 años de cárcel, una pena sin precedentes por estos delitos en Aragón.

El jubilado fue detenido el pasado 2 de marzo y lleva en prisión provisional desde entonces.
El jubilado fue detenido el pasado 2 de marzo y lleva en prisión provisional desde entonces.
Guardia Civil

El goteo constante de condenas por abusos sexuales a menores que desde hace algunos meses se viene produciendo en la Audiencia de Zaragoza podría tener su colofón a finales de febrero, cuando un jubilado de Calatorao se siente en el banquillo de los acusados para enfrentarse a la mayor condena  que se ha pedido nunca por este delito en Aragón: el destierro y 59 años de prisión. Y si bien es cierto que el Código Penal no contempla encarcelamientos que excedan de las dos décadas, dada la avanzada edad del encausado, 71 años, la condena podría hacer que acabara sus días entre rejas. Porque no hay un límite de edad para ingresar en un centro penitenciario en España y solo una enfermedad terminal o un deterioro físico muy grave pueden llevar a la concesión de algún tipo de gracia.

Por lógica y dada la severidad del castigo, cabe pensar que el comportamiento del acusado, Melchor S. M., tuvo que ser especialmente reprochable. Y lo cierto es que los escritos de calificación remitidos al juez instructor por las acusaciones retratan a una persona sin ningún tipo de escrúpulos, que supuestamente intentó comprar su virginidad a una niña de 12 años y no tuvo ningún reparo en acostarse de forma reiterada con menores de 16 a cambio de regalos o dinero para alcohol y drogas. Pero esta es la versión de las víctimas –la Guardia Civil pudo identificar hasta seis, pero no descarta que fueran más– y habrá que esperar al juicio y la sentencia del tribunal para saber cuáles son los hechos que pueden considerarse probados.

Ha sido la acusación particular, que ejerce el letrado José Antonio Correas en nombre de la madre de una de menores, la que ha propuesto la pena de cárcel más elevada. En cualquier caso, la Fiscalía se ha mostrado igual de implacable y propone una condena pareja: 57 años de prisión, solo dos menos. La retahíla de delitos que ambas atribuyen al vecino de Calatorao es también prácticamente idéntica, e incluye, además de los abusos sexuales continuados, prostitución y corrupción de menores, pornografía y consumo de drogas.

Entre rejas desde su detención

La detención e ingreso en prisión provisional de Melchor S. M. se produjo a comienzos de marzo de 2020, apenas unos días antes del confinamiento impuesto por la pandemia. Pasado un tiempo, la defensa, a cargo del letrado Javier Osés, se apoyó precisamente en el alto riesgo de contagio para proponer su excarcelación. Sin embargo, dada la gravedad de los hechos y el importante riesgo de fuga, el juez se opuso.

La Fiscalía tampoco estuvo nunca a favor de dejar salir de la cárcel a un hombre que, según refleja en su escrito de acusación, captaba a las chicas en municipios próximos al suyo. Para satisfacer sus bajos instintos, según la acusación pública, este hombre acudía a las puertas del instituto o los lugares que ellas dispusieran a buscarlas con su coche. Después, se las llevaba a su domicilio o al de un conocido y las premiaba en función de lo que se dejaran hacer. De hecho, las víctimas dicen que les daba más o menos dinero si las prácticas eran con o sin preservativo.

Durante su declaración, el vecino de Calatorao admitió que conocía a las denunciantes y que mantuvo encuentros con ellas, pero negó cualquier tipo de abuso. Sin embargo, la versión exculpatoria del presunto agresor nunca convenció al instructor del caso, quien siempre ha dado más credibilidad a los testimonios «congruentes y sin contradicciones» de las menores.

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